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Shaykow — Sydney, Dispara by-nc-sa
Published: 2008-06-20 18:40:19 +0000 UTC; Views: 263; Favourites: 0; Downloads: 2
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Description Un disparo casi le hubiera volado la cabeza de no ser por la suerte que tan a menudo la acompañaba últimamente. Ahora tenía un maravilloso cadáver al lado, del desafortunado compañero que había asomado la cabeza para tratar de ver donde se encontraba el enemigo. Sydney tosió varias veces a causa del polvo levantado por el reciente bombardeo, antes de darle la vuelta al chico que reposaba a su lado.
El tiro le había entrado por el parietal derecho, eso le daba una idea de donde podía encontrarse el francotirador, suspiro fuertemente y a rastras comenzó a arrastrar al pobre infeliz hacia una ventana más lejana y volvía a asomarlo, para que recibiera otro tiro esta vez desde otra posición totalmente distinta.

“-Sin duda hay más de uno, ¿Cómo cojones voy a salir de aquí?”- Registro a su compañero muerto sin mucha fortuna, un par de granadas, un cargador de pistola, y dos de fusil, no mucho que añadir a lo que ya tenía y desde luego nada suficiente como para hacer frente a un francotirador, y mucho menos a dos. La impotencia era notable en el rostro de la chica finalmente parecía que iba a morir allí… Llevaba años en el ejército, siempre se había hecho la fuerte pero esta situación tan desesperanzadora conseguía que se quisiera echar a llorar en una esquina hasta que su madre la despertara de aquella aterradora pesadilla. No quería morir, daba igual todo, su coraza moral estaba más que rota, se abrazo al cadáver mientras las lagrimas caían por sus mejillas en el más profundo de los silencios, no había opciones, no había salida, estaba atrapada, sin armas para poder hacerle frente al enemigo, sin ningún compañero vivo. Podía elegir morir de hambre allí dentro, o dar la cara y recibir impactos de un invisible francotirador hasta morir, apoyándose sentada contra la pared abrazó sus propias piernas y hundió la cabeza entre ellas mientras apretaba fuertemente el anillo por encima del bolsillo de su ropa.

“- Si tan solo estuvieras aquí, seguro que estarías tan asustada que me sentiría ridícula de estarlo yo y al final harías alguna barbaridad para poder salir de esta trampa, lo siento Jennypher… ya no podré cumplir mi promesa”- Las lagrimas cegaron totalmente su visión ahora, estaba llorando como una niña pequeña sin contener las lagrimas, una sola frase era repetida en voz baja allí mismo.
- No quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir…- Su entendimiento y lógica habían sido borrados, solo miedo y dolor, solo olor a sangre y lagrimas. Iba a morir sin haber salido con un chico, sin haber besado, sin haberle dicho a Jennypher que era su mejor amiga, sin haber parado aquella guerra, sin haber sido capaz de encontrar venganza, sin haberle llevado flores a la tumba de sus padres, sin haber vuelto a casa, sin haberle dejado la carta a Nell, sin hacer que todos se sintieran orgullosos de ella, sin haber reunido a todos sus osos por fin juntos, sin tener un gato, sin sentirse realmente viva, sin saber adonde había ido…
Eran tantas cosas que debía haber hecho y ahora se iban a escapar, había matado a mucha gente quizás era lo que se merecía a fin de cuentas, pero sus ganas de vivir en ese instante eran mayores que cualquier otro sentimiento que hubiera tenido jamás. Por un momento creyó perder el conocimiento debido al fuerte olor a azufre que lo invadía todo y creyó verla allí, la fuente de su esperanza… Una chica alta y rubia, con la mirada más decidida que hubiera visto jamás y un rifle a su espalda, Sydney se incorporo…
- ¿Tu al menos lo intentarías verdad?- Dijo en voz alta mientras pasaba la manga por sus empapadas mejillas y leve atisbo de sonrisa comenzaba a dibujarse en su rostro, mientras aquella chica le sonreía dulcemente y Nell le tendía la mano para que se levantara.

Sydney colgó su fusil a la espalda, no iba a permitir que todo acabara allí. Al menos no mientras le quedara tanto que hacer, rasgo la ropa de su compañero y desenfundando el cuchillo lo hundió en la herida de bala extrayéndola de su pecho, .338 Lapua Mágnum la bala era de gran calibre sin duda le volaría en el acto la parte del cuerpo donde impactara y la haría morir en el acto, sin embargo este dato hizo aparecer una sonrisa maliciosa en la cara de la chica, ambas balas eran iguales… cabía la posibilidad de que fuera uno solo que iba alterando su posición, era una táctica habitual en los francotiradores para sembrar el pánico entre sus enemigos, no lo sabía con certeza pero sea como fuere habían aniquilado a toda su unidad, ocho cadáveres adornaban el exterior y el interior de aquella casa en ruinas.
- Si tan solo eres uno, eres realmente bueno maldito cabrón. Pero hoy has dado con la horma de tu zapato…- Sabia que si su estúpida suposición no era correcta no tenia nada que hacer, pero no tenia tiempo de pensar en eso…
Una unidad de nueve personas, un rifle de ese calibre debía tener un cargador de 10 balas, con 20 en reserva… le había hecho fallar una vez con un cadáver, aun le quedaba una sola bala antes de la recarga, pero un francotirador no podía permitirse el fallo, si era lo suficientemente orgulloso no habría recargado, era estúpido depender del orgullo de su enemigo pero no tenia otra elección…
Agarro una granada con cada mano y sin pensárselo las arrojo a la misma esquina de la casa, tapo sus oídos mientras se ponía a cubierto, tras la enorme explosión pudo ver como la pared había quedado totalmente demolida, pero no había tiempo, se arranco la parte de arriba de su uniforme de camuflaje y se la coloco a toda velocidad al único cadáver que quedaba entero, si no estaba manchado de sangre quizás no se diera cuenta del cebo, se ajusto su pistola de mano de nuevo sobre la camiseta de tirantes negra y lanzo el casco y el fusil al suelo, todo peso era innecesario ahora, apenas tenía unos segundos para salir de allí mientras recargaba. Sydney tiro de la anilla de la granada asida a su camisa y lanzo al hombre por la brecha que había abierto en el primer piso.
- Uno, dos, tres, cuatro, cinco.- La explosión no le dejo oír el disparo del enemigo pero sin pensárselo dos veces se lanzó al vacío, su pelo se arremolino en el aire mientras descendía y el viento beso su rostro, Sydney sonrió y paso su lengua por el labio superior cuando cayo, el fuego se había propagado a la casa de al lado y el humo era ahora su más fiel aliado. El tirador tendría que haberse escorado totalmente para efectuar un disparo a aquella zona, ahora Sydney sabía donde estaba… La chica corrió hacia las estrechas calles, apenas tenia 10 segundos antes de que recargara, había estudiado el plano de la zona de memoria como antes de cada misión, para ella siempre era como jugar en casa, se deslizo como una serpiente entre los recovecos de la ciudad, su instinto no le fallaría ¡Si lograba acercarse lo suficiente, seria su victoria! Ahora podía oír claramente como de vez en cuando el sonido de un disparo rompía el silencio, su enemigo era ahora presa de la impaciencia y la intranquilidad y disparaba a todo lo que se moviera y lo mejor de todo… parecía que había dejado de moverse, ahora Sydney tenia clara su posición, podía ver un brillo en la tercera ventana del hospital las tornas habían cambiado a su favor, como una exhalación se dirigió al hospital silenciosa como un gato que persigue a un ratón. Ahora una sola puerta la separaba del zarpazo final, desenfundo su pistola y abriendo la puerta de una patada apunto al frente.
- Pero que demonios??- Allí no había nadie, le había hecho creer que no sabía donde estaba y disparado erróneamente a conciencia para llevarla hasta ese lugar, y ella había picado...
- Tira el arma…- La voz femenina tremendamente dulce y familiar sonaba ahora amenazante a su espalda, mientras un cañón se posaba entre sus dos omóplatos, pero Sydney sonreía, no podía ser posible… tenia que verlo con sus propios ojos aquello no podía ser posible se negaba a creerlo, aquella hija de puta la había hecho estremecer por ultima vez, había jugado con su vida y ahora con esa voz había jugado con sus sentimientos era más de lo que estaba dispuesta a soportar, Sydney se agacho levemente para dejar el arma en el suelo, podías tener a tu merced a un soldado normal, pero no había nadie mejor que ella en el uno contra uno en todo el ejercito, con un giro rápido aparto el cañón a la par que su pistola apuntaba al rostro del enemigo.
Las lagrimas volvieron a caer por su rostro como habían hecho hace poco más de quince minutos, al ver aquellos ojos brillantes y esa expresión decidida las fuerzas volvieron a abandonarla como en la casa en ruinas… Había perdido, había perdido antes de empezar siquiera a combatir, el arma resbalo de sus dedos y golpeó el suelo a la par que sus piernas cedían y se derrumbaba sobre si misma en un mar de lágrimas, aquello era una pesadilla… la peor que jamás hubiera podido imaginar.
- ¿Por qué, porque tenias que ser tu?- Dijo Sydney entre sollozos, con un hilo de voz…
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Comments: 3

NashCity [2008-06-24 15:39:33 +0000 UTC]

ay es donde te quiera yo ver Shay!! en tu faceta de escritor y mas con sidney!!! me ha gustado mucho, creo que pa empezar por DA le has sacado el jugo que le tenias que sacar a la muchacha y que mejor forma que empezar que sidney con su pistola XD

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Yunny-Aburame [2008-06-20 19:46:34 +0000 UTC]

Diox me ha puesto la piel de gallina >.<
Sydney fan!

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Shaykow In reply to Yunny-Aburame [2008-06-20 21:01:10 +0000 UTC]

Asdfasfasfas, no sabía que gastabas coso de Deviantart de este, gracias por el comment !Crei que no se lo iba a leer nadie! >.<.

Te agrego a friends yo también :3.

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