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Description
Bueno...aquí otra vez! Dejo el MEME este que es bieeen viejis jaja..pero bueno...algo que tengo es que hago las cosas siempre..tarde o temprano, pero las hago...
Esta a lápiz nada más...y disculpen lo chafa, como siempre ♥

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3 años: Después de que Fuyuko fuera puesta a salvo en el templo, nadie quiso tomar la responsabilidad de cuidarla. Era sólo una pequeña bebé, y requería cuidados que nadie estaba dispuesto a brindarle, ya sea porque no se sentían capaces, como por el simple motivo de aislarse del asunto. Fue así, que en medio de una discusión entre doce de los monjes que allí se encontraban, un joven se pone de pie y decide hacerse cargo de la pequeña.
Cuando Fuyuko llegó al templo, muchos pensaron que podía llegar a estar muerta, ya que estaba totalmente blanca y su temperatura corporal muy por debajo de lo normal. Sin embargo, y sin que el Supremo se entere, la pusieron en un pequeño cuartito, en el que permaneció días y días, bajo el cuidado de aquél joven monje. Cada día, él se levantaba más temprano, y sigilosamente se dirigía hacia ese cuarto, llevando comida y abrigo para la pequeña. Pasaba horas y horas a su lado, la cuidaba, la mimaba, le daba de todo su cariño y afecto…La quería como si compartiese su sangre. ¿Cómo era posible? No lo sabía, pero simplemente se había convertido en una razón para vivir.
Después de un tiempo, comenzó a hacerse evidente que la niña no podía permanecer sola en esa habitación, y mucho menos en el templo…Fue entonces cuando decidió ir a hablar con el Supremo, para contarle lo sucedido y solicitar su permiso para que pudiera quedarse. Y así lo hizo. Le tomó un poco de trabajo convencerlo, pero terminó dando el “sí” gracias a los cuestionamientos sobre los principios del templo y de ellos mismos como seres espirituales. Feliz, el joven decidió trasladar a la pequeña a su habitación. Le preparó un lugar para dormir y siguió cuidándola como lo había hecho hasta ahora…
Una noche se levantó una fuerte tormenta de nieve, lo que hizo que todos se despertaran y salieran a resguardarse en la parte baja del templo, lugar donde se solía exiliar en la antigüedad a aquellos monjes que rompían con alguno de los principios a los que habían jurado lealtad. Cuando el joven se levanta y va por la niña, ve que estaba despierta, con los ojos bien abiertos, mirando a través de la ventana. Había un brillo especial en sus tiernos ojos. Él la tomó en sus brazos y la llevó cerca de la ventana, en la cual lo único que se veía era una ola blanca de nieve que cubría todo…La pequeña comenzó a sonreír, mientras admiraba lo que la naturaleza le regalaba…
-¿Te gusta? –murmuró el joven monje, quien veía aún un brillo especial en la mirada de la niña…Ella no hizo más que sonreír…
Gentil, la observa y devuelve su encantadora sonrisita….
-Te llamaré “Fuyuko” –dijo finalmente-. Tienes todo el encanto de la blanca nieve, y ojos de pequeños cristales de agua iluminados por la luz del anochecer…Ahora eres mi pequeña Fuyuko…-dijo, y la besó en la frente. Fuyuko se durmió y, como si nada, la tormenta comenzó a cesar…
“Yuusa-niisan” fueron las primeras palabras que pronunció…Para ella, Yuusa no era sólo un monje, era su familia…

7 años: Los años fueron pasando, y Fuyuko nunca se despegaba de Yuusa…
Durante un retiro espiritual, ambos salieron de caminata por los alrededores, llevando consigo dos pequeños bolsos con algunos aperitivos y agua, que era lo único que podían cargar. Pararon en un lugar desde donde se podía ver un hermoso lago congelado, y en su interior, cardúmenes de peces coloridos que nadaban incesantes dentro de ese inmenso bloque…Allí fue donde, accidentalmente mientras jugaban, Fuyuko descubre su esencia y la materializa por primera vez…El asombro que se llevó Yuusa fue grande; no comprendía cómo algo así había sido posible, aunque en el fondo siempre había tenido una sensación hacia Fuyuko que la hacía especial. En ese mismo lugar, Yuusa hace prometerle que eso iba a ser su secreto, que nadie, ni siquiera el Supremo, debía enterarse de lo ocurrido, y lo justificó diciendo que era uno de los principios de los monjes. Aunque en realidad presentía que algo malo podía ocurrir si el resto se enteraba…No cabía arriesgarse…
El resto del tiempo la pasaron juntos, aprendiendo uno del otro y compartiendo gratos momentos…después de todo, Fuyuko aún era una niña…
Finalizado el retiro espiritual, volvieron al templo, y lo ocurrido fue sellado bajo una tumba. Era algo que nadie iba a saber. Nunca.

16 años: Así fue creciendo, en un mundo “limpio”, ya que Yuusa la instruyó bajo los principios que él tenía sentados, sin salir del templo…Además le fue enseñando diversas cosas como Matemáticas, Astronomía, Física, Biología y diversas materias que eventualmente atraían a Fuyuko. Ella siempre mostró interés por todo y todos, ayudaba en las cosas del templo y leía en su tiempo libre, cuando no se la pasaba junto a su hermano…
Aquél antiguo secreto seguía siéndolo, aunque Yuusa aprovechó cada retiro espiritual para investigar y tratar de instruir a Fuyuko al respecto. Y en sus primeros años lo hizo bien, aún sin entender de qué se trataba en realidad.
A medida que el tiempo pasaba, Fuyuko iba adquiriendo experiencia y la capacidad de controlar sus propias acciones, mientras a su vez, descubría un nuevo talento: convertir su esencia en agua. Y así fue experimentando y aprendiendo a cerca del mundo y de ella misma, siempre al lado de su querido hermano.
Era una mañana cálida cuando se disponían a partir en un día de relajación. Tomaron los bolsos con lo que habían preparado y se marcharon al lugar de siempre. Llegaron, y se pusieron a hacer lo de siempre: mientras Fuyuko meditaba, Yuusa investigaba diferentes comportamientos de su esencia y su manera de materializarse. Pero esta vez, mientras lo hacían, alguien apareció repentinamente y apreció aquél magnífico pero atemorizante espectáculo. La reacción fue obvia. Aquél monje salió velozmente hacia el templo, a comentar lo que había visto…Yuusa y Fuyuko dejaron sus cosas ahí, y salieron en su persecución, mientras gritaban que se detenga, que había una explicación, pero el monje no respondió…
Cuando llegaron al templo, las miradas que invadían el lugar eran de temor, confusión y hasta desprecio…Un gran revuelvo se armó, donde todos colaboraban para el mal, diciendo cosas como “yo siempre supe que esa chica no era normal” o “siempre fue extraña, deberíamos haberla dejado donde estaba, por algo la habrán abandonado”…Yuusa ya no sabía más qué decir o hacer para que todos se calmen, y Fuyuko no hacía otra cosa que llorar en los brazos de su hermano al escuchar semejantes cosas. No fue hasta que uno de los monjes gritó “¡Deberíamos matarla!”, que Fuyuko sintió que su corazón se detenía y que algo empezaba a correr dentro de ella…De repente el rostro de todos cambió. Estaban pálidos e inmóviles. Todo el salón se enfrió y una fuerte ráfaga de viento llevó a todos a chocar contra las paredes…
“F-Fu-yuko….”…ni el rostro ni el alma de Yuusa cabían en sí mismo…La dulce y tierna señorita había desaparecido…no, estaba ahí, parada frente a todos…lo que ya no estaba era su dulzura…su encanto…su alma…Todo quedó en negro…
Al cabo de unas horas, Fuyuko abre los ojos.
-¿Y-Yuusa-niisan…? –dijo con voz entre-cortada. Estaba tirada en el piso, boca abajo…Intentó ponerse de pie, y cuando lo hizo, un grito de dolor retumbó en todo el salón. Las paredes champagne no eran más que manchones rojo carmesí, y la alfombra que cubría el lugar, era una pila de cuerpos sin vida…Levantó sus manos y se las llevó a la cara, cubriéndose del horror que estaba presenciando…Pero al hacerlo, vio su cuerpo totalmente despojado de ropas, y cubierto de sangre…Sintió como si le faltara el aire…
Incesante llamaba a su hermano, mientras intentaba cubrirse con algo, pero nunca recibió respuesta. Se sentó en un rincón y, llorando, puso su cabeza sobre las rodillas y las abrazó con fuerza. En ese momento, escenas de lo sucedido vinieron a su memoria y un grito ahogado se escapó de su garganta.
-Y-Yuusa-niisan…Yuusa-niisan….¡YUUSA-NIISAN! –no paraba de llamarlo, pero nunca recibió respuesta…
Después de recobrar un poco la conciencia y la fuerza, se levantó y se dirigió a su habitación, se vistió, tomo algunas de las cosas que poseía, y decidió marcharse…Sin rumbo, sin dirección…Su vida ya no sería la misma…Sentía ganas de desparecer…

18 años: Después de aquél trágico día, estuvo vagando, de pueblo en pueblo…Trabajó como ayudante en una panadería, enseñó a niños de un pequeño pueblo donde eran muy humildes y finalmente trabajó como ayudante en una biblioteca. Pero tenía algo adentro que la atormentaba: sus orígenes.
No pasó mucho hasta que decidiera marcharse nuevamente, y en su travesía se topó con el Instituto Paranormal. Ella supuso que allí podría encontrar respuestas a lo que estaba buscando, pero en su lugar, encontró un nuevo empleo: Profesora de Esencia Mediante el Agua.
Al principio se sintió extraña, pero poco a poco fue descubriendo la naturaleza de aquel Instituto, y fue conociendo personas que, al igual que ella, poseían “cualidades especiales”.
¡Y así tenemos a la actual Fuyuko! Dulce, buena, tímida, amante de los libros y el té helado…
Aún no encontró las respuestas que busca, pero para ella, el Instituto se ha convertido en su hogar…Sentimiento que no volvió a tener desde que Yuusa desapareció…algo en lo sigue pensando…

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¡Terminó! Bueno...ahí tienen un poco más acerda de Fuko-chan <3...ya que algunos por MSN me han dicho que ella es un misterio u.u ...y siii, puede ser! XDD También se desaparece de la nada >_>UUU....
Etto....gomeeeeen por lo exteeeeeeenso que es XDU....pero si...tiene una vida se-miserable ;o; pobre...u.u

Fuyuko © ~Tsuki-Miko

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Bueno...aquí otra vez! Dejo el MEME este que es bieeen viejis jaja..pero bueno...algo que tengo es que hago las cosas siempre..tarde o temprano, pero las hago...
Esta a lápiz nada más...y disculpen lo chafa, como siempre ♥

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3 años: Después de que Fuyuko fuera puesta a salvo en el templo, nadie quiso tomar la responsabilidad de cuidarla. Era sólo una pequeña bebé, y requería cuidados que nadie estaba dispuesto a brindarle, ya sea porque no se sentían capaces, como por el simple motivo de aislarse del asunto. Fue así, que en medio de una discusión entre doce de los monjes que allí se encontraban, un joven se pone de pie y decide hacerse cargo de la pequeña.
Cuando Fuyuko llegó al templo, muchos pensaron que podía llegar a estar muerta, ya que estaba totalmente blanca y su temperatura corporal muy por debajo de lo normal. Sin embargo, y sin que el Supremo se entere, la pusieron en un pequeño cuartito, en el que permaneció días y días, bajo el cuidado de aquél joven monje. Cada día, él se levantaba más temprano, y sigilosamente se dirigía hacia ese cuarto, llevando comida y abrigo para la pequeña. Pasaba horas y horas a su lado, la cuidaba, la mimaba, le daba de todo su cariño y afecto…La quería como si compartiese su sangre. ¿Cómo era posible? No lo sabía, pero simplemente se había convertido en una razón para vivir.
Después de un tiempo, comenzó a hacerse evidente que la niña no podía permanecer sola en esa habitación, y mucho menos en el templo…Fue entonces cuando decidió ir a hablar con el Supremo, para contarle lo sucedido y solicitar su permiso para que pudiera quedarse. Y así lo hizo. Le tomó un poco de trabajo convencerlo, pero terminó dando el “sí” gracias a los cuestionamientos sobre los principios del templo y de ellos mismos como seres espirituales. Feliz, el joven decidió trasladar a la pequeña a su habitación. Le preparó un lugar para dormir y siguió cuidándola como lo había hecho hasta ahora…
Una noche se levantó una fuerte tormenta de nieve, lo que hizo que todos se despertaran y salieran a resguardarse en la parte baja del templo, lugar donde se solía exiliar en la antigüedad a aquellos monjes que rompían con alguno de los principios a los que habían jurado lealtad. Cuando el joven se levanta y va por la niña, ve que estaba despierta, con los ojos bien abiertos, mirando a través de la ventana. Había un brillo especial en sus tiernos ojos. Él la tomó en sus brazos y la llevó cerca de la ventana, en la cual lo único que se veía era una ola blanca de nieve que cubría todo…La pequeña comenzó a sonreír, mientras admiraba lo que la naturaleza le regalaba…
-¿Te gusta? –murmuró el joven monje, quien veía aún un brillo especial en la mirada de la niña…Ella no hizo más que sonreír…
Gentil, la observa y devuelve su encantadora sonrisita….
-Te llamaré “Fuyuko” –dijo finalmente-. Tienes todo el encanto de la blanca nieve, y ojos de pequeños cristales de agua iluminados por la luz del anochecer…Ahora eres mi pequeña Fuyuko…-dijo, y la besó en la frente. Fuyuko se durmió y, como si nada, la tormenta comenzó a cesar…
“Yuusa-niisan” fueron las primeras palabras que pronunció…Para ella, Yuusa no era sólo un monje, era su familia…

7 años: Los años fueron pasando, y Fuyuko nunca se despegaba de Yuusa…
Durante un retiro espiritual, ambos salieron de caminata por los alrededores, llevando consigo dos pequeños bolsos con algunos aperitivos y agua, que era lo único que podían cargar. Pararon en un lugar desde donde se podía ver un hermoso lago congelado, y en su interior, cardúmenes de peces coloridos que nadaban incesantes dentro de ese inmenso bloque…Allí fue donde, accidentalmente mientras jugaban, Fuyuko descubre su esencia y la materializa por primera vez…El asombro que se llevó Yuusa fue grande; no comprendía cómo algo así había sido posible, aunque en el fondo siempre había tenido una sensación hacia Fuyuko que la hacía especial. En ese mismo lugar, Yuusa hace prometerle que eso iba a ser su secreto, que nadie, ni siquiera el Supremo, debía enterarse de lo ocurrido, y lo justificó diciendo que era uno de los principios de los monjes. Aunque en realidad presentía que algo malo podía ocurrir si el resto se enteraba…No cabía arriesgarse…
El resto del tiempo la pasaron juntos, aprendiendo uno del otro y compartiendo gratos momentos…después de todo, Fuyuko aún era una niña…
Finalizado el retiro espiritual, volvieron al templo, y lo ocurrido fue sellado bajo una tumba. Era algo que nadie iba a saber. Nunca.

16 años: Así fue creciendo, en un mundo “limpio”, ya que Yuusa la instruyó bajo los principios que él tenía sentados, sin salir del templo…Además le fue enseñando diversas cosas como Matemáticas, Astronomía, Física, Biología y diversas materias que eventualmente atraían a Fuyuko. Ella siempre mostró interés por todo y todos, ayudaba en las cosas del templo y leía en su tiempo libre, cuando no se la pasaba junto a su hermano…
Aquél antiguo secreto seguía siéndolo, aunque Yuusa aprovechó cada retiro espiritual para investigar y tratar de instruir a Fuyuko al respecto. Y en sus primeros años lo hizo bien, aún sin entender de qué se trataba en realidad.
A medida que el tiempo pasaba, Fuyuko iba adquiriendo experiencia y la capacidad de controlar sus propias acciones, mientras a su vez, descubría un nuevo talento: convertir su esencia en agua. Y así fue experimentando y aprendiendo a cerca del mundo y de ella misma, siempre al lado de su querido hermano.
Era una mañana cálida cuando se disponían a partir en un día de relajación. Tomaron los bolsos con lo que habían preparado y se marcharon al lugar de siempre. Llegaron, y se pusieron a hacer lo de siempre: mientras Fuyuko meditaba, Yuusa investigaba diferentes comportamientos de su esencia y su manera de materializarse. Pero esta vez, mientras lo hacían, alguien apareció repentinamente y apreció aquél magnífico pero atemorizante espectáculo. La reacción fue obvia. Aquél monje salió velozmente hacia el templo, a comentar lo que había visto…Yuusa y Fuyuko dejaron sus cosas ahí, y salieron en su persecución, mientras gritaban que se detenga, que había una explicación, pero el monje no respondió…
Cuando llegaron al templo, las miradas que invadían el lugar eran de temor, confusión y hasta desprecio…Un gran revuelvo se armó, donde todos colaboraban para el mal, diciendo cosas como “yo siempre supe que esa chica no era normal” o “siempre fue extraña, deberíamos haberla dejado donde estaba, por algo la habrán abandonado”…Yuusa ya no sabía más qué decir o hacer para que todos se calmen, y Fuyuko no hacía otra cosa que llorar en los brazos de su hermano al escuchar semejantes cosas. No fue hasta que uno de los monjes gritó “¡Deberíamos matarla!”, que Fuyuko sintió que su corazón se detenía y que algo empezaba a correr dentro de ella…De repente el rostro de todos cambió. Estaban pálidos e inmóviles. Todo el salón se enfrió y una fuerte ráfaga de viento llevó a todos a chocar contra las paredes…
“F-Fu-yuko….”…ni el rostro ni el alma de Yuusa cabían en sí mismo…La dulce y tierna señorita había desaparecido…no, estaba ahí, parada frente a todos…lo que ya no estaba era su dulzura…su encanto…su alma…Todo quedó en negro…
Al cabo de unas horas, Fuyuko abre los ojos.
-¿Y-Yuusa-niisan…? –dijo con voz entre-cortada. Estaba tirada en el piso, boca abajo…Intentó ponerse de pie, y cuando lo hizo, un grito de dolor retumbó en todo el salón. Las paredes champagne no eran más que manchones rojo carmesí, y la alfombra que cubría el lugar, era una pila de cuerpos sin vida…Levantó sus manos y se las llevó a la cara, cubriéndose del horror que estaba presenciando…Pero al hacerlo, vio su cuerpo totalmente despojado de ropas, y cubierto de sangre…Sintió como si le faltara el aire…
Incesante llamaba a su hermano, mientras intentaba cubrirse con algo, pero nunca recibió respuesta. Se sentó en un rincón y, llorando, puso su cabeza sobre las rodillas y las abrazó con fuerza. En ese momento, escenas de lo sucedido vinieron a su memoria y un grito ahogado se escapó de su garganta.
-Y-Yuusa-niisan…Yuusa-niisan….¡YUUSA-NIISAN! –no paraba de llamarlo, pero nunca recibió respuesta…
Después de recobrar un poco la conciencia y la fuerza, se levantó y se dirigió a su habitación, se vistió, tomo algunas de las cosas que poseía, y decidió marcharse…Sin rumbo, sin dirección…Su vida ya no sería la misma…Sentía ganas de desparecer…

18 años: Después de aquél trágico día, estuvo vagando, de pueblo en pueblo…Trabajó como ayudante en una panadería, enseñó a niños de un pequeño pueblo donde eran muy humildes y finalmente trabajó como ayudante en una biblioteca. Pero tenía algo adentro que la atormentaba: sus orígenes.
No pasó mucho hasta que decidiera marcharse nuevamente, y en su travesía se topó con el Instituto Paranormal. Ella supuso que allí podría encontrar respuestas a lo que estaba buscando, pero en su lugar, encontró un nuevo empleo: Profesora de Esencia Mediante el Agua.
Al principio se sintió extraña, pero poco a poco fue descubriendo la naturaleza de aquel Instituto, y fue conociendo personas que, al igual que ella, poseían “cualidades especiales”.
¡Y así tenemos a la actual Fuyuko! Dulce, buena, tímida, amante de los libros y el té helado…
Aún no encontró las respuestas que busca, pero para ella, el Instituto se ha convertido en su hogar…Sentimiento que no volvió a tener desde que Yuusa desapareció…algo en lo sigue pensando…

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¡Terminó! Bueno...ahí tienen un poco más acerda de Fuko-chan <3...ya que algunos por MSN me han dicho que ella es un misterio u.u ...y siii, puede ser! XDD También se desaparece de la nada >_>UUU....
Etto....gomeeeeen por lo exteeeeeeenso que es XDU....pero si...tiene una vida se-miserable ;o; pobre...u.u

Fuyuko © ~Tsuki-Miko