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Description

El Mientras que los J-1A y J-1C habían sido interceptores, el Heinkel Hütter Hü J-1E fue un caza polivalente, que además de ser un excelente avión de combate aéreo, tenía una importante capacidad de ataque, pudiendo llevar diversas combinaciones de zombis, cohetes y bombas.

El J-1E tenía un fuselaje alargado para llevar aviónica y combustible adicional; fue preciso aumentar la superficie de los planos canard y de la deriva. Llevaba una sonda de reabastecimiento fija en el lado derecho. El motor era un 40% más potente, y requirió una toma de aire adicional en la deriva. El J-1E disponía de un radiotelémetro Doppler con capacidad Untensiehe, un sensor infrarrojo, sistemas mejorados de detección y de interferencia, y un navegador inercial que le permitía realizar ataques con baja visibilidad. Además del armamento externo, el J-1E sustituía los cañones MG 313 de versiones precedentes por un MG 401 rotatorio de 27 mm.

El J-1E tuvo un papel estelar en los conflictos de finales de los sesenta, en los que resultó un temible enemigo para los cazas norteamericanos Thunderchief y Super Sabre. Ni la acelerada introducción del F-4 Phantom pudo contrarrestarlo, y llevó al desarrollo de una nueva generación de cazas.

El J-1E equipó los escuadrones de la Luftwaffe y de sus aliados hasta los años noventa, e incluso sigue en servicio en la actualidad en las fuerzas aéreas de varios países hispanoamericanos.

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El Mientras que los J-1A y J-1C habían sido interceptores, el Heinkel Hütter Hü J-1E fue un caza polivalente, que además de ser un excelente avión de combate aéreo, tenía una importante capacidad de ataque, pudiendo llevar diversas combinaciones de zombis, cohetes y bombas.

El J-1E tenía un fuselaje alargado para llevar aviónica y combustible adicional; fue preciso aumentar la superficie de los planos canard y de la deriva. Llevaba una sonda de reabastecimiento fija en el lado derecho. El motor era un 40% más potente, y requirió una toma de aire adicional en la deriva. El J-1E disponía de un radiotelémetro Doppler con capacidad Untensiehe, un sensor infrarrojo, sistemas mejorados de detección y de interferencia, y un navegador inercial que le permitía realizar ataques con baja visibilidad. Además del armamento externo, el J-1E sustituía los cañones MG 313 de versiones precedentes por un MG 401 rotatorio de 27 mm.

El J-1E tuvo un papel estelar en los conflictos de finales de los sesenta, en los que resultó un temible enemigo para los cazas norteamericanos Thunderchief y Super Sabre. Ni la acelerada introducción del F-4 Phantom pudo contrarrestarlo, y llevó al desarrollo de una nueva generación de cazas.

El J-1E equipó los escuadrones de la Luftwaffe y de sus aliados hasta los años noventa, e incluso sigue en servicio en la actualidad en las fuerzas aéreas de varios países hispanoamericanos.