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pilarika-rr — Mi monstruo by-nc-nd
Published: 2012-02-28 19:19:05 +0000 UTC; Views: 554; Favourites: 6; Downloads: 9
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Description MI MONSTRUO

Hacía frío. Mucho frío. Y eso era lo único que podía sentir.
Mis ojos no eran capaces de captar otra cosa que no fuera oscuridad, mi boca tampoco podía articular palabra alguna, y mis músculos, tensos y agarrotados, intentaban a duras penas incorporar el cuerpo de su dueña, sin demasiado éxito.
Me sentía realmente inútil, como un despojo arrojado en medio de la nada. El profundo silencio que envolvía el lugar no era precisamente algo que me tranquilizara y la privación de mis principales sentidos y capacidades, de manera aletargada, me estaba desesperando.
Me arrastré. Lo único que noté fue la misma frialdad del principio, recorriendo todo mi cuerpo, el cual sentía desnudo y vulnerable. No sé cuánto tiempo pasé reptando cual serpiente por aquella zona, pero me daba la sensación de que me movía en círculos. Tras el interminable recorrido mi mano, temblorosa e imprecisa por el esfuerzo de trasladar mi cuerpo tras de sí, se topó con una lisa y gélida superficie. La tanteé, algo más segura de mí misma al haber encontrado un límite en aquel espacio vacío. Era totalmente tersa, pulida, homogénea, sin nada a lo que poder agarrarme. Haciendo un esfuerzo sobrehumano me apegué a ella y me deslicé hacia arriba adherida como una ventosa al cristal que chirría cuando resbala, de hecho el material emitía el mismo molesto sonido y mi piel se abrasaba con el roce.
Me incorporé totalmente, a ciegas, moviendo la cabeza desesperada, preguntándome la causa de la pérdida de mi visión. Me llevé una mano al rostro instintivamente y mis dedos encontraron un tacto áspero, extraño y acartonado, totalmente exento del habitual. Bajé mi mano al cuello, donde la presión me había estado molestando desde que desperté y noté la misma percepción.  Me recorrí la cabeza agobiada, temblando de pura cólera. ¿Qué me estaba pasando? De pronto un bulto, tras mi nuca, pequeño y que comenzaba a deshacerse bajo la fuerza del violento movimiento de mis manos. Un nudo.
Era una venda. Y acababa de caer a mis pies desde mis ojos, que parpadearon aliviados y a la vez curiosos, buscando la luz que, sin embargo, no encontraron. Tan sólo un tibio halo de claroscuro reflejado en el enorme espejo sin fin que se encontraba ante mí, y que me devolvía la imagen de una pálida muchacha desnuda, cuyo cuello aún estaba rodeado por las mismas gasas, esta vez algo agranatadas.
Me asusté. Una terrible congoja ascendió por mi estómago y, enrojecida, intenté cubrirme con pudor.  Me preocupó el dichoso saliente apuntado que los vendajes de mi cuello dejaban entrever con sutileza, y lo toqué. Pinchaba.
<<¿Qué es esto?>>  -intenté formular, pero de mi boca no salió nada más que un ahogado gañido falto de tono. Algo me molestaba en la parte baja de la lengua.
Atemorizada tanteé las vendas hasta encontrar un punto falto de fuerza y con algo menos de presión y tiré de él, deshaciendo la coraza de tela que me rodeaba la garganta.
Jamás podré describir lo que sentí al verlo.
Grité. Lo hice con todas mis fuerzas, hasta cansarme. Habría dañado hasta mis propios tímpanos de puro horror, pero mis cuerdas vocales no emitieron sonido alguno. No podían.
La puntiaguda y acerada punta de la flecha sobresalía brillando desde el centro de mi garganta, justo por debajo del mentón. Mientras que su astil, se adentraba entre la carne, atravesándola y emergiendo por detrás.
<<¿Qué me han hecho?>> -vocalicé, pero nada se escuchó.
Un portazo. Retumbó, y los espejos colocados ante mí temblaron, al igual que yo, atemorizada.
Un grupo de sombras aparentemente humanas se acercaban desde el fondo de ninguna parte, solamente avanzaban hacia mi persona, me rodeaban y danzaban emitiendo risas despreocupadas, mientras poco a poco desaparecían una detrás de otra entre sonoras carcajadas. Las conocía. Las había visto. Rostros familiares y conocidos. Sabía quiénes eran, pero no entendía qué pretendían ni  por qué hacían aquello, ¿por qué no me ayudaban?. Por más que les gritaba, farfullaba y gesticulaba mi condición no pareció conmoverles ni lo más mínimo. Me eché hacia atrás intimidada ante las dos últimas figuras que me taladraban con sus miradas opacas entre sonrisas irónicas y sutiles muestras de asco y repugnancia ante mi imagen. Sollocé encogida sobre mí misma.
<> -mi torpe e inválida lengua tampoco pudo pronunciar esta vez las palabras que me oprimían el pecho.
Las lágrimas brotaron desde mis ojos sin previo aviso y entre el derrame indómito del llanto y el sonido de unos nuevos pasos acercándose… la visión de un brillo escarlata comenzaba a tomar forma ante mí y se situaba entre los otros dos espectros sonrientes.
La exuberante mujer de mirada grana, y labios carmesí alzó una ceja y me observó desde su altura como a un despojo de basura. Me escuchaba.
-¿Qué haces llorando? Mírate, das pena –señaló a uno de los espejos, donde me ví reflejada, tirada en aquel frío y oscuro suelo de baldosas negras, con la cara contraída por tanto terror-. En verdad das vergüenza ajena –exhibió una sonrisa torva.
<<¿Qué es lo que me has hecho?>>
Lanzó una carcajada.
-Yo nada, pequeña. Te lo has hecho tú.
Parpadeé intentando aclarar mi visión, el intenso rojo de su largo vestido de fiesta contrastaba con su nívea piel y el negro azabache de su larga y lacia melena, que se bamboleaba ligeramente y con sutilidad a ambos lados de sus caderas, cayendo como una cascada. Estaba confundida.
-De verdad, no sirves para nada. Ni siquiera estás segura de por qué estás aquí ni tienes aprecio por la vida, ningún incentivo para seguir adelante ¿verdad? Qué pena.
Rechiné los dientes.
-Eres lamentable, un mero fantasma entre la gente. Nunca puedes ser tú porque te asustas de todo, y si no mírate ahora, aterrorizada por tus propias amigas, ¿no las ves? Están aquí, a mi lado –señaló a las figuras sonrientes-. " Las mejores del mundo", sí señora, pero ¿de qué te valen si ni siquiera puedes ser tú misma con ellas?
<<¿Qué estás diciendo?>>
-No eres quién dices ser, no eres quién quieren que seas, no eres lo que querrías ser –se situó a mi espalda-. Pobre niñita, tan sólo te quedan tus cuentos, tus historias, tu mente y tus fantasías, porque eso es lo que son, solamente fantasías, nada real –se agachó lentamente hasta alcanzar mi altura-. Porque todos y cada uno de tus personajes son un pequeño reflejo de ti, la verdadera. Y ahora dime ¿por qué te escondes?
<>.
-Mientes –me susurró  al oído. Acto seguido se puso en pie.
Se aproximó peligrosamente a aquellas dos figuras sonrientes que ahora carecían de expresión y tan sólo me observaban con una débil luz apagada en sus ojos.
<>
Rompió a reír.
-¿Y qué vas a hacer? Si de todas maneras, no puedes hablar, lo que digas no cuenta, y lo que pienses ni siquiera existe, porque tú no eres nadie, porque tú no quieres ser nadie.
Rompí a llorar.
-¿Quieres defender lo que te importa? Empieza por defenderte a ti misma.
Me llevé las manos a la garganta y tiré con fuerza. La flecha se quebró y en mi voz resonó un grito de dolor, tan profundo como el redoblar de una campana en el fondo del  propio infierno.
Me giré hacia el espejo y vislumbré tras de mí a una muchacha cuyos iris color escarlata titilaban con un fulgor propio de las ascuas de un volcán, avanzando hacia mí por la espalda y riendo a carcajadas. Rodeándome con sus brazos y caminando hacia atrás, vi como mi cuerpo se hundía junto con el suyo entre las tinieblas de las que aquel monstruo había salido.
<<¿Quién eres...?>> -mis gañidos y bocanadas de aire le provocaron una carcajada, pero tuve la sensación de que me había entendido.
-Soy todo aquello que temes. Todo aquello que quieres y no puedes. Todo aquello que sabes y no aceptas. Todo aquello que deseas y no te atreves. Todo aquello que odias. Todo aquello que eres. Yo soy tú y tú eres yo.


Dido R. Raez
28/02/2.012
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Comments: 6

KilFer-zgz [2012-03-13 20:42:50 +0000 UTC]

. . .

Joder. . .

. . .

He estado en esa habitación. Mientras lo leía, te veía intentar hablar, veía tu expresiones, tus gritos ahogados, la lanza emergente.

En serio, joder... Es que...

Por un lado... es impresionante. Muy impresionante. Te aseguro que me he sentido dentro. De lo mejor que he leido en mucho tiempo. Pero por otro...

¿Estas son tus pesadillas, Dido?


(siento los insultos, pero es que de verdad te prometo que no tengo palabras para poder opinar...)

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pilarika-rr In reply to KilFer-zgz [2012-03-13 21:13:25 +0000 UTC]

Me alegra mucho que te hayas sentido tan dentro del relato ;W; pero me pesa que te haya hecho sentir un poco descolocado xDDD
Y sí, estas son mis pesadillas. No es de las peores, pero sí de las más impactantes que he tenido, más que nada porque no sé, esa mujer... digamos que no se fue de mi cabeza desde aquel día xD Por eso creé a Sajix. Me levanté muy mal aquella noche derecha a mirarme el cuello en el espejo xDD

Y no te preocupes, el "joder" no es un insulto para mí xP

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Alpana-SH [2012-03-12 11:53:23 +0000 UTC]

Caramba, qué pesadillas tienes O_o

Muy bien narrado, con claridad y muy detallado. Es un trabajo excelente.

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pilarika-rr In reply to Alpana-SH [2012-03-12 17:42:00 +0000 UTC]

Sí...a veces son bastante más duras.

Muchísimas gracias

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rtres [2012-02-29 00:03:36 +0000 UTC]

Que final tan profundo... realmente se puede saber mucho de los sueños/pesadillas. Ha sido muy interesante y entretenido de leer. Me ha gustado bastante y ya ves a que horas me ha enganchado a leerlo xD

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pilarika-rr In reply to rtres [2012-02-29 10:16:16 +0000 UTC]

Coincido contigo en lo de que se puede saber mucho de ellos... pero a veces... es mejor no saber, en serio o-o
Me alegro de que te haya gustado mi horror xD no, enserio, gracias por leer

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