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Widroz — Sylveon's ascent.

#lorekeeper #pokémon #rayquaza #zinnia #sylveon
Published: 2017-07-23 17:09:01 +0000 UTC; Views: 672; Favourites: 10; Downloads: 1
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Description El hombre de la Gran Isla descubrió las pinturas de la Cueva Granito y aterrado nos confesó que de un cráter de lava ardiente, él mismo había visto tras la destrucción de su pueblo cómo una garra con magma azul sellado en un dibujo inconfundible rascaba la superficie y marchitaba el musgo que se pegaba a las rocas; y ese era el dibujo que hace mucho tiempo los habitantes de la Gran Isla que ocuparon Azuliza plasmaron en los Pokémon de los dibujos de las paredes, dos Pokémon de los que Corinnia contaba que sus abuelos oyeron historias de boca de sus abuelos.
Cuando el monólogo terminó, Corinnia miró al hombre de la Gran Isla.
- ¿Crees en la magia? - le preguntó.
- Creo en lo sobrenatural, yo...
- Ni siquiera es parecido. - se apresuró a aclararle Corinnia - Nos vamos, hay algo que aún podemos hacer.
Anduvimos hasta lo más recóndito de la cueva, donde, como de costumbre, encontramos a Amatista.
- Amatista, necesito tu ayuda. - reclamó Corinnia.
- ¿Por fin se ha decidido Eevee? - preguntó interesada mientras rebuscaba en su mochila - Le he traído todo lo que puede necesitar, encontré hasta este trocito de roca hielo cerca del Templo Puntanueva, en tierras muy muy lejanas. También tengo la pidera agua, la piedra trueno...
- No es eso. - la cortó Corinnia - Este hombre viene desde la Gran Isla.
- ¿Y qué hace en Azuliza? - dijo con asombro.
El señor del que tanto hablaban se acercó a Amatista.
- He visto al Pokémon de la Tierra. - le confesó con voz temblante - mi pueblo entero fue destruido por Pokémon del Espacio, solamente quedan cráteres y sangre, el Pokémon de la Tierra quiere acabar con los invasores, pero a su paso destruye todo lo que toca.
Amatista se sentó de golpe en el suelo y una mueca de espanto se dibujó en su rostro.
- Entonces la profecía era cierta.
- Lo es. - le corrigió Corinnia - por eso tenemos que encontrar a tu amigo cuanto antes.
- Sí, os puedo llevar hasta él.
Me monté en el hombro de Corinnia y partimos.
(...)
Pasamos días de sequía en aquel infierno de viaje. Hacía tanto calor que más de una vez Corinnia bromeaba con que no me haría falta ninguna piedra fuego para evolucionar; aunque realmente en ese tiempo habría acabado siendo un Espeon o un Umbreon si alguna vez el día se hubiese distinguido de la noche.
(...)
Cuando llegamos a Oromar, Amatista nos llevó a casa de su amigo.
- Me tengo que despedir de vosotros, si esto sale mal alguien tiene que abrir la cámara e intentar esto de otra manera.
- Ten cuidado. - le aconsejó Corinnia - Asegúrate de tener todo lo que necesitas y ten cuidado en los rápidos.
- No te preocupes, Kabutops puede con eso y más.
(...)
Entramos a la casa y allí había un chico joven, mucho más joven que el hombre de la Gran Isla, sentado en una manta en el suelo con un Lotad dormido sobre sus piernas.
- Tú eres Corinnia, ¿no? - preguntó él - soy Plubio, encantado.
- Sí. Es mejor que nos demos prisa, nos estarán esperando.
Plubio llamó a Lotad a la PokéBall y suspiró, se levantó y nos llevo hasta la puerta trasera.
- ¡Adelante Gyarados! - exclamó.
Desde una ola rota se escuchó un rugido en el mar. Un Gyarados del tamaño de diez Vaporeon apareció y nos ofreció su lomo para continuar el trayecto.
(...)
Una gran torre de color ocre mate era lo único que había en aquel islote. En la puerta nos esperaba un grupo de personas.
Plubio se acercó a la puerta y miró a todos los presentes.
- Este es el Pilar Celeste. - explicó - aquí descansa el Pokémon de tipo Dragón más poderoso. Una vez la puerta se abra, todo el que entre debe llegar a la cima para salir. Suerte.
Plubio se giró hacia la puerta y esta se abrió de súbito. Corinnia me susurró algo que no llegué a entender y me guardó en la PokéBall.
(...)
Cuando salí de la Pokéball miré hacia los lados, hacia arriba, no sabía dónde estaba.
Uno de los chicos que había acompañado a Corinnia hasta allí sonrío al verme fuera de nuevo.
- Estamos en el cielo, esta es la cima.
Era un lugar extraño. El cielo estaba despejado pero todo estaba gris.
- No está despejado, dejamos las nubes atrás hace varios pisos. - aclaró el chico.
- Eevee, este es Destro, puede entender a los Pokémon y comunicarse con ellos; nos ayudará en esto. - me dijo Corinnia.
Corinnia se acercó a otro de los presentes, el varón de una pareja de ancianos.
- Rayquaza solo vendrá si lo llamo yo. Él no va a obedecer a nadie más y menos a ninguno de vosotros. - aseguró severamente - Si realmente existe el poder del que hablas debes enseñármelo antes de que Él llegue.
- La megaevolución es un vínculo, ya te lo he dicho. - reiteró el anciano - Eres tú la que debe dar a Rayquaza la primera lazada del nudo que representa.
- ¿Te importaría ser más claro? Vamos algo justos de tiempo. - le dijo con desdén Corinnia.
La anciana soltó la mano de su pareja y se dirijió a Corinnia.
- No trates de luchar contra la tormenta o te caerás por la borda. No intentes cavar buscando oro, porque cuando entres en el hoyo no habrá manera de salir.
- ¿Alguien que no sea un vacilón sabe qué están diciendo? - preguntó Corinnia completamente desquiciada.
- Corinnia, Rayquaza es una deidad. No puedes domarlo. Él guarda la noche y el día, Él vigila las estelas del cielo y serpentea por cada lucero. - dijo Destro - Tú eres también en ese sentido una guardiana, eres la guardiana de la historia: del pasado. Ambos necesitáis un futuro y os lo tenéis que dar ahora. El primer paso es que entiendas que nosotros no estamos aquí para quitarte tu papel, necesitas confiar en nosotros si quieres que Rayquaza confíe en ti. El resto él te lo hará ver.
Corinnia miró a Destro y con un gesto de aprobación se tapó los oídos. Un grito desgarrador y desde un aura verde hizo una grieta en el suelo de la cima.
Descendió y se posó, era Rayquaza.
Corinnia se acercó y le miró. Destro le dijo algo a Rayquaza en una lengua que jamás llegué a entender.
Rayquaza bramió.
- Rayquaza no quiere tener nada que ver con esto, dice que él ya es el Pokémon más fuerte de todos. - tradujo Destro - Quiere que nos vayamos, si no lo hacemos nos matará.
Corinnia dio un paso hacia delante.
-Rayquaza, sé qué clase de Pokémon eres. Cuando hablan de los guardianes de la Historia, creen que somos gente sabia, paciente. Yo sé lo que sientes. Sé que tú no has elegido esto y que crees que no necesitas más, pero yo tengo algo para ti.
Rayquaza la miró.
- Los dragones sois fuertes, yo también lo soy. Pero son las cosas más frágiles las que rompen hasta el corazón de un dragón y las que hacen que la gente como yo nunca abandone.
Corinnia me miró. Rayquaza me miró. En ese momento entendí todo.
Rayquaza se echó para atrás y me atacó, pero ya era demasiado tarde. Un haz de luz verde y blanca me hizo fuerte y le debilitó a él.
- Este es Sylveon. - le explicó Corinnia a Rayquaza - ¿Crees en la magia?
Los ojos de Rayquaza se iluminaron y el anciano varón se acercó a él y rompió el orbe verde.
- Rayquaza, ¡ascenso draco! - ordenó Corinnia.
Rayquaza me golpeó.
(...)
Cuando me desperté Rayquaza tenía otra forma y yo también. A través de mí Corinnia había compartido un vínculo que los humanos forjan con los Pokémon y los Pokémon forjan con los humanos.
Así descubrimos la MegaEvolución.
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Line art by: InuKawaiiLover
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Comments: 1

TheDirakia [2017-09-13 08:49:00 +0000 UTC]

I dont think you should upload your sylvoen stuff to a Vaporeon Group...
Espicially traced pics

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