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15-10-09

Heme aquí, con un café en mi mano y mi compañero al lado inhalando el humo de su fiel cigarro.

-Hablas como si la educación aquí alguna vez hubiera importado- dice el con una sonrisa cómplice para mi anterior comentario.

-Lo se; olvidaba que la modernidad y el progreso abundan ya en todos lados- el tono irónico de mi voz procuraba ir a pie con la conversación.

Cierto era que aquello no era mas entretenido que una telenovela; hablar de todo y a la vez de nada, era algo que ahora no me incomodaba; aunque hasta hoy no he sabido si el acepta esta parca charla por compromiso o porque en verdad le agradaba.

-Dale la mano…- se escucho a lo lejos decir a una preocupada madre mientras un niño de quizás 5 años a aquel consejo intentaba dar parte.

-Si, a ella- repetía la mujer, mientras de una tercera persona en la escena mi mirada hacia presa.

Mi compañero seguía hablando, algo sobre los árboles que nos rodeaban me pareció escuchar, mas en ese entonces mi mente ya se encontraba en otro lugar:

"Buscando unos ojos que nunca encontrará

Pidiendo una mirada que nunca tendrá

Anhelando un "te quiero" que jamás escuchará

¿Qué importa ya la educación y las mentiras?

¿Para que esperar el fin del mundo si no me miras?"

En mi interior se tarareaba una canción, mientras que a mi lado aquella imagen pasaba sin prestarme atención.

Despacio se aleja, y un sentimiento me invade, alguien lo llamaría tristeza; al verle me consumo y no es alarde.

Bajo la mirada insistente y al cerrar los ojos mi grito en suspiro se convierte.

Al levantar la vista observo a mi compañero contemplarme en silencio.

"Es ella" imagino decirle y la mueca en su rostro trata de responderme "Este es el precio, por ello duele".

-Un minuto de silencio que ha muerto un gato- de forma burlona busco deleitar el rato

Con héroes y fantasmas la conversación se entretiene

En mi mente aquellos ojos permanecen

Mientras esta historia sin final quizás en poesía se convierte.

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15-10-09

Heme aquí, con un café en mi mano y mi compañero al lado inhalando el humo de su fiel cigarro.

-Hablas como si la educación aquí alguna vez hubiera importado- dice el con una sonrisa cómplice para mi anterior comentario.

-Lo se; olvidaba que la modernidad y el progreso abundan ya en todos lados- el tono irónico de mi voz procuraba ir a pie con la conversación.

Cierto era que aquello no era mas entretenido que una telenovela; hablar de todo y a la vez de nada, era algo que ahora no me incomodaba; aunque hasta hoy no he sabido si el acepta esta parca charla por compromiso o porque en verdad le agradaba.

-Dale la mano…- se escucho a lo lejos decir a una preocupada madre mientras un niño de quizás 5 años a aquel consejo intentaba dar parte.

-Si, a ella- repetía la mujer, mientras de una tercera persona en la escena mi mirada hacia presa.

Mi compañero seguía hablando, algo sobre los árboles que nos rodeaban me pareció escuchar, mas en ese entonces mi mente ya se encontraba en otro lugar:

"Buscando unos ojos que nunca encontrará

Pidiendo una mirada que nunca tendrá

Anhelando un "te quiero" que jamás escuchará

¿Qué importa ya la educación y las mentiras?

¿Para que esperar el fin del mundo si no me miras?"

En mi interior se tarareaba una canción, mientras que a mi lado aquella imagen pasaba sin prestarme atención.

Despacio se aleja, y un sentimiento me invade, alguien lo llamaría tristeza; al verle me consumo y no es alarde.

Bajo la mirada insistente y al cerrar los ojos mi grito en suspiro se convierte.

Al levantar la vista observo a mi compañero contemplarme en silencio.

"Es ella" imagino decirle y la mueca en su rostro trata de responderme "Este es el precio, por ello duele".

-Un minuto de silencio que ha muerto un gato- de forma burlona busco deleitar el rato

Con héroes y fantasmas la conversación se entretiene

En mi mente aquellos ojos permanecen

Mientras esta historia sin final quizás en poesía se convierte.