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ahdaria — 2 de Noviembre
Published: 2007-10-17 02:45:47 +0000 UTC; Views: 687; Favourites: 1; Downloads: 2
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Description - Madre, creo que te he dicho un millón de veces que no me gusta ir al cementerio.
- Lo sé, lo sé, pero esto es diferente. No se trata de la tía Anita ni de la Abuela Lorenza, sino de tu padre, Rosario. Tu padre.

El tono de Graciela no daba lugar a réplicas. En sus últimas dos palabras había inyectado la dosis de culpabilidad necesaria, que haría tomar una decisión a su hija. La escuchó respirar profundo, justo como lo hacía cuando trataba de serenarse. Luego la oyó decir:

     - Está bien, iré. Dime dónde y a qué hora quieres que nos encontremos.
     - Creo que debiésemos juntarnos en la entrada, como a las 5 de la tarde…
     - ¡No! A esa hora están por cerrar, y además ya empieza a oscurecer. ¿No puede ser un poco más temprano?
     - No puedo más temprano, tú sabes que es el cumpleaños de Francisco, y deseo pasar el día con él.
     - Me gustaría que me explicaras cuál es la razón de seguir reverenciando el día de muertos recordando a mi padre, si antes de ir a dejarle flores al cementerio vas a pasar la tarde con tu novio nuevo - replicó Rosario con mordacidad.
     - No hacemos esta visita para satisfacer una necesidad mía, hija. Veo que todavía no comprendes que mi insistencia sobre este punto pretende ser un beneficio para ti… Pero bueno, dejémoslo así; te veo entonces a las cinco. Si me retraso, espérame adentro. Tú sabes que ese sector es un poco peligroso.

Y sin esperar una respuesta o agregar algo más, Graciela colgó.

Rosario se quedó largo rato mirando por la ventana, pensando en qué habría querido decir su madre con aquello de beneficiarla. Lo único que sabía era que llevaba tres años seguidos visitando la tumba de su padre, dejándole flores, y sintiéndose realmente incómoda durante el lapso de tiempo en que ella y su madre se quedaban de pie observando las letras en relieve que anunciaban la permanencia eterna del Capitán Rafael Encina en aquel lugar.

Se levantó de la cama con desgana y comenzó a arreglarse para salir. Se odiaba a sí misma por no tener la suficiente firmeza para decirle que no a su madre cuando le salía con lo de la visita al cementerio. Rosario había llevado una pésima relación con su padre, y se reconocería mintiendo si alguna vez dijera que lamentaba su muerte. La verdad, le causaba indiferencia. Consideraba que a pesar del lazo de sangre que les unía fueron siempre unos completos extraños, puesto que él no sabía nada sobre su vida, ambiciones o sueños, y a ella jamás le interesó que lo supiera tampoco. La diferencia de edad entre ambos había sido el abismo tremendo que ninguno pudo o quiso salvar. Por otro lado, Rosario veía en su padre una inflexibilidad y una estrechez de pensamiento que le resultaban por completo ajenas a su carácter y personalidad. Y de lo que él pensara sobre ella, nunca supo nada.

Llegó a la hora acordada al cementerio y compró un enorme paquete de flores, más por fidelidad a la tradición que al deseo de adornar la losa que cubría los restos del anciano. Margaritas. El Capitán las odiaba, y dejarlas allí era una forma más de fastidiarle. Esto contando con que en el más allá fuese todavía posible a los difuntos experimentar emociones como la rabia. Rosario, dueña de un sentido del humor bastante negro,  esperaba que sí.

Eran ya las cinco y media y su madre no aparecía. Le irritaba su impuntualidad, pero le irritaba todavía más seguir de pie frente a esa tumba, sintiendo frío y viendo cómo todo se oscurecía a su alrededor. Faltando diez minutos para las seis, terminó de fumar un quinto cigarrillo, y sin dar oportunidad a más demoras y jurándose no volver a hacer caso de las ocurrencias de su madre, Rosario se retiraba del cementerio caminando apresurada. Pero la oscuridad ya reinante comenzó a confundirla, y en vez de acercarse a las enormes rejas negras del portón de salida, le parecía que se internaba cada vez más en el corazón del campo santo. No se veía a nadie a su alrededor, cosa que la hizo entrar en pánico a la velocidad del rayo. Todos los pasillos, pasajes y calles le parecían iguales. Hacia donde dirigiera la mirada se veían las mismas estatuas de ángeles alados haciendo callar a los visitantes, recordándoles constantemente que estaban en el sitio donde se dormían miles de sueños eternos. No había más gente por allí; ni siquiera un cuidador o personal de aseo a quien dirigirse para preguntar por la salida.

Los peores temores de Rosario se confirmaron cuando se encontró en un sitio que por primera vez en mucho rato le pareció diferente a los demás. Aquí las tumbas estaban dispuestas con separaciones más cortas, como si se tratara de personas que requiriesen menos espacio para ser sepultadas. Al acercarse a leer una de las lápidas, comprendió que estaba en el patio de los infantes. Por un momento dejó de sentir temor para dar lugar a una profunda piedad por todos esos niños que se hallaban a su alrededor. Siempre le pareció más impactante la muerte de un niño que de un adulto. Los niños no debiesen morir…

Durante algunos momentos se quedó parada, mirando a su alrededor con la sensación de desamparo más intensa de su vida. Ya no pensaba en dónde estaba su madre o en el por qué de su visita al cementerio, sino que lo único que llenaba los espacios de su mente era la soledad infinita de la muerte. Comprendió lo que quiso decir el poeta español al exclamar:

“Dios mío, ¡qué solos se quedan los muertos!”

Rosario supo que ya no encontraría la salida. Guiada por una leve idea de pertenencia, comenzó a devolver sus pasos con la esperanza de, al menos, llegar a la tumba de su padre para esperar allí a que pasara la noche. Ya no se atrevía a seguir caminando a otro sitio; algo en su fuero interno le indicaba que debía dejarse llevar por los hechos. Después de moverse por lo que le parecieron horas dentro del cementerio, encontró la lápida del Capitán, todavía cubierta con las margaritas que le había traído. Una punzada de remordimiento le vagó por el pecho cuando recordó el por qué de aquellas flores. No debí traerlas, pensó.

- Es que usted sabe que no me gustan.

La voz de su padre le llegó con precisión a los oídos. Fuerte y clara, voz de militar con costumbre de mandar. Sin siquiera detenerse a pensar por qué estaba oyendo a un muerto, Rosario sintió aflorar dentro de sí la vieja rebeldía que el Capitán le inspiraba. Volvió lentamente la cabeza hacia la dirección desde donde provenía la voz, y una vez que ubicó los ojos del fantasma de su padre, le respondió:

- Al menos agradezca que se las traje.

El Capitán y ella se contemplaron el uno al otro, estupefactos. Rosario, por mirar cara a cara a un fantasma (en los cuales declaraba no creer), y él, por la insolencia que su hija seguía demostrándole, aún a pesar de haber pasado al otro mundo. Si algo le divertía secretamente al Capitán estando en vida, era la valentía de Rosario al enfrentarlo. Ni el más fuerte de sus hombres había osado responderle en ese tono. Nunca. Pero su única hija, sí.

Don Rafael dio un paso vacilante en dirección a la losa en la que Rosario se había sentado, cansada de sus vagabundeos por el cementerio. Su hija lo miraba fijamente, con los ojos color de aguamarina que heredó de su madre, respirando con fuerza y castañeteando los dientes. Después de la impresión inicial, comenzaba Rosario a asimilar el hecho de que se hallaba sola en el cementerio, de noche, el día de difuntos, viendo al fantasma de su padre, cruzando palabra con él, sentada sobre la losa de su tumba. Comenzaba a sentir un terror muy superior a cualquier otro de su vida. El Capitán había continuado su acercamiento muy lentamente, atento a las reacciones de Rosario. Al fin, cuando se hallaba a escasos centímetros de ella, dijo:

- Me alegra que haya venido, hija. Necesitaba hablar con usted.
- ¿De qué? – respondió Rosario con voz aguda.
- Primero que todo, tengo que explicarle la razón de que se encuentre aquí. Su madre ha querido ayudarle al dejarla sola en el cementerio el día de hoy.
- ¿Ayudarme? ¿Le parece que me ha brindado una ayuda al dejarme sola en este sitio?
- Por favor, déjeme explicarle. Sé el temor que debe sentir ahora, pero le pido que se domine y me permita decirle todo. Esta conversación depende enteramente de usted. Si no quiere que la tengamos, yo me retiraré de aquí enseguida. Créame, hija, que no quiero asustarla.

La voz casi tierna del Capitán conmovió profundamente a Rosario. Sentía un miedo indecible de su fantasma, pero a pesar de estar contemplando algo que no comprendía, el tono de sus palabras le brindaba una leve calma. Ni siquiera estando vivo le escuchó hablar de aquella manera. Hizo un gran esfuerzo por tranquilizarse, ya que en verdad deseaba hablar con él. Respiró profundamente y cerró los ojos. Cuando hubo reunido el suficiente valor, los abrió de nuevo.

- Dígame qué necesita hablar conmigo – pidió con voz firme.

El fantasma la contempló con unos ojos sin brillo. Pero allá en el fondo de ellos se podían distinguir emociones. Rosario no sabía cuáles.

- La noche del día de difuntos es el único momento del año en que a los fantasmas se nos permite aparecer libremente en este mundo, pero solo frente a la tumba que guarda nuestros huesos. El resto del tiempo, podemos manifestarnos si queremos, pero nunca de manera tan clara como la que usted ve ahora. Algunos visitan sus casas y mueven las cosas de su sitio, o se dedican a molestar a los animales domésticos para hacerlos llorar por la noche; pero la gran mayoría de nosotros siente un pudor inmenso de la propia muerte. Además de eso, está el respeto por nuestros familiares y amigos. Sabemos que nos recuerdan y sufren nuestra ausencia…
- Papá, usted debe saber que yo no sentí su muerte – dijo Rosario. – Me hubiese gustado poder decirle ahora que lo he extrañado y que he sufrido, pero sería mentira.
- Lo sé, y espero que no se haya castigado a sí misma por esto. A veces los padres no sabemos ganarnos ni el cariño ni el respeto de los hijos – replicó el Capitán con sencillez.

Rosario reflexionó un momento sobre lo que acababa de oír. Era cierto, su padre no se los había ganado, pero ¿no debió ella habérselos ofrecido solo por el hecho de ser su hija?

- Creo que lo quise mucho en algunos momentos de mi vida, papá, sobre todo en mi infancia. Pero una vez que crecí, me pareció que todo lo que hacía le disgustaba. Además, siempre fuimos diferentes. Usted sabe que aprecio demasiado mi libertad, y que jamás se la hubiera rendido aunque lo quisiera o respetara mucho. Su afán por el orden y la disciplina estaba bien para sus cuarteles, pero no para su casa. ¡No entiendo cómo pudo pretender convertirnos en parte de su tropa a mí y a mi madre! ¡Fue cruel al exigir de nosotras la rigidez de los seres que, como usted, son dueños de las mentes más cuadradas y frías! – exclamó Rosario, con rabia. A medida que hablaba el resentimiento contenido a lo largo de su vida fue saliendo diluido en cada palabra.

El Capitán permaneció en silencio por unos momentos, con la mirada perdida en la oscuridad de la noche. Aún convertido en fantasma mantenía su postura erguida y recta. Por primera vez notó Rosario que vestía su uniforme de gala, con el cual lo habían sepultado.

- Desde que estoy muerto, lo único que he querido es poder ponerme en contacto con usted y con su madre. Una vez que pasamos a este plano, la conciencia se abre de una forma que nunca podríamos imaginar, al punto de hacernos comprender en un solo segundo cuáles errores cometimos mientras vivíamos. El más importante de los míos fue desaprovechar la hermosa familia que tuve. Aunque usted no lo crea, siempre amé a su madre, y a usted la adoraba. Era mi única hija, y a pesar de no aprobar su forma de hacer las cosas, en el fondo tenía un profundo orgullo de ser su padre. Sé que nunca ha actuado de mala fe o para dañar a los demás, hija. Gran parte de su bondad y generosidad provienen de Graciela, pero déjeme decirle que lo que usted tiene de fuerte es parte mía. Y siempre lo será. Somos el uno parte del otro, y eso es lo que quería decirle. No me eche al olvido; no me odie. Perdóneme mis errores y permítame vivir en su corazón con paz y tranquilidad para ambos. No puedo continuar mi camino si no lo hace.

Rosario se quedó ahora muy callada. La había impresionado y entristecido escuchar a su padre admitiendo sus errores y pidiéndole perdón. Comenzó a llorar, pensando en cuánto habían perdido ambos por no adelantar esta conversación. El fantasma del Capitán habló suavemente:

- No se ponga triste pensando en lo que perdimos. Perdóneme por no decirle todo esto antes. Lo que sucede, Rosario, es que a veces hay que morir para valorar lo que tuvimos de importante en la vida. Hablé  de esto con su madre hace un par de años atrás, y ella me prometió intentar traerla para darme la oportunidad de hablarle. Nunca hasta hoy se atrevió a dejarla sola, pero sé que si lo hizo, fue porque pensó que sería bueno para usted.

La muchacha permaneció en silencio. En su mente giraban a velocidad vertiginosa los recuerdos de su adolescencia, cuando su padre hacía gala de la incomprensión y dureza más encarnizada. Le había dicho en varias ocasiones que se avergonzaba de ella. Que su corazón bondadoso la hacía débil y digna de recibir las traiciones y golpes más terribles. La bondad es novia de la estupidez, gritaba siempre. Rosario pensaba en todos estos hechos, los recuerdos, su propio resentimiento acumulado y la rabia albergada durante años. De pronto habló, con una voz que sonó como un trueno en la oscuridad.

- No puedo perdonarlo, papá. Y no por egoísmo ni orgullo, sino simplemente porque no le creo nada acerca de su arrepentimiento. Usted siempre fue una mala persona, y no creo que la muerte le haya podido arrebatar la amargura que llevaba en vida.

El Capitán Encina la contempló con sus ojos sin fondo por un instante. Luego dijo:

- Nadie más se atrevió en mi vida a desafiarme como usted lo hizo. Y el que lo hizo, lo pagó con un precio que ni siquiera podría imaginarse. Ya sabía yo que no iba a poder doblegarla, hija.

Una vez que acabó de decir esas palabras, su figura gallarda, vestida de gala, se desdibujó para convertirse en una visión demoníaca y atroz, que se materializó justo frente del rostro de Rosario. Aterrada, habló con labios temblorosos, pero con voz firme.

- Y ya sabía yo que usted fue, es y será, eternamente, un mal nacido.

Lo último que vio Rosario fue unos ojos delirantes de rabia y maldad. Luego, el Capitán la observó caer muerta sobre la losa de su propia tumba.

En un malévolo gesto, le adornó el cabello con margaritas mientras sonreía.
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Comments: 36

mazita16 [2007-12-10 03:39:20 +0000 UTC]

Madre, creo que te he dicho un millón de veces que no me gusta ir al cementerio.
- Lo sé, lo sé, pero esto es diferente. No se trata de la tía Anita ni de la Abuela Lorenza

jajajaja, me encanto esa...

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ahdaria In reply to mazita16 [2007-12-12 04:37:35 +0000 UTC]

Gracias

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Flordelis413 [2007-12-10 02:33:01 +0000 UTC]

me envolvio, aunque me entristece el final, tomá un rumbo inesperado que causa tristeza....

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ahdaria In reply to Flordelis413 [2007-12-12 04:38:17 +0000 UTC]

Pues más que tristeza, esperaba causar... mm... no lo sé...

Temor?

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Flordelis413 In reply to ahdaria [2007-12-12 11:49:23 +0000 UTC]

no sé, si depronto eso tambien lo que pasa es que es dificil asustarse leyendo a plena luz del día, pero en fín digamos que soy más sentimental que asustadiza

de todas formas estaba muy bakana tu historía y voy a seguir visitando tu galería, aunque creo que ya la vi toda solo deje de leerte porque me vencío el sueño

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ahdaria In reply to Flordelis413 [2007-12-12 20:24:09 +0000 UTC]

Te agradezco muchísimo el tiempo que dedicaste a pasar por aquí

Me he demorado en responder comentarios porque el tiempo se me hace poco, pero prometo pasar a visitarte en breve.

Gracias nuevamente!

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Flordelis413 In reply to ahdaria [2007-12-13 00:40:20 +0000 UTC]

De nada es un placer leer a una talentosa como tú

espero que me visites en muy breve....

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ahdaria In reply to Flordelis413 [2007-12-13 03:54:43 +0000 UTC]

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Flordelis413 In reply to ahdaria [2007-12-13 04:41:09 +0000 UTC]

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skimpercita [2007-11-30 19:08:35 +0000 UTC]

1.- no me vayas a copiar y pegar ese comment que ya lo memorice...

2.- Yo no lo odie, ni apesta ni mucho menos, si bien no me gusto que la matara al final, todo lo demás me encanto. Este escrito me compro de principio a fin, debo confesar que llore a la mitad del escrito. Suele pasar que cuando las historias reflejan destellos de la vida del lector te llegan hondo. Lastima, los fantasmas no existen...
Me gusta tu narrativa, tu manera de llevar los díalogos, ciertas frases que usas que le dan contundencia al texto...

Yo lo faveo!

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ahdaria In reply to skimpercita [2007-12-01 02:23:02 +0000 UTC]

Inmensas gracias por el fav, y muchas más por tomarte el tiempo de pasar a leer y comentar.

Aprecio mucho tu comentario, gracias de nuevo

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skimpercita In reply to ahdaria [2007-12-03 01:06:19 +0000 UTC]

Un placer, voy atrasadisima en las lecturas pero poco a poco

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ahdaria In reply to skimpercita [2007-12-05 23:27:06 +0000 UTC]

Dale, te esperamos

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Deneb [2007-11-13 04:39:39 +0000 UTC]

Hidden by Owner

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ahdaria In reply to Deneb [2007-11-14 02:00:00 +0000 UTC]

Me has comparado con Anne Rice

No sé si llorar o creerme la muerte en bote...

En verdad Tito que tus comentarios me hacen sentir demasiado valorado el humilde trabajo que les presento acá...

Muchas gracias

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Sabbhat In reply to ahdaria [2010-10-19 02:21:15 +0000 UTC]

es para llorar

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ahdaria In reply to Sabbhat [2010-10-19 03:49:01 +0000 UTC]

Jajajajajajaja

De pena o de emoción?

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Sabbhat In reply to ahdaria [2010-10-19 03:56:05 +0000 UTC]

pena claro esta

ahora me reía mucho porque una banda de Cleveland, que dicen tocan gotico e industrial, se hacen llamar Lestat y me querían agregar al myspace,por supuesto me ofendi y les dije que no que eso era una obscenidad
así que bueno
es para morir de pena
como dice Gepe en los barcos

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ahdaria In reply to Sabbhat [2010-10-29 15:55:49 +0000 UTC]

Jajajaja yo casi lloré de emoción. Nunca me habían comparado con una escritora famosa

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Deneb In reply to ahdaria [2007-11-16 02:01:43 +0000 UTC]

Jajajajaja... la muerte en bote... jajajajaja
Esa no la había escuchado.

Por supuesto que tienes que sentir valorado tu trabajo, no pq yo lo diga, si no pq lo vale
Ah, y si me hiciste recordar a Anne Rice

Nos vemos

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ahdaria In reply to Deneb [2007-11-16 03:06:44 +0000 UTC]

Thanks ameegow!

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Deneb In reply to ahdaria [2007-11-17 09:38:57 +0000 UTC]

you are welcome, ameega

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ahdaria In reply to Deneb [2007-11-17 16:23:08 +0000 UTC]

Gracias por entender mi humor diferente

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Deneb In reply to ahdaria [2007-11-19 14:05:41 +0000 UTC]

de ná

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extasisdepasion [2007-10-19 00:27:32 +0000 UTC]

no entiendo... si esataba arrepentido, por que la mato despues?
igual fue increible, no seas caradura ehh
ajajaja

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ahdaria In reply to extasisdepasion [2007-10-19 13:01:49 +0000 UTC]

Copiaré y pegaré este post en todos sus comentarios, ya que pretende responder a ellos de la mejor manera:

1.- La semana pasada fue de colapso en mi oficina, por tanto no alcancé a terminar lo que estaba escribiendo para . El tema de la semana era “Lo que ocurre la noche de difuntos en el cementerio”, y quería participar, así que hablé con , el administrador, para ver si era posible que me permitieran entregarlo con un plazo extendido, a lo que él, amablemente, respondió que sí después de consultarlo con el otro participante de la semana . Esta conversación tuvo lugar el Domingo 14.
2.- El Lunes 15 pretendía entregar el trabajo, pero lamentablemente en la madrugada de ese dia, mi abuela, con quien vivo, sufrió una caída bastante delicada. Me pasé todo el día preocupada de esta situación, por lo que no alcancé a terminar el relato.
3.- El Martes 16 trabajé en él durante mi hora libre en la oficina, pero todavía no lograba terminarlo. Decidí llegar a mi casa a terminarlo por la noche, pero cuando quise ocupar mi PC éste comenzó con un fallo grave de Windows, que hace que se reinicie a los 5 minutos de estar encendido. Ustedes comprenderán que a estas alturas estaba demasiado frustrada y enojada por la serie de dificultades que se me presentaron para escribir el relato, así que lo terminé completamente a la diabla, como decimos en Chile (o sea, descuidadamente), y como pude me las arreglé para subirlo en los cinco minutos que mi computador me hace el favor de funcionar.

Sé que la excusa agrava la falta, pero quisiera que disculparan la calidad de este trabajo. Si lo presenté, fue porque pensé que sería irresponsable no cumplir con el compromiso de entregarlo, sobre todo considerando las facilidades que se me dieron. Sé que no está apto para competir, pero creí que sería menos feo entregar un trabajo malo que no entregar nada.

Mis disculpas, y prometo re escribirlo para poder brindarles un relato que sea agradable de leer, completo y comprensible para todos.

Gracias por sus comentarios y apoyo!

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extasisdepasion In reply to ahdaria [2007-10-25 00:03:39 +0000 UTC]

Igualmente fue demasiado atrapante...
escribis precioso

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ahdaria In reply to extasisdepasion [2007-10-25 15:13:45 +0000 UTC]

Gracias! Espero poder tener pronto de vuelta mi PC para re escribirlo y dejarlo como la gente

Saludos niña enamorada

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extasisdepasion In reply to ahdaria [2007-10-25 18:12:25 +0000 UTC]

seguro qe siii! ya lo veras
aunqe debo confesar qe me muero por leerlo!
mil besitos para vos!

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ahdaria In reply to extasisdepasion [2007-10-25 19:46:53 +0000 UTC]

Tan linda

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extasisdepasion In reply to ahdaria [2007-10-30 00:28:33 +0000 UTC]

cuando se trata de algo tan espectacular, claro!

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ahdaria In reply to extasisdepasion [2007-10-30 00:33:28 +0000 UTC]

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eddiopolis [2007-10-18 23:52:06 +0000 UTC]

La idea está muy buena, muy bien redactada y fluída, y la parte fantástica no cae en un juego barato u obvio. Me gusta eso
Los díalogos están bien, pero como opinión personal, te hubieses arriesgado un poco más, dandoles un poco más de personalidad, o una actitud más fuerte.
Por el lado de las descripciones, estan realmente muy buenas.
Lo que si. Coincido con Kreender con el asesinato. Faltan razones, o al menos algun dato por el que eso suceda, porque sinceramente queda medio colgado de las patas.
Trabajá más en eso y vas a tener un muy buen cuento.

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ahdaria In reply to eddiopolis [2007-10-19 13:01:59 +0000 UTC]

Copiaré y pegaré este post en todos sus comentarios, ya que pretende responder a ellos de la mejor manera:

1.- La semana pasada fue de colapso en mi oficina, por tanto no alcancé a terminar lo que estaba escribiendo para . El tema de la semana era “Lo que ocurre la noche de difuntos en el cementerio”, y quería participar, así que hablé con , el administrador, para ver si era posible que me permitieran entregarlo con un plazo extendido, a lo que él, amablemente, respondió que sí después de consultarlo con el otro participante de la semana . Esta conversación tuvo lugar el Domingo 14.
2.- El Lunes 15 pretendía entregar el trabajo, pero lamentablemente en la madrugada de ese dia, mi abuela, con quien vivo, sufrió una caída bastante delicada. Me pasé todo el día preocupada de esta situación, por lo que no alcancé a terminar el relato.
3.- El Martes 16 trabajé en él durante mi hora libre en la oficina, pero todavía no lograba terminarlo. Decidí llegar a mi casa a terminarlo por la noche, pero cuando quise ocupar mi PC éste comenzó con un fallo grave de Windows, que hace que se reinicie a los 5 minutos de estar encendido. Ustedes comprenderán que a estas alturas estaba demasiado frustrada y enojada por la serie de dificultades que se me presentaron para escribir el relato, así que lo terminé completamente a la diabla, como decimos en Chile (o sea, descuidadamente), y como pude me las arreglé para subirlo en los cinco minutos que mi computador me hace el favor de funcionar.

Sé que la excusa agrava la falta, pero quisiera que disculparan la calidad de este trabajo. Si lo presenté, fue porque pensé que sería irresponsable no cumplir con el compromiso de entregarlo, sobre todo considerando las facilidades que se me dieron. Sé que no está apto para competir, pero creí que sería menos feo entregar un trabajo malo que no entregar nada.

Mis disculpas, y prometo re escribirlo para poder brindarles un relato que sea agradable de leer, completo y comprensible para todos.

Gracias por sus comentarios y apoyo!

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Kreender [2007-10-17 05:04:03 +0000 UTC]

Me caia bien el capita, no comprendi porque la mato, no me quedo claro eso.

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ahdaria In reply to Kreender [2007-10-19 13:02:06 +0000 UTC]

Copiaré y pegaré este post en todos sus comentarios, ya que pretende responder a ellos de la mejor manera:

1.- La semana pasada fue de colapso en mi oficina, por tanto no alcancé a terminar lo que estaba escribiendo para . El tema de la semana era “Lo que ocurre la noche de difuntos en el cementerio”, y quería participar, así que hablé con , el administrador, para ver si era posible que me permitieran entregarlo con un plazo extendido, a lo que él, amablemente, respondió que sí después de consultarlo con el otro participante de la semana . Esta conversación tuvo lugar el Domingo 14.
2.- El Lunes 15 pretendía entregar el trabajo, pero lamentablemente en la madrugada de ese dia, mi abuela, con quien vivo, sufrió una caída bastante delicada. Me pasé todo el día preocupada de esta situación, por lo que no alcancé a terminar el relato.
3.- El Martes 16 trabajé en él durante mi hora libre en la oficina, pero todavía no lograba terminarlo. Decidí llegar a mi casa a terminarlo por la noche, pero cuando quise ocupar mi PC éste comenzó con un fallo grave de Windows, que hace que se reinicie a los 5 minutos de estar encendido. Ustedes comprenderán que a estas alturas estaba demasiado frustrada y enojada por la serie de dificultades que se me presentaron para escribir el relato, así que lo terminé completamente a la diabla, como decimos en Chile (o sea, descuidadamente), y como pude me las arreglé para subirlo en los cinco minutos que mi computador me hace el favor de funcionar.

Sé que la excusa agrava la falta, pero quisiera que disculparan la calidad de este trabajo. Si lo presenté, fue porque pensé que sería irresponsable no cumplir con el compromiso de entregarlo, sobre todo considerando las facilidades que se me dieron. Sé que no está apto para competir, pero creí que sería menos feo entregar un trabajo malo que no entregar nada.

Mis disculpas, y prometo re escribirlo para poder brindarles un relato que sea agradable de leer, completo y comprensible para todos.

Gracias por sus comentarios y apoyo!

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ahdaria In reply to Kreender [2007-10-17 12:30:19 +0000 UTC]

A mí tampoco! No me gusta el resultado.

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