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Meryemvbsa221 — Debio estar bien

Published: 2019-05-19 19:46:03 +0000 UTC; Views: 91; Favourites: 1; Downloads: 0
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Description


(...) (...) (...)

MARINO: Tu perla...- Apretó un poco las manos de la chica intentando transmitirle la calma que poseía.- Tenemos que deshacernos de ella. Podrían localizarte con...

LUZ: El detector de perlas... Sí, ya lo se.- Luz cerró los ojos bajando la mirada- Osea que ya no seré una princesa.- Al decirlo sus sentimientos en relación con esa palabra salieron a flote, dejando a relucir que por mucho que llegará a aborrecer su función había encontrado sentimientos en el significado de aquella perla.

MARINO: Ya no pertenecerás al Pacífico Norte, serás libre.

La princesa subió su vista hacia él, quien la miraba decidido, expresando que sus palabras eran verdaderas y no una mentira pasajera.

Sí, era cierto. No sólo perdería su título, ganaría algo que escapaba a la felicidad que podría dar el ser princesa de un océano o próxima de los mares, conseguiría su añorada libertad; a la que no dejaría escapar.

LUZ: ¡Sí, tienes razón! 

A Luz le pudo la emoción que sentía e intento ponerse de pie, creyendo equivocadamente que sería tan fácil como el hecho de flotar en el mar, así que sin siquiera aguantar diez segundos sus piernas flaquearon y si no hubiera sido por Marino estaba segura de que hubiera caído al suelo.

MARINO: Creo que deberíamos replantearnos enseñarte a andar.- Rió mientras intentaba poner a la chica recta enfrente suya.- Veamos... Intenta mantenerte recta.-Luz prestó en todo momento, intentando hacer lo que le aconsejaba Marino. Miró sus pies intentando acomodarlos como él los tenía, apoyados totalmente en el suelo; pero involuntariamente se sostenía de puntillas.- Recta y con los pies apoyados en el suelo.- Ella le miró buscando ayuda.- Intenta relajarte. Como si estuvieras flotando.- Luz le miró, como si al hacerlo consiguiera relajarse.

LUZ: Siento que contigo, incluso aquí, puedo flotar.

MARINO: ¡Qué cosas tienes!- Dijo divertido, sonrojándose sin perder la serenidad. A pesar de que aquel comentario le había sorprendido no le desagradaba en lo absoluto; después de todo él sentía lo mismo por ella, pero... ¿Cómo decírselo? Después de todo ¿cambiaría la forma en que ahora Luz le vería, sí supiera que lo había hecho por el simple hecho de amarla? Marino no sabía con certeza si lo hubiera hecho por otra persona que acababa de conocer... No lo sabía.- ¿Qué te parece si intentas ir paso a paso?

LUZ: ¿Se supone que es así como se anda, no?

Marino dándose cuenta de que Luz se había tomado su pregunta al pie de la letra rectificó.

MARINO: Me refería a ir poco a poco.

LUZ: ¿Poco a poco? Creo que ya seré capaz de andar. ¡Si puedo estar de pie, puedo andar!- Marino soltó de golpe las manos de la chica, cayendo de culo al suelo.
El príncipe se carcajeó mientras la chica intentaba ponerse de nuevo en pie.

LUZ: ¡Eres un imbécil! ¿¡Por qué has hecho eso!?

MARINO: ¿Soltarte?- Dijo mientras seguía riéndose- creía que era lo que querías.

LUZ: ¡Podías haberme avisado, sabes!- Sentada en el suelo del salón, Luz miraba molesta a el peliazul.

MARINO: Entiendo perfectamente que quieras echarme a mi la culpa de tu caída.- Se acuclilló delante de la cara de Luz, a la vez que le dio unos toquecitos en la nariz.- ¡Grita, grita!

LUZ: ¡No me trates como si fuera tonta!- Al gritárselo saltó hacia él, haciendo que ambos cayeran. Rieron por el simple hecho de que ambos veían con euforia aquella escena.

MARINO: Vamos... Te enseñaré a que andar es mucho más que mantenerse en pie.

Marino ayudó a Luz a ponerse, de nuevo en pie. Cuando estuvieron uno enfrente del otro, Marino notó que la alegría de la chica se había esfumado; no es que de repente hubiera pasado de la risa a el llanto, pero su sonrisa torno a ser melancólica.

MARINO: ¿Ocurre algo malo?

LUZ: Otra pregunta.

MARINO: ¿¡Otra!?- Le preguntó bromista, aunque ella pareció tomárselo de forma personal. Luz le miró de forma lastimosa, como si hubiera hecho algo malo.- Tranquila, era sólo sarcasmo.

LUZ: ¡Ya, ya lo sé! Es sólo que...

MARINO: ¿Qué...?

LUZ: Olvídalo.- Luz le miró con una sonrisa alegre muy poco convincente.- ¿Por qué no seguimos con nuestra clase?

MARINO: Esta bien... ¡Pero antes me gustaría responder a tu pregunta! Así que, desembucha.

LUZ: *suspiro* Dime... ¿Cómo... -Luz se detuvo como si no supiera seguir con la pregunta, pero decidió seguir.- ¿Sabes cómo fue mi madre?

MARINO: ¿Tu madre?-  Marino la miró dubitativo, sabía lo justo gracias a su madre y unas pocas fotos.- Sé que tu madre se llamaba Luchia,- "Luchia..." Pensó la joven para sus adentros. Desde la cuna se le había denegado saber nada de su madre, ni siquiera su nombre. Sólo conocía que era o fue la Reina del Agua.- Sé, además que era alocada, entregada, atolondrada, maternal-Marino paró cuando pudo observar el rostro de Luz quedó estático mirándole, sin saber como sentirse.- Sabes... Mi madre me contó que tuve la oportunidad de conocerla, aunque no lo recuerde... Debió estar bien.

LUZ: Si...- No encontró palabras para decirle que parara. Había sido ella quien, después de todo, quería saber más; pero ahora se arrepentía de su curiosidad. Definitivamente querer saber de alguien que deberías conocer no era agradable, mucho más cuando esa persona parece ser tan increíble. Luz al no saber como seguir con la situación, soltó uno de sus brazos de la mano de Marino y lo envolvió apoñándose encima de su pecho, mientras su mano danzaba hasta llegar a su espalda. Marino al verla la apego más a él, acercándola con su mano libre en la espalda de la chica. En cambio, el otro par de manos seguían unidas dejadas ambas relajadas.- Debió estar bien.
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