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DayeCreepy — El origen de Magic Phantom
Published: 2017-03-30 23:06:07 +0000 UTC; Views: 866; Favourites: 4; Downloads: 0
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Description

♠El origen de Magic Phantom ♠:

A muchos les gusta el circo, los clásicos trucos de magia que al público dejan encantado. Los magníficos colores que deslumbran el panorama y le da el toque de alegría para completar. No podemos dejar pasar los acróbatas que desafían a la muerte en la cuerda floja y los animales entrenados para hacer que las personas vivan una experiencia increíble, aros de fuego, payasos y globos destacan. Ya estando en el tema, casi todos han ido al circo, pero si nunca has visitado alguno, esta historia te hará querer ir y saltar de la emoción. Todo cambiara, la alegría se convierte en sufrimiento y las risas en llantos, este es el origen de “Magic Phantom”.

Era otro día gris, nublado y desolado en un pueblo desconocido donde la risa no se escuchaba de alguna persona, cualquiera que salía de su hogar, solamente observaba como los arboles decaídos dejaban que sus hojas perecieran contra el viento frio. La descripción de aquel lugar era como “Oscuro”, porque en realidad lo era, se encuentra en Estados Unidos, lo único bueno es la economía.

Algo había cambiado en el ambiente del sitio, algunos lo llamaban como “la luz”, había llegado un circo de pocos recursos aunque siempre fueron los mejores en ese entonces, dos caballos pasaban por las calles donde traían las vagonetas del acto.

-“¡Vengan, acérquense al mejor circo de la región que les alegrara la vida por un bajo precio. Animales, payasos, acróbatas y magos hay acá, vengan a Big Laugh Circus!”- Grito con emoción un hombre  que manejaba a los caballos para que se guíen y se instalen en el centro del pueblo.

Todo sería diferente desde ese día, las personas por curiosidad decidieron ir al lugar mencionado, terminaron saliendo con una gran sonrisa que nunca tuvieron, los beneficios se compartieron con el pueblo y los trabajadores, el show tuvo éxito, tanto que les alcanzo para un par de cervezas, que mejor que eso para recompensar el gran trabajo.

-“Vaya, ganamos mucho hoy, y en cambio este sitio ríe otra vez. ¡A celebrar muchachos!” – Dijo Richard, el dueño de Big Laugh Circus mientras contaba las ganancias que obtuvieron.

-“Oye querido Tom, te luciste como siempre” – Menciono un acróbata mirando al mago.

Magic Tom, su nombre real es Tomás Green, mejor conocido como el mago del circo, un joven de 23 años con cabellera negra y los ojos de color ámbar de tal modo que se le veían amarillos, era apuesto decían ciertas personas. Empezó con la magia a los 9 años con el resultado de que fuera un astro en la magia, no era un gran profesional pero sus trucos no se podían comparar, eso logro hacer que lo contrataran como mago.

-“Gracias, ustedes también estuvieron excelentes. Por eso nos merecemos un brindis, ¿no lo creen?” – Dijo a todos sus compañeros cuando se subió a un par de cajas para que lo escucharan mejor.

-“¡Sí!” – Exclamaron todos chocando una botella con la otra en seña de felicidad. Los únicos que no tomaban eran Tomas y su ayudante, Rubí, veían como los otros disfrutaban de su trago de ron.

-“¡Tom!, mira lo que traje” – Le dijo Rubí al mago, sosteniendo un emparedado de jamón, el favorito de él, sabía que no iba a tomar nada así que le hizo ese pequeño gesto.

-“Oh, no tenias que hacerlo pequeña gema” – Respondió Tom tomando el plato.

-“No es problema para mi, después de todo, aquí se van a emborrachar” – Dijo la mujer observando el ambiente.

-“Je, cierto. Ahora a recuperar fuerzas, mañana hay que seguir con la función.” – Respondió el mago hasta que mordió su emparedado y se deleito con el sabor.

Fue así durante el día siguiente, celebrando, riendo y jugando. Los pueblerinos otra vez volvieron a “Big Laugh Circus” para entretenerse, le daban una ayuda al dueño y sus trabajadores, la mayoría le encantaba lo que hacía Tom con sus actos, desaparecer y reaparecer cosas delante de todos, incluso hacer ilusiones que dejaban a todos queriendo por mas. Su personalidad era simplemente amable y gracioso, nada que ver con algo malo; no obstante, perdería esos rasgos característicos en aquella noche de otoño. Tomás, estaba en su vagoneta, inspirado por las estrellas que parpadeaban con resplandor en el cielo, admiraba esa vista, por eso siempre se sentaba a esperar a que fuera su turno para el show. 

-“Que linda vista… Ojala que sea así todo el tiempo. Haciendo que la gente disfrute con nuestro trabajo y con la magia, aunque a veces puedan tomarme por loco” – Dijo Tom en un tono algo aburrido para sí mismo, mientras seguía apreciando el estrellado cielo y esperando su turno de salir, fue hasta que se sintió extraño, una sensación similar a ser observado, la terrible sensación de que alguien te mira sin que tú puedas mirarlo a él.

Eso alarmo al hombre y comenzó a buscar al responsable de causarle ese sentimiento, no entendía nada, pero asimiló que tal vez eran sus compañeros la cual le iban hacer una de sus típicas bromas.

-“¿Liam?, ¿Paul?... ¡Chicos no empiecen con sus payasadas de siempre, voy a comenzar con mi acto!” – Alzo la voz sacando la mitad del cuerpo en la ventana de su vagoneta, esperando que alguno de los mencionados saliera de su escondite, aun así, nadie le respondió. Solo se escuchaba grillos y ciertos gritos de alegría donde se hacia el show. Dirigió su mirar al bosque pero no había mucho que decir, estaba lo suficientemente oscuro como para no ver nada.

Se asusto un poco haciendo que se volviera a sentar donde estaba, respiro profundo por segundos para calmarse, su alegría volvió cuando tocaron su puerta. Abrió de inmediato y sonrío, aliviándose de ver a su ayudante, sabía lo que tocaba después, así que se acomodo su moño y su sombrero para deleitar a todos otra vez. Lo único que no le agradaba era que se sentía observado en el momento que cerró el circo, trato de ignorarlo y eso no lo pudo hacer, pensó que era solo porque estaba rodeado de gente todo el tiempo, no, era algo más inexplicable, esa noche no logro consolar del sueño, se movía de un lado a otro sin hacer un avance de quedarse dormido, incluso gruño y golpeaba despacio su almohada, solo quería descansar, cuando casi lo conseguía ya era de día, al percatarse de eso, no tuvo de otras que levantarse medio adormilado mientras se tambaleaba de un lado a otro. Lo peor es que seguía teniendo la pésima sensación de ser observado, en una de esas, escuchaba pasos de donde no había nadie o así parecía, esos fueron los días que pasaron lentos según él, no quería contar nada a nadie porque le iban a decir loco y cosas que para el eran patéticas y repetitivas. Aumentaba la sensación, con el resultado de hacerlo pensar que en realidad se volvía loco o que alguien lo perseguía. “Ya no más”, pensó. Tuvo la decisión de no callar más.

-“Muchachos… Eh, quiero hablar con ustedes.” – Dijo Tomás tratando de no sonar sospechoso. Se acerco a donde estaban Richard y sus compañeros las cuales se posaban en cajas o sus cosas de trabajo.

-“Por favor, hazlo. Haz estado diferente, no lo sé, es como si hubieses estado muy alejado, tu magia no es la misma.” – Contesta su jefe volteando su cuerpo hacia él.

Miraban al mago esperando su relato o lo que sea que fuera, igualmente seguían en lo suyo, preparándose para el quinto día de su show, sin perder más, Tom respiro profundo y relajo sus tendones para hablar mejor.

-“¿Alguien más siente que los vigila?” – Pregunto inocente.

De inmediato todos pusieron cara de confusión total, era algo demasiado extraño para ellos, unos sonreían y aguantaban las ganas de reírse, Tom lucia demasiado serio como para hacer del momento una cosa de niños pequeños. Noto eso en la expresión de sus compañeros y cruzo los brazos haciendo entender que hablaba enserio.

-“Tomas, ya hemos hablado de no hacer bromas de ese tipo” – Le dijo Richard sin voltearse al mago.

-“¡No es una broma!, no he dormido bien por eso, hay alguien que me sigue… Escucho pasos” – Insistió Tom, su actitud comenzaba a cambiar para ajustarse a la situación.

-“A ver, no duermes bien porque un sujeto te acosa, ¿ves lo ridículo que suena eso?, tus chistes malos daban más gracia” – Dijo un tipo conocido como Liam, el cual se maquillaba como payaso. En su voz se notaba el sarcasmo a kilómetros. Eso hizo que la mayoría se riera por la verdad obvia.

-“Apuesto mi sombrero a que son ustedes” – Le dijo el mago mirando con confianza a su compañero.

-“Si fuero yo o alguno de nosotros, no lo haríamos tan obvio, nuestras formas de divertirnos no son tan raras como las tuyas” – Contesto Liam, colocándose pintura roja en partes de su cara así completando su disfraz.

Esa fue la gota que colmo el vaso, Tomas gruño y frunció el seño al escuchar tal insulto para él, en eso, se volvió hacia él y golpeo con fuerza una caja que posaba en frente. El golpe fue tan fuerte  llegando para callar a todos y dejando que el silencio se expandiera como polvo en el aire.

-“¿Me estás diciendo que estoy loco y que soy raro?” – Pregunto el mago aun con su mano en la caja, ya su amabilidad se termino, ahora solo quería que le creyeran por eso su mirada reflejaba furia.

-“No insinúa, es que lo eres…” – Menciona el dueño del león el cual sostenía un látigo.

-“Muy cierto, ahora cambia la talla de tu sombrero Tom, te aprieta demasiado y te hace ver cosas” – Agrega uno de los acróbatas desde la cuerda floja, a pesar de la altura, se escucho lo que quiso decir.

Ya de ese momento, se rieron por las burlas, al pelinegro no le hizo ni una pizca de gracia, se quedo parado escuchando como nadie lo tomaba enserio.

-“¡CALLENSE!” – Tomás Grito demasiado fuerte callando a los otros. Lo volvieron a mirar pero esta vez de manera rara. El mago se dio cuenta de lo que pasaba con él, así que se disculpo con todos y les agradeció por el tiempo de escucha a sus problemas. Sin nada más que decir, se fue a su camerino o vagoneta donde se sentó en la cama.

Se quedo pensando en quien podría ser, si nadie le creería, tenía que comprobarlo por sí mismo para no perder la esperanza. Volvió a sentir la repulsiva sensación, casi al momento, se levanto y miro al bosque por la ventana, sabia de donde provenía y ya lo iba a comprobar si o si, no sería tan difícil para alguien que sabe usar magia, en eso, su mirada se ajusto a la oscuridad del bosque, se quedo mirando y mirando hasta que logro ver una lamparilla verde, su portador vestía con una chaqueta de cuero vieja por lo que se observaba. Tom trataba de comprender de quien era, nunca lo había visto en algunos de los shows o en la entrada, por eso se le hizo bastante extraño el sujeto. Era un hombre alto y en sí, daba incomodidad al verlo, eso hizo que al mago le diera mas curiosidad por saber quién era y porque lo acosaba.

-“¡Oiga, señor, usted!” – Grito Tomás desde su ventana, se inclinaba más hacia afuera a un punto donde casi se cae de cara, retomo el equilibro al darse cuenta de lo inclinado que estaba, una vez esto, volvió a mirar donde encontró al hombre – “¡¿Qué?!” – Exclamo, al no poder visibilizar a su acosador. Se había ido pero la terquedad del mago le impulso para que saltara y fuera al bosque a buscar respuestas por sí solo.  –“Oh, no, tu no te vas desgraciado” – Dijo pasando por encima la madera del camerino sabiendo que el hombre se había desvanecido.

Una vez que estuvo frente a frente del lugar más oscuro del pueblo, se dijo así mismo cosas de motivación y antes de entrar, trago saliva y dio un gran suspiro. Su caminata nocturna comenzó, no se sentía bien por los arboles que se movían haciendo leves sonidos, el viento tampoco lo ayudaba mucho, se sentía una amplia corriente de frio, no fue la mejor idea que tuvo; Sin embargo seguía caminando atento a todo movimiento humano, su mente le decía que volviera cuando se dio cuenta de lo perdido que se encontraba.

-“Maldición… ¡Arg!” – Se quejo frotando sus manos una con otra – “Tal vez sea cierto de lo que dicen de mí… No es real” – Susurro, por fin, se rindió. En torno a la situación, se voltio y se iba regresando, aceptando todas las cosas de él, cada error.

Con la cabeza inclinada hacia el suelo, iba preparando una disculpa pero no pudo contener las ganas de mirar a sus espaldas, parecía que alguien lo vigilaba, fue entonces donde se giro lo más lento que pudo, eso provoco que la respiración se le hacía acelerada hasta llegar a voltearse por completo, allí estaba, un hombre robusto que concordaba con lo que había visto anteriormente. Tomás dio un pequeño salto por el susto y se tropezó, cayendo en frente del hombre. Obviamente se quedo perplejo, era real, lo era, ya no sabía que decir y se le quedo mirando fijamente, sus ojos ya reflejaban asombro y el silencio se apodero del lugar. El viento y los arboles hacían más tétrico la situación, el hombre se dirigía hacia el pelinegro mientras que este se levantaba y se preparaba para todo lo que viniera por parte del acosador.

-“¿Quién es usted?” – Pregunto Tom retrocediendo dos pasos.

El hombre no contesto nada y siguió su objetivo donde lo tenía en frente. Había una gran diferencia de altura por eso Tomás subió su mirada sin poder ver sus ojos, al instante el hombre robusto reposo su mano en el hombro del pelinegro, este pudo sentir el frio que poseía, no parecía humano, estaba mucho más fría su mano que todo el lugar.

-“Estas condenado… Tu locura te matara” – Fueron las palabras del hombre, a decir verdad, su voz era bastante profunda.

-“Pero… ¿Por qué?...” – Tom no tenía ni la mínima idea de lo que había dicho o hecho.

El hombre apretaba el hombro del joven haciendo como resultado que él se quejara y lo empujara. Ya tenía suficientes pruebas como para probar la verdad, en eso Tomás agarro su sombrero y lanzo un polvo al suelo e hizo que se prolongara por el lugar donde se encontraba pero sin antes decir unas cuantas palabras.

-“¡Algún día nos volveremos a ver anciano!” – Dijo entre carcajadas cuando todo el polvo se expandió.

Luego de un pequeño rato, Tom creó una distracción para regresar al circo. El hombre no se sorprendió al ver que el joven no estaba con él, sabía que él era mago, por eso solo quito el polvo de su cara y se desapareció entre las sombras del sitio. Por su parte, Tomás había usado el ya mencionado polvo para tele-transportarse, después de todo, tenia eso a su favor, salió de su closet para trucos de magia, no se recordó de que lo había dejado en el centro del circo, eso hizo que cuando saliera de allí, su cara de felicidad se cambiara por una de seriedad al observar a sus compañeros sentados y practicando.

-“Con que estaba escondido en su refugio, quise decir, armario de magia” – Dijo un domador de unos de los caballos mientras ponía a los animales en su respectivo lugar.

-“Solamente quiero decirles que ya se quien me observa… ¡Es un hombre alto y como anciano!” – Alzo la voz Tom.

Los demás excepto Rubí, se quedaron confundidos y a la vez casi se reían otra vez. Pero no lo hicieron, no querían hacer sentir mal a su compañero así que siguieron escuchando la historia hasta que Rubí lo interrumpió.

-“Oh, que historia tan interesante, ahora dinos donde está el hombre.” – Dijo la mujer con toda la amabilidad que poseía.

Antes de que el pelinegro le contestara, la mirada de Tom se volvió una de susto y terror, empezó a temblar y gritar muy alto – “¡Allí esta, atrás de ti, allí esta!” – Repetidas veces, todos miraban a su alrededor y no vieron nada. Hasta ahí, ya no soportaban ese comportamiento, lo intentaron tranquilizar sosteniéndolo con fuerza y aun así seguía repitiendo lo mismo. Paro de gritar cuando le explicaron que no había nada, eso le hizo entender lo poco de cordura que tenia.

-“Ya no se que hacer, tenemos que ayudarlo o algo, no quiero que se convierta en el maniaco del circo” – Dijo Richard hacia Rubí, la cual asentía a todo lo que decía.

-“Claro, supongo que por ahora solo hay que encontrar a alguien que lo ayude, hare lo posible para mantenerlo tranquilo” – Agrego la mujer. Una vez dicho esto se fue a su vagoneta y se sentó en un gran espejo para maquillarse y arreglarse.

Trato de olvidar lo sucedido con su cara reflejada en el espejo lleno de luces en los bordes, cuando se miraba el resultado de su maquillaje, noto lo que parecía ser una silueta de un hombre. Al momento se volteo dando un pequeño salto, suspiro y rio levemente hacia Tomás, el era la silueta que la asusto, solo que él no parecía feliz, jugaba con una bufanda y la hacía levitar con su magia.

-“Tom, me asustaste… Creí que estabas en tu habitación descansando” – Le dijo la mujer acomodando su cabello.

 -“¿Tu también me tomas por loco?” – Respondió otra cosa sin mirarla siquiera.

-“No, yo te apoyo en todo lo que te propongas” – Dijo junto con una sonrisa Rubí,  se sentía mal y la culpabilidad le llego.

El pelinegro le devolvió la sonrisa pero duro escasos momentos por ciertas cosas.

-“Creí que nadie me podría entender tanto como tu… Pequeña gema” – Susurro antes de poner la bufanda en su sitio.

-“¡Siempre estaré para ti!, ya sabes somos compañeros desde hace años” – Agrego la mujer. En el fondo ella sabía que necesitaba más ayuda que nunca aunque solo quería pasar tiempo con él en ese momento.

De allí comenzaron una larga plática sobre las cosas de la actualidad, la magia, sus pasados y detalles de las cuales jamás se olvidan, recordando su razón de ser y subsistir. Tom dijo una palabra que definiría muchas cosas sin darse cuenta de ello.

-“Hace varios años que no bailo… ¿Y tú?” – Pregunto sentado desde arriba de una de las vagonetas junto a Rubí.

Antes de hablar, se podía notar la vergüenza que le producía la pregunta – “Yo no sé bailar.” – Susurro, mirando a otro lado para evitar el tema.

-“En eso no hay problema” – Le contesto el mago para después bajarse de donde estaba y encender luces que daban brillo al pequeño sitio.

La chica castaña aun no procesaba lo que ocurría por eso miro a Tom dudosa. No era necesario que le dijera nada, el solo rio de forma amable señalando para que bajara. Obtuvo como respuesta de Rubí que se bajara de su vagoneta y se pusiera en frente de el, entendió lo que tramaba por eso también comenzó a reír.

-“Es que yo no…”

-“Shh, no es necesario que hables, solamente sígueme el paso y ya verás” – La interrumpió sosteniendo la mano de la mujer y también poniendo la otra mano en su cadera.

Con un leve movimiento de mano, encendió un radio que estaba cerca. Una balada romántica se ampliaba por donde estaban, eso les dio la señal haciendo que comenzaran a bailar suavemente, desde cualquier punto de vista Rubí no sabía nada, pero Tom la ayudaba en eso, ya le mantenía el paso y ya conseguía un baile que para ellos dos, era perfecto. Lo genial fue que ya no se sentía observado, se sentía libre de todo. Después, reían y hacían pasos locos como para divertirse, fue la noche más linda que hubieran tenido jamás; No obstante, todo lo lindo se acaba y es aquí donde se termina lo cursi.

Los dos últimos días fueron una terrible tortura para Tomás, llevaron a un doctor para ayudarlo con su paranoia pero nunca se atrevió a salir de su camerino, se la pasaba gritando lo mismo: “¡No estoy loco, no estoy loco, no estoy loco!” – Cada vez gritaba más fuerte e incluso pateaba, golpeaba y decía cosas sin sentido, la conclusión de muchos fue de que el ya perdido contra la locura. Eso no detuvo a los del circo pero tuvieron que cancelar el show de “Magic Tom” hasta que se recuperara, eso provoco chismes por parte de casi todo el pueblo, lo que trajo como consecuencia  mala reputación a “Big Laugh Circus”, no lo terminaron cerraron o clausurando el circo por que cubrían cualquier especulación de Tomás. Un 23 de octubre el dueño, Richard, tomo la dolorosa decisión de irse antes de que cierren su trabajo, por ello mando a que todos sus trabajadores comenzaran a recoger sus respectivas cosas de show, solamente faltaba Tom, ya hasta les daba miedo de entrar a su habitación.

-“Tomás… Ya nos vamos de aquí, puedes salir, el tal hombre ese no te vendrá a golpearle o lo que sea… ¿Tomás, estas allí?” – Tocaba Richard la puerta de la vagoneta del mago, lo único que no le parecía “bien” es que no grito, ni nada. Tranquilidad, tal vez este dormido, tal vez muerto, cualquiera de muchas de las opciones eran malas.

Una vez que no tuvieron respuesta por parte del pelinegro, abrieron a la fuerza sin importar más. Jamás se imaginaron el horror cuando se dieron cuenta de que el mago no estaba, solo sus cosas desordenadas por todas partes, cartas, pelotas y ropa en el suelo de madera se podían apreciar.  De inmediato comenzaron una búsqueda, las autoridades se involucraron en el caso, lo más doloroso fue ver como Rubí dejaba caer lagrimas, la culpabilidad la cegó completamente, era demasiado para todos. Buscaban sin parar, por dos días enteros, eso daba que se retrasaran en su trabajo, otra razón por la cual seguir buscando. Mientras los días de búsqueda se hacían, personas y mascotas también desaparecían, era como si todo estuviera conectado, solo que la última vez que fueron vistos las personas desaparecidas iban a la tienda, al bosque o a pasear, lo típico en un pequeño pueblo.

30 de septiembre  - Dos días de búsqueda:

Richard, Rubí y los demás, estaban exhaustos por toda la caminata que dieron aquel día, casi no había rastros del mago. El dueño, camino en circulo sin concebir la desaparición de Tomás, haciendo su caminar más tensa y rápida.

 -“No hay nada. Nadie lo ha visto… ¡Y nos siguen culpando a nosotros por todo!” – Alzo Richard la voz.

-“La policía no ayuda casi nada, están ocupados con las nuevas desapariciones” – Agrego el dueño del león.

Una de las mujeres acariciaba el cabello de Rubí para hacerla sentir mejor – “Todos tienen la culpa.” – Susurro la mujer castaña, lo que hizo que las miradas se fueran hacia ella.

-“Rubí, lo único que has hecho es llorar, nosotros lamentamos mucho lo ocurrido pero eso no nos detiene en seguir buscando.” – Contesto el dueño mirando a la mujer.

Ella en respuesta, se levanto bruscamente, parece que se ofendió por el comentario, su actitud se adaptó a la situación y miro a Richard un poco disgustada. –“En primera, yo no fui quien se burlo de él. Yo si lo ayude” – Dijo Rubí defendiendo su ideología.

Eso no conmovió a los demás, por eso, de la nada comenzaron a discutir sin razones, sin sentido y sin buenos argumentos. Los gritos eran insoportables al punto de que nadie escuchaba lo del otro, el ambiente se puso hostil e incomodo, incluso para los animales que dormían, cada uno le gritaba a  alguien haciéndose el héroe, hace años no discutían así y la amistad se iba rompiendo como un vaso de vidrio en el suelo. Fue en una de esas que alguien dijo algo de mas.

-“¡No te hagas la buena!, ¡¿Crees que él quiere que peleemos así?!”- Termino de gritar Richard hacia la mujer castaña, la cual a punto de darle una bofetada, se detuvo y rompió en llanto otra vez.

-“Yo… Tampoco quiero… Esto” – Sollozo la mujer que lloraba y cubría su cara.

El dueño del circo se percato de que los gritos cesaron y suspiro por alivio además para liberar tensión. Abrazo a Rubí ya que no quería que gastara sus fuerzas en dejar caer lagrimas. –“Ya, perdóname, yo también estoy muy preocupado… Pero seguiremos buscando, lo prometo” – Le susurro Richard tranquilizando a Rubí.

Al escuchar aquellas palabras, correspondió con el abrazo y rezo, simplemente lo hizo. Los demás al ver el abrazo sonreían un poco, sabían que seguirían hasta encontrar a Tomás.

-“Desde afuera se escuchaban los gritos…” – Dijo una voz familiar desde la entrada del circo haciendo como una especie de eco alarmando a todos.

-¡Tomás!-  Alzaron las voces todos. Y de repente, comenzaban a correr hacia el mago, le dieron un gran abrazo de grupo mientras hacían sonidos de felicidad por su regreso. La mujer castaña fue la primera en darle la cálida bienvenida, a pesar de la ropa sucia de Tom, seguían celebrando.

La alegría volvió en ese conmovedor momento, Richard, se separo del grupo y se paro sobre su taburete para anunciar una fiesta de despedida y bienvenida. Hicieron una gran fiesta invitando a casi todos los del pueblo, dejando a un lado las especulaciones de “Big Laugh Circus” y sus chismes, celebraron junto a ellos. Mientras que tomaban cerveza y la música sonaba por todas partes, Tomás como siempre, hacia una pequeña demostración de su magia hacia un par de niños los cuales observaban con atención.

-“Algunas veces, las ilusiones simplemente no las creemos por el hecho de que no podemos comprender lo que acabamos de ver” – Dijo Tom concentrado para luego hacer desaparecer una pelota en frente de su joven público. Con un movimiento rápido el mago se acerco a un niño, poniendo su mano detrás de su oreja para sacar la pequeña pelota de ahí y terminar la frase –“Pero si aceptamos lo desconocido y lo ilógico nos daremos cuenta de que siempre estuvo allí” –Los niños aplaudieron alucinados por aquel mini-acto. Sin embargo; la sonrisa de Tom no era muy de fiar, parecía sospechoso en sí pero no nadie presto atención a eso.

Tomás sacudió el cabello de uno de los niños para después irse alejando mientras se inclinaba ante ellos, como muestra de gratitud, llego a un momento donde los perdió de vista ya que estaba en la sección donde posaban las vagonetas de los trabajadores y de inmediato se dirigió hacia la suya. Antes de abrir la puerta alguien lo abrazo por la espalda, por su altura y sus manos, pensó que era Rubí y así fue.

-“Pequeña gema, me asustaste” – Dijo el pelinegro con su mano en la puerta.

-“Lo siento, solo que estaba preocupada por ti… Aunque ahora parece que estas mejor, ya no estás, ¡Cu-cu!” – Le respondió Rubí haciendo el sonido de un reloj con un pájaro. El sonido que hacen cuando alguien esta zafado de la realidad.

Eso hizo reír un poco a Tom pero abrió la puerta y entro rápidamente, antes de que la castaña dijera otra cosa, cerró la puerta en su cara. Lo que confundió a Rubí, entonces entro de forma cuidadosa, observo la pequeña habitación que estaba aun desordenada y a oscuras, noto al pelinegro sentado en su cama con las manos que cubrían su cara. Dejo su sombrero a un lado y cubrió sus ojos, dio a entender que le ocurría algo.

-“¿Pasa algo Tomás?” – Le pregunto la castaña mientras se sentaba cerca del mago.

-“Yo lo hice…” – Susurro en respuesta a la pregunta, debido a la música Rubí no pudo comprender lo que quería decir.

-“¿Hacer que…?”  - Volvió a preguntar la mujer esta vez inocente.

-“Cuando escape quise comprobar que no mentía, por eso fui a buscar al hombre robusto pero no encontré nada. Me sentía desorientado así que necesitaba desahogarme, comencé a golpear cosas hasta que me tropecé con un pequeño niño. No sé porque en ese momento mi mente se torno en blanco, cuando recapacite, me di cuenta de lo que hice…” – Narro Tom mientras sus ojos solo miraban al frente sin ninguna expresión.

Rubí, se comenzó a alejar lentamente de él, no concebía lo que conto, mas bien, la altero a un punto de miedo. No era necesario de seguir con el relato, ya no quería estar cerca del pelinegro, ya no era el cuerdo de Tomás.  Al llegar a la salida de la vagoneta, giro la perilla bastante fuerte como para hacer ruido, haciendo que el mago voltee a verla, la mujer no podía abrir la puerta ni con toda su fuerza, se asusto con cada minuto que pasaba. De repente sintió unas manos que le cubrieron la boca y una extraña fuerza que la paralizo, Rubí, sollozaba y casi ni se movía, cuando se dio cuenta de que Tom estaba detrás de ella con sus manos cubriendo su boca, su corazón palpitaba muy rápido. -

-“¿A dónde crees que vas mi pequeña gema?... No quiero que la fiesta se arruine por ti.” – Le susurro el pelinegro a la castaña que continuaba moviéndose para liberarse de su magia. Pero solo quito sus manos de su boca para escuchar los gritos.

-“¡Haz perdido la razón!” – Grito Rubí para que alguien de la fiesta la escuchara o para que su compañero dejara de comportarse como loco.

En eso, el mago la empujo hacia una de las paredes de madera, haciendo que quedara entre cara a cara con ella. -“Pero si la perdí hace mucho tiempo” – Le volvió a susurrar esta vez sosteniéndola del cuello y poniendo su brazo de una manera para que no escapara, la acorralo literalmente.

Rubí se dio cuenta de lo perdido que estaba, por eso lo empujo y se libero hasta que la presión volvió, atrapándola otra vez y escucho unas cuantas palabras antes de que Tom la dejara irse –“Creí que me entenderías, pero eres como ellos, una estúpida mas… Como los que juzgan al que no encaja.” – Dijo el mago para luego volverla a soltar, la castaña no dudo dos veces antes de salir corriendo por ayuda, dejando atrás al hombre que decía llamar “amigo”.

Mientras tanto en la fiesta, Richard se dio cuenta de los llantos de Rubí que se acercaba hacia el de manera repentina. Entre la multitud logro ver a la mujer castaña correr hasta llegar con su jefe.

-“¿Qué tienes Rubí, ocurre algo?” – Pregunto Richard en medio de toda de la fiesta intentando escuchar las cosas que decía la mujer asustada gracias a la música.

-“Es… Tomás… él se ha… vuelto loco” – Trato de decir ya que respiraba para agarrar aire.

- “Tranquila Rubí, no pasa nada solo cuéntame detalladamente en privado no quiero espantar a la gente” – Le respondió el dueño del circo susurrando.

Antes de que ellos dos se fueran a un lugar para hablar mejor, las cortinas del circo se cerraron y las luces se apagaron misteriosamente dejando todo el lugar a oscuras. Las personas miraban a todas partes para buscar una respuesta y antes de darse cuenta, un par de focos para espectáculos, apuntaban a la entrada del circo la cual estaba Tom parado señalando adentro haciendo entender a las personas que daría un Show de magia. Richard, no se explicaba lo que sucedía así que miro a la mujer castaña para ver si obtenía una explicación pero en ella solo se notaba una mirada de miedo que tenía en la cara. Ella lo tomo por el brazo, rogándole que sacara a las personas de allí, Richard todavía no comprendía aunque no se iba a perder un show de su mago favorito por eso entro para ver que sería esta vez, dejando a Rubí afuera para que se calmara un poco. Mientras tanto adentro del circo el pelinegro mágico daba un espectáculo como si fuera un día cualquiera. Su mirada era segura y a la vez tan extraña , algo inexplicable realmente, magia por todos los lados, la gente riendo y aplaudiendo sin saber lo que le esperaría después. Pasaron minutos y minutos antes de que terminara el Show, todo normal hasta que…

-“Bueno mi querida gente, les quiero comentar que fue una gran noche pero mañana nos tenemos que ir, por eso, he dejado mi marca aquí… Perdón, hemos.” – Anuncio Tom delante de todas las personas presentes que se complacieron por el “último acto” – “¡El punto es que solo quiero preguntar algo muy importante!... ¿De quién… es este niño?” – Dijo junto con una sonrisa enfermiza mientras que sacaba la cabeza de un pequeño niño recién cortada y aun goteando sangre. Los gritos empezaron a surgir de personas perturbadas por aquel acto, incluso algunos comenzaban a taparse la boca para no vomitar y  a correr para evitar su muerte, niños lloraban, gritos y muchas cosas se acumulaban. Los compañeros de Tom trataban de acercarse a él para amarrarlo.

-“Tom, suelta eso… Y por favor, no hagas nada” – Dijo Richard con la voz temblorosa, trato de acercarse al mago con cuidado, temía que le hiciera algo también a él.

Mientras tanto afuera, Rubí se encontraba conversando con un señor robusto sobre su amigo y su extraña actitud, en un lugar no tan alejado del sitio en donde era la fiesta.

-“Y Después de eso me intentó contener o encerrar, no sé qué le pasa dígame, ¿Qué podemos hacer?” – Le pregunto la castaña al hombre robusto, el cual este respiro fuerte y le tomo de la mano a la chica asustada. Sus manos eran muy frías, similares a la de un muerto pero ella aguanto la temperatura.

-“El ya perdió su cordura. La magia es tan incomprendida y en ciertos casos podemos asimilar que algunos lo tomaran con locura. Además de que el ya estaba arto de todo” – Rubí asombrada pensó pero eso no explica su personalidad de ahora. Aun así necesitaba que alguien lo ayudara ahora mismo.

-“¿Por qué se comporta de esa manera?, quiero a mi Tomás de vuelta, el que nos hacía reír, el que me abrazaba con dulzura… El que me amaba” – Dijo ella cubierta de lagrimas tratando de quitárselas. El hombre se volteo y se fue alejando de allí  aunque Rubí lo sostuvo preguntándole ¿Por qué se tenía que ir?, Ella necesitaba una respuesta clara. El hombre no tubo de otra y tubo que voltearse para mirarla de nuevo solo para ver lagrimas en sus ojos.

-“Todos tienen la culpa, por el simple hecho de que personas no comprenden a las demás  y por eso los juzgan. El solo quería que lo aceptaran pero claro al ser una mascota de circo nadie lo toma enserio, ¿eso responde a tu pregunta?, El tema de la magia simplemente es extraña para los ojos de los demás créeme, lo he experimentado antes” - Responde el hombre sin una pizca de emoción.

-“Y no lo aceptan como es, siempre le decimos que cambie aunque él no le importa… Solo quiere seguir haciendo magia” - Dijo la castaña para luego soltar al hombre de su chaqueta.

-“Muy bien niña, ahora es mejor que vayas a ayudar a las personas antes de que mueran” – Señalo el hombre hacia el circo donde estaba una muchedumbre furiosa que encadeno a Tom en un tubo de hierro, de inmediato Rubí se dirigió corriendo sin importar que el camino tenia rocas punzantes dejando atrás al Señor que se iba alejando con una pequeña sonrisa en las sombras. Cuando Rubí llego observo a Tom encadenado y los aldeanos golpeándolo con fuerza en el suelo, ella aun así con dolor en los pies, apartaba a las personas que estaban aumentando la tensión en el lugar para que pagara por matar a las personas desaparecidas, o pensaban que él hizo.

-“¡No, déjenlo por favor, Deténganse!” – Grito Rubí, grito a tal punto que le dolía la garganta aunque siguió gritando y observando cómo su amado sufría una y otra vez hasta que pararon. Dejaron a Tom en el suelo por que ya se habían cansado aunque el escupía y derramaba un poco de sangre debido a los múltiples golpes. La mujer reacciono y fue donde estaba el pelinegro,  empezó a llorar otra vez encima de él mientras que se preguntaba… ¿Por qué a él?, Acaso tenía la culpa o era de ella la culpa. La muchedumbre dejo de gritar dejando que el silencio se apoderara, Rubí dejó de llorar cuando el dueño del circo se le acerco para consolarla. 

-“Se lo merece” - Susurro Richard, en un intento para que ella comprendiera la situación.

Lo miro con odio, empujándolo lejos. - “¡Cállate!, nadie sabe por qué él es así”- Alzo la voz y puso la frente en alto. Las personas alrededor la observaban con un poco de lastima, no acostumbraba a ver casos de ese tipo en el lugar pero a Rubí le daba igual que decían. Aun así, no dejaba de dejar caer lágrimas hasta que sintió una mano en su rostro, abrió sus ojos para admirar a Tom que sonreía débilmente.

-“Mi pequeña gema… Debo de pagar por lo que hice.” - Pudo decir con las pocas fuerzas que le quedaba, apreciando los hermosos ojos verdes de la mujer castaña, brillaban con una bonita intensidad. Olvido que podía salir con magia y aun así no quería, más bien deseaba que lo encarcelaran ya que ese momento de cordura lo hizo pensar en lo malo y lo bueno. Aprovechando la situación, el pelinegro le dio un beso a Rubí en la frente haciendo que parara de llorar y lo intercambiara por una gran sonrisa.

La historia está empezando a ponerse aburrida, ¿Qué tal si vamos a lo emocionante?, después del beso, separaron al mago de Rubí, trato de liberarse de las manos de sus compañeros que la sostenían para salvar a Tomás pero eran demasiados fuertes para ella, mientras que al hombre le toco lo peor. Lo arrastraban hacia la jaula del león el cual dormía tranquilo. Rubí sabía que ese era el final para él eso era todo. Ordenaron al dueño del león que abriese la puerta y que el animal hiciera su trabajo, una vez que el mago estaba dentro de la jaula, miro con tristeza al león, la cual, no quiso comérselo eran amigos desde que era un cachorro así que se negó, el animal sabia quien era los verdaderos malvados allí. La gente empezaba a tirar pequeñas piedras a la jaula, querían acabar con el asesino del pueblo rápido y verlo sufrir menos Rubí estaba llorando como nunca en su vida.

El animal se hartó, ya que su dueño le daba latigazos una y otra vez con fuerza incluso le gritaba y no tubo de otras, empezó a rasguñar, morder y arrancarle pedazos de carne a Tom, mientras que este gritaba de sufrimiento con toques de dolor. La gente apreciaba la masacre como si nada, la única que lloraba era Rubí, lo más característico del ambiente fueron los dolorosos gritos, el pelinegro sacudía las rejas de la jaula en un intento de salir pero el gran felino no lo dejaba. –“¡SAQUENME DE AQUÍ, PERDONENME!” -  Gritaba lleno de agonía, esas fueron las últimas palabras de Magic Tom antes de ver su vida pasar.

Cuando el León se había cansado, dejo el cuerpo a un lado y se retiro hacia una esquina para tomar una siesta. El cadáver o lo que quedaba fue sacado de la jaula antes de que empezara a descomponerse, los huesos de la costilla, de la pierna y el brazo izquierdo estaban a la vista. Su cara destrozada sin un ojo, marcas de las garras y sangre era lo que quedaba. Los detalles no importan pero fue sin duda una tortura imperdonable. Algunas personas tapaban sus bocas para evitar vomitar por la sangre y el acto que acababan de presenciar.
Un silencio domino todo hasta que la mujer castaña dio un gran grito, no quiso saber más nada de nadie, su llanto se volvió arrepentimiento y se arrodillo ante Richard que aguantaba sus ganas de abrazarla. En el momento en el que envolvieron el cadáver de Tomás, Rubí ya no pudo más y renuncio esa misma noche, tomo sus cosas y se largo antes de que pudiera ver como su amado fuera enterrado en el cementerio. “Aquí yace el mejor mago y amigo de Big Laugh Circus”: Fue lo que escribieron en su tumba, no duden en que los trabajadores del circo se deprimieron al no poder ayudar y ser un estorbo en todo. Raramente comenzó a llover cuando Rubí se encontraba en las calles por la noche, se tropezó, se arrodillo y sintió como la lluvia caya en su cara como lagrimas.

    -        01 de octubre, tres días después de la tragedia.

Una mujer de cabello castaño, estaba saliendo de un abasto con una bolsa llena de comida. Era muy temprano para comer pero no tomo atención en eso, solo quería olvidar todo, pronto se iría del pueblo y se comenzaba a preparar. Respiro profundo y miro al suelo en un intento de que el viento no le tirara tierra, en una de esas, un periódico le ataco haciendo que la dejara sin ver nada, quito el papel de inmediato y antes de tirarlo noto fotos que le resultaban familiares.

-“¿Qué hace Richard en el periódico de hace unos días?” – Pregunto leyendo la nota en el periódico:

-“¡Ultimas noticias!, Big Laugh Circus cerro debido a la muerte por el gran mago Tomás Green, joven de 23 años de edad, fue castigado por los aldeanos y murió gracias a un león, se especula que los integrantes de aquel circo estaban recogiendo sus cosas para retirarse pero no se les ha visto a ningunos de ellos desde la noche de la muerte. Por eso, la policía deicidio ir para desalojar a los del lugar de una vez por todas. ¡Por fin van a darles lo que merecen a esos asesinos!.

En otras notas, se dice que un fantasma es visto en el bosque, se le conoce como un hombre que murió hace mas de 12 años y que la apariencia es alto y robusto.”

– Decía la noticia junto con fotos del dueño del circo, algunos de los trabajadores, los animales y una de Tomás.

Rubí hizo una bola con el periódico y lo lanzo ya que se sentía ofendida de que le dijeran asesina. No podía irse sin antes recoger las cosas que había dejado en su vagoneta, entonces resoplo molesta, tenía que ver a sus ex-amigos y eso no le agradaba, ya que, no tenía más que eso. Se hizo la mujer madura y se fue al circo que seguía en el centro de la ciudad, había cercas rodeando el lugar como precaución, era muy extraño por el hecho de que la entrada estaba abierta pero no se molesto en entrar sin avisar.

-“¡Arg, que horrible olor!” – Se quejo en voz baja al entrar hasta llegar al centro del circo donde hacían los shows.

El olor era tan fétido que obligo a la mujer a cubrirse con un pañuelo, siguió caminando esperando a encontrar a alguien o algo, las luces estaban apagadas y eso hacía más complicado la acción de ver. El circo se dividía en tres secciones, una para los espectáculos, otra para el almacén y por ultima la sección de los animales, afuera se posaban las vagonetas y Rubí se encontraba cerca del almacén, se notaba la cantidad de moscas y pequeños insectos que cruzaban por esa parte, con el resultado de que Rubí se sintiera asqueada, y como la curiosidad mato al gato, entro al almacén para ver lo que causaba el olor y las moscas. Su estomago se retorcería al presenciar un par de cuerpos muertos, jamás pensó ver tanta masacre junta, no se podía distinguir de quienes eran los cadáveres ya que las caras estaban demasiado destrozadas. La castaña dio un grito y retrocedió con mucha velocidad tropezando tan torpe con sangre que ni la vio cuando llego. Estaba temblando demasiado, intentando saber quiénes se trataban, por eso se trato de levantar apoyándose en una caja.

No lo podría creer, al mirar más de cerca se dio cuenta de la identidad de los cadáveres. Richard, Liam, Paul, Lucas, Dorothy y los demás trabajadores del circo que estaban muertos, la sangre corría por el piso, altero aun mas a la mujer que comenzaba a llorar y se volvió a tropezar, esta vez con nada, literalmente, por nada, solo se cayó, cuando busco la causa de su torpeza, de repente, sintió un par de manos que le cubrieron la boca,  ella no pudo gritar, y tuvo un mini-paro cardiaco que la estremeció.

-“Que comience la magia, pequeña gema…” – Susurro una voz detrás de la mujer, eso fue lo último que escucho Rubí antes de lo peor.

Horas después del suceso, encontraron todos los cuerpos muertos que tenían señas de tortura y mutilación. Con el lamento del alma, encontraron también el cuerpo de una mujer con el cabello castaño mejor conocida como Rubí, según investigadores, murió por las mismas causas de sus compañeros caídos, no encontraron nada del agresor, ni siquiera una miserable pista, lo único sospechoso allí fue la sensación de que alguien está detrás de ti sin que haiga nadie, por eso clasificaron el lugar como peligroso, cercaron todo para que nadie entrara. Han pasado años desde ese suceso trayendo como consecuencia el deterioramiento del lugar, de noche podrás ver las carpas rotas y el pasto con la máxima altura. Ahora se rumorea que todo aquel que entre al lugar donde se yace el circo abandonado de “Big Laugh Circus” estará destinado a morir allí, ya sea de locura o sufrimiento absoluto, unos dicen que el alma loca de Tomás regreso para vengarse y asustar a los más valientes con su apariencia de cómo le enterraron, hay algunos que comentan que puedes escuchar unas cadenas oxidadas arrastrándose en el piso. Otra de las muchas cosas son que posee son dientes afilados como navajas y sus huesos son vistos a kilómetros, al igual que una magia jamás antes vista y que se hace llamar con el apodo que le dio a reconocer: “Magic Phantom”.

-“No me digas que crees en eso”- Pregunto un adolescente mientras bebía una soda cerca de una fogata a horas de la noche. Junto a cuatro adolescentes más se empezaron a reír y burlarse

-“Claro que no, son solo mitos. De hecho entrare al lugar donde está el supuesto fantasma” Dijo muy confiado uno de ellos.

-“Vamos todos, así verán que es mentira. Solamente es una historia para asustar a los niños” - Dijo uno, el cual se levantaba y tomaba su chaqueta para comenzar su recorrido.

-“Lleven cámaras para tomar una foto del fantasmita y comprobar su existencia” – Agrego una adolecente.

Y si, hablaban enserio. Con las estrellas de su lado  El grupo de los adolescentes fueron al lugar abandonado, junto con linternas y valor de ir, como todos adolescentes al entrar pateaban las cajas, latas y basura que se les atravesaba por el camino. Las carcajadas retumbaban en las carpas rotas del circo.

-“No hay nada, ya sabía que era falso el tal Magic Phan…” – Y sus palabras fueron interrumpidas por un chasquido que apago las linternas dejando a los adolescentes desprotegidos y asustados, el mito se había desmentido.

Lo último que escucharon fue unas palabras seguidas por una risa que parecía del diablo mismo.

-“Que comience la magia.

 




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