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Description

《Joy Boy》

Nombre: Maximiliano
Edad: 12
Abrumador, ante sus ojos hay un ser abrumador. Algunos lo llamaran demonio, destia o criatura, pero, el muchachito solo podria llamarlo monstruo.
Enorme y blindado, con una extraña armadura negra de aspecto insectoide que cubre el cuerpo.
El muchachito no lo soporto, hiperventilo, su corazón dio un vuelco y se desmayo, solo por unos segundos, en su lugar. Su cuerpo reacciono y antes de que pudiera caerse recupero la conciencia.
El niño se hinco sobre una rodilla, siente como si algo lo aplastara. Su cerebro no pudo con la presión y volvió a desmayarse.
"Dulce..." pensó. "Hay algo dulce..." el muchachito recobro la consciencia, ya no estaba esa sensación aplastante, de hecho, todo lo contrario. Es reconfortante, inhalo, lo dulce se había ido ahora un olor cítrico inundo el ambiente. "Es... el perfume de, mamá..." el muchachito levanto de golpe la mirada.
Un atisbo de esperanza apareció en sus ojos, pero este se desvaneció, y fue remplazado por el desconcierto.
El olor cítrico había desaparecido y el monstruo junto con el. Ahora, solo había un muchacho, uno con rostro cansado, abatido, unos dirían que incluso muerto.
Pero aun asi, no confiara en un extraño, y con los ojos bien abiertos, estará atento.

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《Joy Boy》

Nombre: Maximiliano
Edad: 12
Abrumador, ante sus ojos hay un ser abrumador. Algunos lo llamaran demonio, destia o criatura, pero, el muchachito solo podria llamarlo monstruo.
Enorme y blindado, con una extraña armadura negra de aspecto insectoide que cubre el cuerpo.
El muchachito no lo soporto, hiperventilo, su corazón dio un vuelco y se desmayo, solo por unos segundos, en su lugar. Su cuerpo reacciono y antes de que pudiera caerse recupero la conciencia.
El niño se hinco sobre una rodilla, siente como si algo lo aplastara. Su cerebro no pudo con la presión y volvió a desmayarse.
"Dulce..." pensó. "Hay algo dulce..." el muchachito recobro la consciencia, ya no estaba esa sensación aplastante, de hecho, todo lo contrario. Es reconfortante, inhalo, lo dulce se había ido ahora un olor cítrico inundo el ambiente. "Es... el perfume de, mamá..." el muchachito levanto de golpe la mirada.
Un atisbo de esperanza apareció en sus ojos, pero este se desvaneció, y fue remplazado por el desconcierto.
El olor cítrico había desaparecido y el monstruo junto con el. Ahora, solo había un muchacho, uno con rostro cansado, abatido, unos dirían que incluso muerto.
Pero aun asi, no confiara en un extraño, y con los ojos bien abiertos, estará atento.