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Description
Las clases de Tango, en ese momento podían esperar. De un solo tirón se pusieron de pie. Martín se sentó en el sillón y por impulso obligó al chileno a ponerse encima. Una chispa se encendió en ese momento. No sabían el motivo, pero era necesario hacerlo. Como quien dice, se necesitan dos para un Tango... No se dirigían palabras alguna, sus ojos hablaban por sí solos. "Hagámoslo"

Sus labios se unían, y sus lenguas daban paso al sabor, al sentimiento... ¿al amor? El argentino tenía una mirada lujuriosa, se relamía los labios mientras pasaba sus cálidas y blancas manos por ese moreno torso, tan suave. Lame lentamente. El chileno emite gemidos ahogados, que suplican salir. Martín ardía por dentro. Como un salvaje acto, le arrancó la polera.

-Weón... mi pole... agh...- El argentino le comienza a lamer los pezones, con lentitud y algo de presión. Manuel no aguanta más, sus gemidos salían sin vergüenza, y con cada uno de ellos, excitaba aún más al rubio.

Éste jugaba con sus pezones, los mordía, los rasgaba con los dientes. El chileno se retorcía de excitación, pero el argentino lo tenía bien sujeto con sus manos. Los pezones del castaño se pusieron duros, dio una última lamida rápida y fue subiendo hasta el cuello. Manuel sentía un cosquilleo, se sonrojaba y cerraba los ojos.

-Che Manu... vayamos a la pieza- Tomo en brazos a Manuel y se lo llevo espaleras arriba...

-Weón mi celular...

-Dejalo...

Llegaron frente a la puerta de la pieza. El rubio la pateo y entro. Tira salvajemente al chileno a la cama y cierra la puerta. Manuel sentía la adrenalina, la excitación, todo eso recorría su interior intensamente. Martín se saca su polera y se pone arriba de Manuel. Vuelve a atacar el cuello. Mordidas y roses, hacían gemir y sonrojar al castaño.

Su cuerpo tenía rastros de chupones y marcas de dientes por los hombros. El argentino le quita los pantalones junto con los boxers negros que traía puesto. Lame el miembro del chileno, lento, saboreando con lujuria.

-Agh... M-Martín... mmgh...- Manuel no podía hablar, sus gemidos tapaban sus palabras. Para Martín era dulce... dulce música, pero aun así no dejaba de tener cuidado para no lastimarlo. El argentino dejo el miembro y miro seductor al sonrojado ojimiel...
Se quita violentamente sus pantalones y manda a la mismísima mierda sus calzoncillos.

-Manu... mírame a los ojos...- Esas palabras hacían temblar al desnudo castaño. La magia de esos ojos... ¿Qué harían ahora?... Esmeraldas bañadas en miel, era lo que sucedía cuando se efectuó el contacto visual. Se besaron con deseo.

Este era el resultados de semanas... o mejor dicho días, sin estar juntos... o por lo menos no de esa manera. Martín abre las piernas de Manuel... hermosa vista. Mete con cuidado dos dedos en la cavidad del chileno... Éste muerde sus labios, retorciéndose de placer... Deja de morder y opta, casi por reflejo, a tapar su boca con la mano. Aun asi sus gemidos se oían. Sentía esos tibios dedos dentro de él, pero ahora son tres... cuatro. "Listo" Los saca despacio, e introduce su miembro en Manuel.

-AHHH!... w-weón... aght!... me-me duele- Del rabillo de los ojos caían lágrimas, las cuales se deslizaban por las rojas mejillas.

-Mmh!... tranquilo Manu, va a pasar...- Seguía adentrándose y Manuel gemía aún más, mientras arrugaba las sabanas debajo de él. Poco a poco ese dolor ardiente iba pasando.

El argentino comienza un vaivén lento, para no dañar al chileno recién preparado. Los gemidos sonoros de hicieron dulces otra vez. Hacían que el rubio de excitara más y más. Oía su nombre salir de esa boca... Para él, era la ambrosía misma.

-Aagh... Martín... mmhp...- Manuel siente esa calidez por dentro. Se siente bien, tan excitado como ese argentino. Solo podía decir entre gemidos y jadeos el nombre de ese rubio de ojos verdes.

El vaivén se volvió más rápido. El chileno soltó las sabanas y se aferró al cuello de Martín. Con esos antojos de más. El castaño da un mordisco a ese blanco y suave cuello.

-AH!... boludo...- El argentino estaba enloquecido de excitación. Manuel seguía dejando sus marcas, chupones por todo el cuello.

Martín se detuvo. Cambio de posición. Se recostó y Manuel se puso encima.

-Te amo Manu...

-Mmhp... también te... am... aahg...- Martín lo penetra con rapidez y comienza nuevamente el vaivén rápido.

A pesar que las cortinas estaban cerradas, Martín veía a la perfección. Frente a él, estaba el torso desnudo del chileno. Por alguna razón, sin haber tanta luz el cuerpo de Manuel brillaba. El argentino se lamia los labios. Era necesario saborearlo una vez más. Levanta su espalda y recorre con sus manos la espalda de Manuel. Mientras lame los pechos de Manuel, jugueteando nuevamente con los pezones. Manuel no se detenía, saltaba, no quería parar ese ritmo. Gemía y jadeaba, diciendo palabras desconocidas y sin sentido. Martín deslizo sigilosamente las manos hasta abajo. Tomo de las caderas al chileno, haciendo que subiera y bajara lentamente.

-Ah... Thhg!... Martín... aaah...- Manuel se retorcía, al argentino se le hacía difícil seguir lamiendo el dulce torso del moreno.- M-Más... más rápido- El rubio estaba por terminar, pero cumpliría la orden. Aceleró el ritmo. Era allí cuando el chileno disfrutaba más.

El deleite llegaba a su fin. Hacía calor en esa pieza, ahogante, pero excitante. Ambos jadeaban acelerados. Un último gemido fuerte de Manuel y Martín libera su sustancia dentro de él. Manuel también libera la suya en el estómago del rubio. El silencio se hace presente unos minutos.

-Te amo Manu... te amo- Martín lo abraza con sus últimas fuerzas.

-Yo también... te amo weón- Lo abraza también.

Ambos caen pesadamente hacia atrás. Agotados. Se les vino encima el sueño. Manuel no podía más. Martín suspira, se estira, con el chileno encima, para alcanzar las frazadas. Con la quietud tan repentina, el calor se volvía frio. Toma las frazadas y se cubren. Manuel tenía los ojos cerrados, pero seguía consiente.

-Oe...- Abrió lento los ojos color miel.

-¿Qué pasa Manu?- Pensaba que el chileno se había dormido. Tenía en él un tono tan relajado.

-Adivina

-¿Qué?

-Adivina poh.

-Aaah... ¿quedaste con ganas?

-No aweonao

-Entonces ¿qué?

-Te amo

-Eh?

-Que te amo! Sordo e mierda.

-Mmmh...- le da un beso suave. Con cariño- Yo también te amo Manu.

Ambos callaron y se quedaron dormidos. Se sentían tan bien juntos. Compartir los sentimientos con el otro, y ser bien recibidos, con amor. Era perfecto.

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En el living sonaba el celular de Manuel.

-... El número que a marcado no responde. Por favor, deja tu mensaje después del tono. Pip!-

Tiare cuelga y deja el celular en la cama. Se levanta, con el papelito que Manuel le había dejado.

-Pucha Manu... mmh... tengo hambre- Baja las escaleras y va a la cocina- jaja me hare un completito.

Saca las vienesas del congelador. Hecha agua en una olla y prende la cocina.

-Mmh?... no hay palta ni tomate... bueno, un completo a lo pobre entonces- Saca el kétchup y la mayonesa- ¿Qué? ¿No hay mostaza?... Cuando el omaoma llegue, le encargo una.

Preparo dos completos a lo pobre para ella sola, fue al living, toma el control remoto y se puso a ver Los Simpson en la tele.

"¿Qué estarán haciendo esos dos?"

*C*C*C*C*C*C*C*C Fin Capitulo 5... MIAU!*C*C*C*C*C*C*C*C

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Las clases de Tango, en ese momento podían esperar. De un solo tirón se pusieron de pie. Martín se sentó en el sillón y por impulso obligó al chileno a ponerse encima. Una chispa se encendió en ese momento. No sabían el motivo, pero era necesario hacerlo. Como quien dice, se necesitan dos para un Tango... No se dirigían palabras alguna, sus ojos hablaban por sí solos. "Hagámoslo"

Sus labios se unían, y sus lenguas daban paso al sabor, al sentimiento... ¿al amor? El argentino tenía una mirada lujuriosa, se relamía los labios mientras pasaba sus cálidas y blancas manos por ese moreno torso, tan suave. Lame lentamente. El chileno emite gemidos ahogados, que suplican salir. Martín ardía por dentro. Como un salvaje acto, le arrancó la polera.

-Weón... mi pole... agh...- El argentino le comienza a lamer los pezones, con lentitud y algo de presión. Manuel no aguanta más, sus gemidos salían sin vergüenza, y con cada uno de ellos, excitaba aún más al rubio.

Éste jugaba con sus pezones, los mordía, los rasgaba con los dientes. El chileno se retorcía de excitación, pero el argentino lo tenía bien sujeto con sus manos. Los pezones del castaño se pusieron duros, dio una última lamida rápida y fue subiendo hasta el cuello. Manuel sentía un cosquilleo, se sonrojaba y cerraba los ojos.

-Che Manu... vayamos a la pieza- Tomo en brazos a Manuel y se lo llevo espaleras arriba...

-Weón mi celular...

-Dejalo...

Llegaron frente a la puerta de la pieza. El rubio la pateo y entro. Tira salvajemente al chileno a la cama y cierra la puerta. Manuel sentía la adrenalina, la excitación, todo eso recorría su interior intensamente. Martín se saca su polera y se pone arriba de Manuel. Vuelve a atacar el cuello. Mordidas y roses, hacían gemir y sonrojar al castaño.

Su cuerpo tenía rastros de chupones y marcas de dientes por los hombros. El argentino le quita los pantalones junto con los boxers negros que traía puesto. Lame el miembro del chileno, lento, saboreando con lujuria.

-Agh... M-Martín... mmgh...- Manuel no podía hablar, sus gemidos tapaban sus palabras. Para Martín era dulce... dulce música, pero aun así no dejaba de tener cuidado para no lastimarlo. El argentino dejo el miembro y miro seductor al sonrojado ojimiel...
Se quita violentamente sus pantalones y manda a la mismísima mierda sus calzoncillos.

-Manu... mírame a los ojos...- Esas palabras hacían temblar al desnudo castaño. La magia de esos ojos... ¿Qué harían ahora?... Esmeraldas bañadas en miel, era lo que sucedía cuando se efectuó el contacto visual. Se besaron con deseo.

Este era el resultados de semanas... o mejor dicho días, sin estar juntos... o por lo menos no de esa manera. Martín abre las piernas de Manuel... hermosa vista. Mete con cuidado dos dedos en la cavidad del chileno... Éste muerde sus labios, retorciéndose de placer... Deja de morder y opta, casi por reflejo, a tapar su boca con la mano. Aun asi sus gemidos se oían. Sentía esos tibios dedos dentro de él, pero ahora son tres... cuatro. "Listo" Los saca despacio, e introduce su miembro en Manuel.

-AHHH!... w-weón... aght!... me-me duele- Del rabillo de los ojos caían lágrimas, las cuales se deslizaban por las rojas mejillas.

-Mmh!... tranquilo Manu, va a pasar...- Seguía adentrándose y Manuel gemía aún más, mientras arrugaba las sabanas debajo de él. Poco a poco ese dolor ardiente iba pasando.

El argentino comienza un vaivén lento, para no dañar al chileno recién preparado. Los gemidos sonoros de hicieron dulces otra vez. Hacían que el rubio de excitara más y más. Oía su nombre salir de esa boca... Para él, era la ambrosía misma.

-Aagh... Martín... mmhp...- Manuel siente esa calidez por dentro. Se siente bien, tan excitado como ese argentino. Solo podía decir entre gemidos y jadeos el nombre de ese rubio de ojos verdes.

El vaivén se volvió más rápido. El chileno soltó las sabanas y se aferró al cuello de Martín. Con esos antojos de más. El castaño da un mordisco a ese blanco y suave cuello.

-AH!... boludo...- El argentino estaba enloquecido de excitación. Manuel seguía dejando sus marcas, chupones por todo el cuello.

Martín se detuvo. Cambio de posición. Se recostó y Manuel se puso encima.

-Te amo Manu...

-Mmhp... también te... am... aahg...- Martín lo penetra con rapidez y comienza nuevamente el vaivén rápido.

A pesar que las cortinas estaban cerradas, Martín veía a la perfección. Frente a él, estaba el torso desnudo del chileno. Por alguna razón, sin haber tanta luz el cuerpo de Manuel brillaba. El argentino se lamia los labios. Era necesario saborearlo una vez más. Levanta su espalda y recorre con sus manos la espalda de Manuel. Mientras lame los pechos de Manuel, jugueteando nuevamente con los pezones. Manuel no se detenía, saltaba, no quería parar ese ritmo. Gemía y jadeaba, diciendo palabras desconocidas y sin sentido. Martín deslizo sigilosamente las manos hasta abajo. Tomo de las caderas al chileno, haciendo que subiera y bajara lentamente.

-Ah... Thhg!... Martín... aaah...- Manuel se retorcía, al argentino se le hacía difícil seguir lamiendo el dulce torso del moreno.- M-Más... más rápido- El rubio estaba por terminar, pero cumpliría la orden. Aceleró el ritmo. Era allí cuando el chileno disfrutaba más.

El deleite llegaba a su fin. Hacía calor en esa pieza, ahogante, pero excitante. Ambos jadeaban acelerados. Un último gemido fuerte de Manuel y Martín libera su sustancia dentro de él. Manuel también libera la suya en el estómago del rubio. El silencio se hace presente unos minutos.

-Te amo Manu... te amo- Martín lo abraza con sus últimas fuerzas.

-Yo también... te amo weón- Lo abraza también.

Ambos caen pesadamente hacia atrás. Agotados. Se les vino encima el sueño. Manuel no podía más. Martín suspira, se estira, con el chileno encima, para alcanzar las frazadas. Con la quietud tan repentina, el calor se volvía frio. Toma las frazadas y se cubren. Manuel tenía los ojos cerrados, pero seguía consiente.

-Oe...- Abrió lento los ojos color miel.

-¿Qué pasa Manu?- Pensaba que el chileno se había dormido. Tenía en él un tono tan relajado.

-Adivina

-¿Qué?

-Adivina poh.

-Aaah... ¿quedaste con ganas?

-No aweonao

-Entonces ¿qué?

-Te amo

-Eh?

-Que te amo! Sordo e mierda.

-Mmmh...- le da un beso suave. Con cariño- Yo también te amo Manu.

Ambos callaron y se quedaron dormidos. Se sentían tan bien juntos. Compartir los sentimientos con el otro, y ser bien recibidos, con amor. Era perfecto.

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En el living sonaba el celular de Manuel.

-... El número que a marcado no responde. Por favor, deja tu mensaje después del tono. Pip!-

Tiare cuelga y deja el celular en la cama. Se levanta, con el papelito que Manuel le había dejado.

-Pucha Manu... mmh... tengo hambre- Baja las escaleras y va a la cocina- jaja me hare un completito.

Saca las vienesas del congelador. Hecha agua en una olla y prende la cocina.

-Mmh?... no hay palta ni tomate... bueno, un completo a lo pobre entonces- Saca el kétchup y la mayonesa- ¿Qué? ¿No hay mostaza?... Cuando el omaoma llegue, le encargo una.

Preparo dos completos a lo pobre para ella sola, fue al living, toma el control remoto y se puso a ver Los Simpson en la tele.

"¿Qué estarán haciendo esos dos?"

*C*C*C*C*C*C*C*C Fin Capitulo 5... MIAU!*C*C*C*C*C*C*C*C