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Hoy como ayer y mañana, visto con mi impecable terno negro, una camisa blanca y mi corbata que armonizaba totalmente mi atuendo y que me da el aspecto de un hombre de negocios, porque eso soy, soy un hombre de negocios, con tanto dinero que puedo comprar la felicidad de cualquier persona, incluso puedo comprar sus vidas.
Me dispuse a caminar por las calles de la ciudad, viendo a cada uno de las personas que estaban en el lugar, viendo su interioridad, sus miedos, sus sueños, sus anhelos, sus vidas en su totalidad, pero había uno de ellos que me llamo la atención, su meta era fija y con solo ver eso se podía decir que era un hombre que estaba dispuesto a todo por cumplir su objetivo, que era ser dueño de una famosa empresa de tecnología avanzada.
A mi punto de vista, este sujeto tenía lo necesario, era creativo, inteligente y entusiasta, así que era un buen candidato para uno de mis negocios.
Lo seguí por la calle, luego en un momento capte su atención y con señas le indique que me siguiera. Me lo lleve a un lugar apartado de la transcurrida calle y mientras más nos alejábamos de ella mas se veía desorientado y levemente asustado, era comprensible que estuviese así, ya que hasta ese momento era yo un extraño para él, me miro y se sorprendió al verme de frente, mientras yo observaba cada detalle de su persona sus gestos, su ropa desgastada, porque al igual que yo usaba un terno negro, pero este ya no conservaba su negro inicial.
Entonces lo salude con un gesto de mano y me dijo:

- Hola, ¿estás perdido en esta vida como lo estoy yo?- dijo arrugando un papel entre sus manos.

- No, yo nunca me pierdo- le dije con certeza en español dado que ese era su idioma.

- Entonces ¿Qué hace usted en medio de esta selva de cemento? ¡y vestido así!- me dijo con sobresalto.

- Le vengo a hablar de negocios- me miro como si yo estuviera loco y luego se sentó en el suelo. Que descortés mirarme así siendo yo un notable hombre de negocios.

- ¿Negocios? ¿Qué tipos de negocios?- me pregunto aséptico.

- Tengo el poder suficiente como para sacarte de esta selva de asfalto y llevarte a los lugares que desees. Puedo darte lo que quieras. Mucho dinero, amor y fama. Esto y mucho mas podrá ser tuyo, solo a cambio de una cosa algo importante, de lo que con esfuerzo, creo - no estoy seguro- , podrás desligarte. Si te interesa mi oferta te diré lo que quiero a cambio.

- ¿Y puedo pedir cualquier cosa que se me ocurra?

- Absolutamente todo. Créeme, tengo tanto dinero que puedo incluso comparte a ti. Veamos alguna cosa que desees mucho- lo mire a los ojos detenidamente.

- ¡ser dueño de una famosa empresa de tecnología avanzada!- me dijo de la nada, prácticamente me robó lo que le iba a decir.

- Tienes muchas ideas que puedes desarrollar porque realmente eres muy creativo e inteligente.-su rostro cambio, se sorprendió que yo, una persona desconocida, le diera tales características sin antes conocerlo, pero me lo conocía bien.

- ¿Y usted puede hacer eso realidad?

- ¡por supuesto! Por eso estoy aquí. Para hacer tus sueños realidad.

Se empezó a imaginar a él, sentado en una silla reclinable de cuero en una oficina amplia, alfombrada, con muchas ventanas, con una mesa alargada y espaciosa, digna de un empresario exitoso.

- ¿Y qué es lo que quiere a cambio?

- Tres cosas; la primera, no le contaras a nadie como conseguiste tu fama. Nunca nadie sabrá de nuestra conversación; la segunda, juntaras a otras personas para ofrecerles lo mismo que ya te he ofrecido; tercero y más importante, será tu modo de pago, que no es dinero- se intrigo- solo quiero comprar tu felicidad.

- ¿Cómo es eso de pagar con mi felicidad?- me dijo con intriga y rechazo.

- ¿No es obvio?- me reí en su cara de persona indecisa- cuando firmes los papeles prometerás no sonreír, no reírte a carcajadas, no cuidar la naturaleza, no amar sin esperar nada a cambio. Desde ahora hasta el día en que mueras, sin arrepentimientos.-su corazón frágil de simple mortal dudo, dudo si era un precio justo a pagar a cambio de sus sueños. Se venía el desenlace de mi negocio.

- Sí, aceptara ¿me darías lo que te he pedido? – me pregunto como si fuera lo ultimo para estar seguro.

- Por supuesto- afirme- te daré lo que me has pedido.

- Entonces lo hare, firmare el contrato.

Saque de mi portafolio el contrato y un bolígrafo. El tipo ni siquiera leyó el contrato, solo firmo …

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Hoy como ayer y mañana, visto con mi impecable terno negro, una camisa blanca y mi corbata que armonizaba totalmente mi atuendo y que me da el aspecto de un hombre de negocios, porque eso soy, soy un hombre de negocios, con tanto dinero que puedo comprar la felicidad de cualquier persona, incluso puedo comprar sus vidas.
Me dispuse a caminar por las calles de la ciudad, viendo a cada uno de las personas que estaban en el lugar, viendo su interioridad, sus miedos, sus sueños, sus anhelos, sus vidas en su totalidad, pero había uno de ellos que me llamo la atención, su meta era fija y con solo ver eso se podía decir que era un hombre que estaba dispuesto a todo por cumplir su objetivo, que era ser dueño de una famosa empresa de tecnología avanzada.
A mi punto de vista, este sujeto tenía lo necesario, era creativo, inteligente y entusiasta, así que era un buen candidato para uno de mis negocios.
Lo seguí por la calle, luego en un momento capte su atención y con señas le indique que me siguiera. Me lo lleve a un lugar apartado de la transcurrida calle y mientras más nos alejábamos de ella mas se veía desorientado y levemente asustado, era comprensible que estuviese así, ya que hasta ese momento era yo un extraño para él, me miro y se sorprendió al verme de frente, mientras yo observaba cada detalle de su persona sus gestos, su ropa desgastada, porque al igual que yo usaba un terno negro, pero este ya no conservaba su negro inicial.
Entonces lo salude con un gesto de mano y me dijo:

- Hola, ¿estás perdido en esta vida como lo estoy yo?- dijo arrugando un papel entre sus manos.

- No, yo nunca me pierdo- le dije con certeza en español dado que ese era su idioma.

- Entonces ¿Qué hace usted en medio de esta selva de cemento? ¡y vestido así!- me dijo con sobresalto.

- Le vengo a hablar de negocios- me miro como si yo estuviera loco y luego se sentó en el suelo. Que descortés mirarme así siendo yo un notable hombre de negocios.

- ¿Negocios? ¿Qué tipos de negocios?- me pregunto aséptico.

- Tengo el poder suficiente como para sacarte de esta selva de asfalto y llevarte a los lugares que desees. Puedo darte lo que quieras. Mucho dinero, amor y fama. Esto y mucho mas podrá ser tuyo, solo a cambio de una cosa algo importante, de lo que con esfuerzo, creo - no estoy seguro- , podrás desligarte. Si te interesa mi oferta te diré lo que quiero a cambio.

- ¿Y puedo pedir cualquier cosa que se me ocurra?

- Absolutamente todo. Créeme, tengo tanto dinero que puedo incluso comparte a ti. Veamos alguna cosa que desees mucho- lo mire a los ojos detenidamente.

- ¡ser dueño de una famosa empresa de tecnología avanzada!- me dijo de la nada, prácticamente me robó lo que le iba a decir.

- Tienes muchas ideas que puedes desarrollar porque realmente eres muy creativo e inteligente.-su rostro cambio, se sorprendió que yo, una persona desconocida, le diera tales características sin antes conocerlo, pero me lo conocía bien.

- ¿Y usted puede hacer eso realidad?

- ¡por supuesto! Por eso estoy aquí. Para hacer tus sueños realidad.

Se empezó a imaginar a él, sentado en una silla reclinable de cuero en una oficina amplia, alfombrada, con muchas ventanas, con una mesa alargada y espaciosa, digna de un empresario exitoso.

- ¿Y qué es lo que quiere a cambio?

- Tres cosas; la primera, no le contaras a nadie como conseguiste tu fama. Nunca nadie sabrá de nuestra conversación; la segunda, juntaras a otras personas para ofrecerles lo mismo que ya te he ofrecido; tercero y más importante, será tu modo de pago, que no es dinero- se intrigo- solo quiero comprar tu felicidad.

- ¿Cómo es eso de pagar con mi felicidad?- me dijo con intriga y rechazo.

- ¿No es obvio?- me reí en su cara de persona indecisa- cuando firmes los papeles prometerás no sonreír, no reírte a carcajadas, no cuidar la naturaleza, no amar sin esperar nada a cambio. Desde ahora hasta el día en que mueras, sin arrepentimientos.-su corazón frágil de simple mortal dudo, dudo si era un precio justo a pagar a cambio de sus sueños. Se venía el desenlace de mi negocio.

- Sí, aceptara ¿me darías lo que te he pedido? – me pregunto como si fuera lo ultimo para estar seguro.

- Por supuesto- afirme- te daré lo que me has pedido.

- Entonces lo hare, firmare el contrato.

Saque de mi portafolio el contrato y un bolígrafo. El tipo ni siquiera leyó el contrato, solo firmo …