Description
E tergerà ogni lacrima dai loro occhi;
non ci sarà più la morte,
né lutto, né lamento, né affanno,
perché le cose di prima sono passate.
Nombre: Lorenzo Prince || Padre Lorenzo, Monsignore, Panini, etc.
Edad: 50 años.
Género: Masculino.
Ocupación: Sacerdote || Sepulturero || Superviviente.
Estatura: 207 cm.
Peso: 104 kg.
Clase: Brawler.
Arma inicial: Una pala (arma improvisada; bonus del 30% a toda la EXP recibida).
Personalidad:
Compasivo || Amable || Honesto || Crítico || Indolente
No se considera a sí mismo una mala persona, pero tampoco se atreve a decir que es bueno. Ya no, al menos. Nadie puede mantener intacta su sensibilidad después de haber conocido el mundo antes de que los Otros aparecieran, pero lo que sí posee es un código ético-moral al que se aferra desesperadamente y que lo obliga a preocuparse por el resto... eso le hace sentir realmente humano.
Stats
[INT]: ✯✯✯✯
[FZF]: ✯✯✯
[AGD]: ✯✯
[DFZ]: ✯✯✯
[SND]: ✯✯
Habilidades:
Tizona: Como si se tratara de un golpe atronador, esta habilidad concentra toda la fuerza del guerrero en sus manos, permitiéndole blandir, levantar o manipular cualquier objeto hasta 4 veces del peso de su usuario. Zulfikar: Concentra toda la fuerza del guerrero en sus piernas, permitiéndole dar saltos que serían imposibles para un humano normal, así como adquirir la increíble velocidad del guepardo y la fuerza de la embestida de un rinoceronte.
Égida: Vuelve la piel del guerrero tan resistente como el acero más fuerte y dura como roca, protegiéndolo de heridas punzocortantes o contusiones.
Historia:
Firenze, venerdì 2 febbraio 2001
En la sala de emergencias del Hospital de Santa Maria Nuova, apareció un matrimonio desesperado por ser atendido. El marido, un americano grandísimo que apenas hablaba italiano, sostenía a una mujer a punto de dar a luz. Media hora más tarde, en una de las camillas de la sala de emergencias y dos días antes de su parto pronosticado, un bebé tan grande como su padre vio por primera vez la luz. Le pusieron Lorenzo, como su abuelo materno.
A su llegada al mundo le siguieron años tranquilos y felices. Lorenzo siempre gozó de salud extraordinaria, probablemente asociada a su constitución de pequeño gigante, del amor de su familia, buenos amigos y buenas comidas. Lo más importante para él, sin embargo, siempre fue la presencia de Dios en su vida. Apenas terminó la secundaria, siempre con el apoyo de sus padres, ingresó a un seminario al mismo tiempo que a la universidad.
Firenze, sabato 12 setembro 2026
Lorenzo era un sacerdote recién ordenado y un licenciado en historia para cuando llegaron las noticias de Inglaterra. Aunque eran solo rumores, él comenzó anticipadamente a tranquilizar a los grupos de creyentes paranoicos que llegaban a la parroquia en la que trabajaba, que creían que los avistamientos de extrañas criaturas eran la llegada del Apocalipsis. El miedo genuino de la gente que iba a pedirle explicaciones y consuelo, siendo él tan joven y falto de experiencia, le marcó para siempre.
Para el año siguiente, cuando ya los monstruos pasaron de ser historias con poco fundamento a una realidad más o menos cercana, él también comenzó a creer que se acercaba el fin de los tiempos. Los signos que La Biblia indicaban eran ambiguos, pero allí estaban. Era obvio para él, un padre joven, que Las Santas Escrituras eran una guía llena de referentes y misticismo, no un manual que había que seguir literalmente.
Los siguientes años fueron un espiral de horrores inhumanos y masacres injustificadas, pesadillas que no vale la pena rememorar cuando se avecinan, irremediablemente, tiempos más oscuros, incluso al día de hoy; la fe le ayuda a sobrellevar el peso que trae en sus hombros y poder recordar esta época sin quebrarse. Hubo un éxodo en Florencia del que Lorenzo y sus padres fueron parte, huyendo de la violencia.
A falta de un arma con la cual defenderse, se robó tomó prestada indefinidamente una pala de su parroquia.
??? (Francia), ??? ??? ??? 20...?
Los pueblos fantasmas se convirtieron en refugios, y los refugios, a su vez, se convirtieron en pequeños pueblos que eran apenas una sombra de lo que en algún momento había sido un pueblito lleno de vida. Estos pueblos, por supuesto, fueron destruidos por los Otros. Ahora solo son un montón de ruinas mohosas, apenas sostenidas en pie, plagadas de monstruos y manchadas de sangre, por las que Lorenzo pasó en algún momento de su vida.
Sin embargo, hubo uno en el que se quedó durante años. Sabía que había llegado hasta Francia, caminando durante... ¿meses? ¿Más? El tiempo ya había perdido el sentido. Había huido más de lo que se había defendido, pero siempre se había dado el tiempo de ayudar a todos los pobres seres humanos que se encontró en el camino, y enterrarlos una vez que sus cuerpos colapsaban. Él no se encontró con el campamento, sino que un explorador lo guió hasta allí.
Nadie en el pueblo tenía nombre. Mejor dicho, nadie lo usaba; conocer el nombre de alguien era el primer paso para encariñarse, cosa que resultaba peligrosa cuando la muerte los acechaba día y noche. Lorenzo se convirtió en Monsignore, apodo que le dio el explorador. Cuando le preguntó por su apodo, él le respondió Pêtre: "Monseñor" y "Sacerdote". Pêtre, entre risas, le aclaró que él no era sacerdote, pero era el único con algún tipo de imagen religiosa y la gente solía escucharlo.
Se convirtió en el nuevo sacerdote de la comunidad, cargo que algunos consideraban innecesario, pero para el que estaba mucho mejor preparado que Pêtre. Además de ello, hacía de maestro de historia, acompañaba a los exploradores en sus misiones (y los enterraba cuando era necesario), ayudaba en todo lo que podía y, en lo que no, siempre mostraba su apoyo de otra manera. Se hizo querido. Más importante aun, se hizo necesario.
Lorenzo pudo hacer algo que nunca, jamás, ni siquiera en sus mejores sueños, se imaginó: envejeció.
Vio a niños convertirse en jóvenes (y los enterró cuando fue necesario), construyó murallas y hogares, ofició bodas y funerales. Ordenó a Pêtre, quien ahora era su amigo, como sacerdote oficial, para que él también se convirtiera en Monseigneur. Entonces, cuando ya hubo hecho todo lo que podía por esa pequeña hermandad que había visto prosperar...
Se fue.
Binari del treno, 2051
Si los rumores eran ciertos, un tren pasaría en cualquier momento a recogerlo. Si no lo eran, moriría. De un modo u otro, estaba cómodo con el destino que le tuviera preparado Dios.
Extras:
Su padre era un obrero de Chicago, mientras que su madre fue una ex-monja y bibliotecaria de Florencia.
Sabe hablar fluidamente italiano e inglés, y entiende a la perfección el latín. También aprendió francés básico, y le gustaría poder aprender español y portugués.
En el antiguo campamento, por culpa de un comentario desafortunado, algunos le decían Panini. Nunca le gustó el apodo (pero le encantan los paninis).
Cree que los Otros son demonios y que los Infectados no tienen salvación, por lo que, lo más piadoso que se puede hacer con ellos, es matarlos rápidamente.
Si le dan a elegir entre convertirse en un Infectado o comer pizza con piña, elige convertirse en un Infectado.
Ficha para el grupo de rol Oblivion: www.deviantart.com/oblivionbet…
Sabroso como pollo, inteligente como manzana.