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¿Prohibida la entrada? Bueno, la explicación parecía algo razonable por el aviso del peligro, pero aún así no acababa con la curiosidad del moreno. Sólo daría un pequeño vistazo, nada más, no se llevaría mucho tiempo en ello.

Con aquello en mente, su intención era persuadir al vigilante de aquel lugar y para su suerte ¡éste estaba dormido! Vaya, no había necesidad de intentar algo en lo que seguramente fallaría, sólo no había que hacer ruido y regresar como si no hubiese pasado nada. Pasó de largo al guardia y se adentró en busca de aquel lugar. Le impresionó. Un gran cráter había en el suelo y al acercarse un poco a la orilla pudo notar que había tanto vegetación como agua, algo así como un cenote. Pero no se quedó ahí, había forma de acceder por lo que bajó a observar de cerca.

El agua era pura y cristalina, se sentía un brisa ligeramente fresca, en verdad que daba gusto estar ahí. Sacó a los Pokémon con quien pensó les encantaría el lugar; él también tomaría un ligero descanso en la orilla. Dos de sus compañeros se vieron fascinados por el agua, por lo que no tardaron en ir a jugar en ella, su Vulpix, a cambio, le agradaba más la brisa por lo que fue a recostarse a lado de su entrenador, mientras que éste último observaba el juego.

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¿Prohibida la entrada? Bueno, la explicación parecía algo razonable por el aviso del peligro, pero aún así no acababa con la curiosidad del moreno. Sólo daría un pequeño vistazo, nada más, no se llevaría mucho tiempo en ello.

Con aquello en mente, su intención era persuadir al vigilante de aquel lugar y para su suerte ¡éste estaba dormido! Vaya, no había necesidad de intentar algo en lo que seguramente fallaría, sólo no había que hacer ruido y regresar como si no hubiese pasado nada. Pasó de largo al guardia y se adentró en busca de aquel lugar. Le impresionó. Un gran cráter había en el suelo y al acercarse un poco a la orilla pudo notar que había tanto vegetación como agua, algo así como un cenote. Pero no se quedó ahí, había forma de acceder por lo que bajó a observar de cerca.

El agua era pura y cristalina, se sentía un brisa ligeramente fresca, en verdad que daba gusto estar ahí. Sacó a los Pokémon con quien pensó les encantaría el lugar; él también tomaría un ligero descanso en la orilla. Dos de sus compañeros se vieron fascinados por el agua, por lo que no tardaron en ir a jugar en ella, su Vulpix, a cambio, le agradaba más la brisa por lo que fue a recostarse a lado de su entrenador, mientras que éste último observaba el juego.