>. Esa es la opinión pública de la ciudad. Por desgracia, la realidad difiere bastante...
Y es que los hermanos Lovett no son más que unos vendidos que reciben capitales importantes con tal de limpiar nombres de personas poderosas y encarcelar inocentes en su lugar. Ya sean banqueros corruptos, burgueses que se toman la ley por su mano o eclesiásticos con historiales realmente oscuros, todos quedan libres y con sus nombres impolutos... Siempre y cuando paguen el módico precio y a cambio de que algún trabajador de clase baja sea inculpado injustamente en su lugar, por supuesto.
Gracias a todo este auge de popularidad, el tío de Richard, el juez Cornelius Lovett, recibe la propuesta de un aristócrata con buenas tierras para prometer a su primogénito con la pequeña Eliora Lovett, hija del juez y prima de Richard. Esto provoca un antes y un después en la dinámica de la familia, pues si todo va bien al casarse y tener a un varón como descendencia, éste heredará todos sus títulos y tierras.
Richard observa toda la situación sin mucho interés. Sabe que hasta él se verá influenciado con toda esta situación pero él es un niño, no tiene interés en negociaciones de adultos. Por otra parte, la relación de Richard con Eliora es, cuanto menos, difícil. Aunque sólo es mayor que él por un año, Eliora se cree con el derecho de mangonearle y tocarle las narices todo lo que puede y más. Una niña chillona, mandona, egocéntrica y mimada, que por si fuera poco comienza a ser tratada como una mina de oro por toda la familia tras la proposición del aristócrata, lo cual hace que se ponga especialmente insoportable. Aún así Richard sigue a lo suyo. Su música, sus libros, la escuela, la iglesia. Poco importa que Eliora le moleste, ya que con un poco de suerte se la llevarán pronto para recibir una buena educación en una institución para señoritas y así estar bien preparada para su matrimonio concertado.
Pero un verano... a Richard se le ocurre una idea que no tarda en irse de sus manos...
Eliora está especialmente chillona, quizás porque pronto conocerá a su prometido y está nerviosa anticipando el encuentro. Grita a todas horas, le zarandea, le tira los libros. Básicamente está inaguantable. Huyendo de ella, Richard comienza a pasarse las tardes en el lugar donde es imposible que le persiga, la biblioteca. Como adora leer tampoco le resulta molesto tener que esconderse en ese sitio, por mucho que el catálogo que hay no sea su preferido. Así pues, aunque su lectura siempre había sido cuentos infantiles y novelas ligeras, Richard comienza a leer todo tipo de libros relacionados con economía, biología e incluso cocina.
Es entonces cuando lo encuentra.
La idea para poder tranquilizar a Eliora temporalmente.
En aquella época los alimentos como el pan solían ser adulterados cambiando ingredientes por sustitutos que agregaran peso y volumen, tales como el yeso o el alumbre. El alumbre se utilizaba para que el pan fuera tan blanco y pesado como lo deseaban los clientes. Tras leer sobre el tema en un libro de la biblioteca, Richard aprende que el alumbre también puede provocar problemas intestinales y constipación o diarrea, aunque es una información que no es muy conocida por la población. Una pequeña enfermedad para Eliora puede ser la respuesta para que se esté tranquilita hasta marcharse, piensa. Por lo que no tarda en trazar un pequeño plan.
Primero habla con un panadero pidiéndole un pan especialmente blanco, alegando que sus padres son los que le han mandado por él. Poco después, en las meriendas con Eliora a las que está obligado a asistir, le enseña estos panes y ella, envidiosa por el color tan llamativo que tienen, le hace el cambiazo y se los come ella. Al cabo de un par de semanas la jovencita ya empieza a mostrar síntomas de encontrarse mal, está más apagada, no chilla tanto. Y lo más importante, deja a Richard tranquilo.
Éxito sin precedentes.
Aunque la felicidad no le dura demasiado, pues poco después Richard se entera de que Eliora está teniendo un problema muy grave en su intestino grueso y que ha de ser operada. Las cirugías en aquella época eran especialmente peligrosas y multitud de pacientes morían desangrados en plena operación, por lo que la noticia se vuelve un completo drama familiar. La fecha de la operación de la muchacha se vuelve el cotilleo más importante entre los vecinos durante días. Todos esperan impacientes por los resultados y, gracias a Dios, Eliora sale ilesa tras la cirugía... ilesa, pero con una fea cicatriz que le durará toda la vida. En toda esta historia Richard se mantiene en silencio, sabe que es culpa suya, pero los demás no. Es consciente de que si su padre o su tío se entera de lo que realmente ha ocurrido... puede acabar muy mal para él. Por lo que no dice nada, no menciona nada. Y en principio no parece que nadie se haya enterado, lo cual es un alivio.
Pero tras recibir un chequeo extensivo de un médico especialista, la verdad no tarda en salir a la luz. Y Eliora al enterarse de que prácticamente ha sido envenenada por culpa de estos panecillos adulterados, no duda en echarle la culpa a Richard. "Él fue el que sacó esos panes blancos de la nada, me los enseñó y me los ofreció como si fueran especiales" se queja.
Todas las miradas se posan en él y en un abrir y cerrar de ojos comienzan los regaños y las preguntas. Richard, no acostumbrado a ser el centro de atención, se pone nervioso y al final suelta toda la verdad. Su madre no se lo puede creer, mientras que su tía le mira con desprecio... y tras pensarlo detenidamente los hermanos Lovett llegan a la conclusión de que le han dejado demasiado libre albedrío hasta ahora y que necesita recibir una lección. Pero una lección que consiga disciplinarlo.
Así pues...
||MOTIVO DE INGRESO||
"Accidente" familiar. Necesidad de ser consciente de sus propios actos. Disciplina y sumisión.
Alejamiento temporal hasta que su prima se recupere de las secuelas de la operación.
||EXTRA||
-Aún no le ha cambiado la voz.
-Adora los cuentos infantiles.
-Oscar Wilde es su autor preferido.
-Es muy difícil verle sonreír, ni siquiera sus padres recuerdan la última vez que le vieron soltar una carcajada.
-Desde pequeño le han impartido clases de piano.
-Aunque por lo general es bastante maduro, no es difícil entrever su inocencia infantil, en especial cuando se ve que siempre piensa que se puede salir con la suya.
-Sabe que le resulta mono a los adultos así que lo usa en su favor.
-Cuando hace algo mal, lo sabe y ve que intentar arreglarlo es muy tedioso, no duda en decir; "me perd0nas?"
-Sabe dibujar bastante bien ya que sus padres le metieron en clases de arte desde pequeño, aunque no es de sus pasatiempos preferidos. te hará un fursona
-Es muy sincero con lo que piensa. Nunca miente y si lo hace es más que nada para hacer alguna broma (aunque nadie detecte nunca sus bromas porque no cambia de cara).
-Aunque no se inmiscuya directamente es un chico bastante cotilla, le gusta saber de su entorno y enterarse de todo.
-Por culpa de su personalidad, muchos niños le han querido pegar o hacer bullying desde pequeño, pero curiosamente no han conseguido hacerlo porque Richard se las apaña para que se distraigan con otra cosa o se pongan a pelear entre ellos (si es que es un pequeño grupo el que le viene a atacar). Al final, debido a esto, prefieren ignorarle.
-Tiene mucha imaginación, a veces se le va.
-Se despierta al mínimo ruido. Sin embargo se vuelve a dormir en cuestión de segundos por lo que no le suele acarrear problemas.
-Aprecia a su madre mucho... pero al mismo tiempo desearía que ella supiera defenderse y valerse por sí misma.
Gustos:
-Ser Bi.
-Oscar Wilde, es su senpai.
-Escribir en su diario y tomarse licencias creativas.
-El olor a rosas.
-Estudiar el comportamiento humano.
-Los croissants.
-Que le acaricien con manos suavecitas (suena muy mal pero en el sentido inocente, por favor, por favor (?)).
-Los gatos.
Disgustos:
-Las mentiras y promesas vacías.
-La gente controladora.
-Que las mujeres no tengan voz ni voto.
-El marisco.
-El bullying.
-Que su prima no le deje tranquilo.