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Description
Recordar el hecho de que las manecillas del reloj tocan las 11 cada vez que me despierto es ironico, pero en los momentos mas dificiles tiendo a procastinar y vagar entre mis dulces ideas.

El egoismo y la egolatria nunca dejan atras mi pasado y me persiguen en un inconstante deseo de fortalecer a mi pobre y olvidado orgullo.
¿No sera el hecho de que cada vez que hablo de mi, me olvido un poco del hecho de vivir por mi? o No sera el hecho de que aun en sueños la dependencia emocional me sigue como fantasma errado intentando romper el complejo freudiano mas simple.

"Aun las palabras mas dulces no hacen efecto cuando uno sucumbe ante el dolo de ser rechazado" - me digo a mi misma - Y digo rechazado no por el mundano hecho de pelica hollywoodesca sino referido a todo ambito emocional - Me corrigo nuevamente.

Cuando las ideas llegan las manecillas del reloj nunca se detienen.

"Sabes por un momento siento que aumentan su velocidad" - sonrio
Enserio? - me contesto

Por supuesto cada vez que las manecillas del reloj tocan las doce los recuerdos acechan. Y aun cuando necesito vomitar todo los colores difusados en mi constelacion no encuentro el momento, lugar y objeto de deseo. Y hablamos objeto de deseo como persona fisica que tiene tu confianza ganada desde hace muchos siglos lunares. Y esque aveces pienso que mi taciturnidad me agobia como un balde de agua fria en la mañana. Desgraciadamente odio el frio de la mañana.

" ¿Tanto como odias saber que hiciste algo mal? "

Tengo tanto miedo de ser yo misma ante los demas, que me reservo mis sentimientos. Los atesoro y guardo en una cajita de pandora apunto de estallar. ¿Desde cuanto he temido llorar? ¿Desde cuando he temido tomar las decisiones mas peligrosas? ¿Desde cuando intento ser un ser humano perfecto?

Me he sentido vacia desde hace mucho tiempo.

- Es un sentimiento del cual pense haber olvidado - rectifique
- Pero tiende a ser recurrente - grite - tan recurrente como los latidos fuertes luego de correr o como la lluvia en primavera.

Las manecillas del reloj nunca paran, aun cuando toquen las dos de la mañana.
Y te juró: "yo estare en cualquier momento para ti"

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Recordar el hecho de que las manecillas del reloj tocan las 11 cada vez que me despierto es ironico, pero en los momentos mas dificiles tiendo a procastinar y vagar entre mis dulces ideas.

El egoismo y la egolatria nunca dejan atras mi pasado y me persiguen en un inconstante deseo de fortalecer a mi pobre y olvidado orgullo.
¿No sera el hecho de que cada vez que hablo de mi, me olvido un poco del hecho de vivir por mi? o No sera el hecho de que aun en sueños la dependencia emocional me sigue como fantasma errado intentando romper el complejo freudiano mas simple.

"Aun las palabras mas dulces no hacen efecto cuando uno sucumbe ante el dolo de ser rechazado" - me digo a mi misma - Y digo rechazado no por el mundano hecho de pelica hollywoodesca sino referido a todo ambito emocional - Me corrigo nuevamente.

Cuando las ideas llegan las manecillas del reloj nunca se detienen.

"Sabes por un momento siento que aumentan su velocidad" - sonrio
Enserio? - me contesto

Por supuesto cada vez que las manecillas del reloj tocan las doce los recuerdos acechan. Y aun cuando necesito vomitar todo los colores difusados en mi constelacion no encuentro el momento, lugar y objeto de deseo. Y hablamos objeto de deseo como persona fisica que tiene tu confianza ganada desde hace muchos siglos lunares. Y esque aveces pienso que mi taciturnidad me agobia como un balde de agua fria en la mañana. Desgraciadamente odio el frio de la mañana.

" ¿Tanto como odias saber que hiciste algo mal? "

Tengo tanto miedo de ser yo misma ante los demas, que me reservo mis sentimientos. Los atesoro y guardo en una cajita de pandora apunto de estallar. ¿Desde cuanto he temido llorar? ¿Desde cuando he temido tomar las decisiones mas peligrosas? ¿Desde cuando intento ser un ser humano perfecto?

Me he sentido vacia desde hace mucho tiempo.

- Es un sentimiento del cual pense haber olvidado - rectifique
- Pero tiende a ser recurrente - grite - tan recurrente como los latidos fuertes luego de correr o como la lluvia en primavera.

Las manecillas del reloj nunca paran, aun cuando toquen las dos de la mañana.
Y te juró: "yo estare en cualquier momento para ti"