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NOTAS SOBRE MARIANA

Existen 5 lunares conocidos de Mariana
los cuales enlistaré sin un orden especial de aparición,
descubrimiento o importancia y cuyo conocimiento
probablemente no sea del todo relevante
para la historia que les contaré después
y tampoco les ayudará a conocer a Mariana.
Se han llegado a saber algunos datos curiosos sobre ella,
algunos rasgos y gustos pero no se le conoce del todo.
En total hay 48 kilos de Mariana hasta el día de hoy
–sin contar los zapatos-.
Esos kilos se distribuyen en 1.60 metros de estatura,
(según dijo la enfermera del seguro social que le tomó medidas
el día que se involucró en un accidente del cual hablaré después)
-No se preocupen, no es un accidente fatal, no se va a morir de eso,
ni siquiera se va a morir en la historia-.
Como les decía: en esos 1.60 metros cubiertos de una perfecta piel
blanquizca-amarillenta con cicatrices en las rodillas,
en los codos y una ubicada exactamente en el centro de la espalda baja,
en la parte donde algunas veces se les forman hoyuelos
a personas que cumplen con ciertas características físicas que desconozco;
con estrías finas y tímidas parecidas a truenos miniatura en las caderas,
apenas visibles a poca distancia;
con algo de acné terco a seguir apareciendo aún a sus 25 años,
en esa piel existen 5 lunares.
El primero se encuentra debajo de su ojo izquierdo,
¿mencioné que tiene ojos pequeños café obscuro?.
El segundo está cerca de la punta del dedo índice izquierdo,
un círculo obscuro bien definido con cuatro pliegues de huella digital de ancho.
El tercero, en el hombro derecho,
muy cerca de una de sus zonas erógenas preferidas,
una de esas que le eriza desde la planta de los pies hasta la base de la nuca
con un rozón de lengua o un soplo de aliento
como los usados para empañar los cristales de los lentes.
El cuarto se ubica debajo de su cicatriz de la espalda.
El quinto lo reservaré para mí.
No lo tomen personal, por más que me gustaría hablarles al respecto,
hay elementos de las historias que nunca se vislumbran.
El estafador guarda mentiras, el pintor atesora su técnica,
los enamorados tenemos recuerdos y detalles
que no seríamos capaces de revelar
sin importar que tan insignificantes puedan sonar para otros;
detalles como la posición de un lunar
en la piel blanquizca-amarillenta de una mujer de 1.60
llamada Mariana. Mi Mariana.

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NOTAS SOBRE MARIANA

Existen 5 lunares conocidos de Mariana
los cuales enlistaré sin un orden especial de aparición,
descubrimiento o importancia y cuyo conocimiento
probablemente no sea del todo relevante
para la historia que les contaré después
y tampoco les ayudará a conocer a Mariana.
Se han llegado a saber algunos datos curiosos sobre ella,
algunos rasgos y gustos pero no se le conoce del todo.
En total hay 48 kilos de Mariana hasta el día de hoy
–sin contar los zapatos-.
Esos kilos se distribuyen en 1.60 metros de estatura,
(según dijo la enfermera del seguro social que le tomó medidas
el día que se involucró en un accidente del cual hablaré después)
-No se preocupen, no es un accidente fatal, no se va a morir de eso,
ni siquiera se va a morir en la historia-.
Como les decía: en esos 1.60 metros cubiertos de una perfecta piel
blanquizca-amarillenta con cicatrices en las rodillas,
en los codos y una ubicada exactamente en el centro de la espalda baja,
en la parte donde algunas veces se les forman hoyuelos
a personas que cumplen con ciertas características físicas que desconozco;
con estrías finas y tímidas parecidas a truenos miniatura en las caderas,
apenas visibles a poca distancia;
con algo de acné terco a seguir apareciendo aún a sus 25 años,
en esa piel existen 5 lunares.
El primero se encuentra debajo de su ojo izquierdo,
¿mencioné que tiene ojos pequeños café obscuro?.
El segundo está cerca de la punta del dedo índice izquierdo,
un círculo obscuro bien definido con cuatro pliegues de huella digital de ancho.
El tercero, en el hombro derecho,
muy cerca de una de sus zonas erógenas preferidas,
una de esas que le eriza desde la planta de los pies hasta la base de la nuca
con un rozón de lengua o un soplo de aliento
como los usados para empañar los cristales de los lentes.
El cuarto se ubica debajo de su cicatriz de la espalda.
El quinto lo reservaré para mí.
No lo tomen personal, por más que me gustaría hablarles al respecto,
hay elementos de las historias que nunca se vislumbran.
El estafador guarda mentiras, el pintor atesora su técnica,
los enamorados tenemos recuerdos y detalles
que no seríamos capaces de revelar
sin importar que tan insignificantes puedan sonar para otros;
detalles como la posición de un lunar
en la piel blanquizca-amarillenta de una mujer de 1.60
llamada Mariana. Mi Mariana.