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Una mañana espléndida, las gaviotas volaban y raspaban el profundo, a la vez que cristalino mar. Las olas se movían al son calmado del día, dándoles a un grupo de piratas que se encontraban en medio océano un buen despertar por la mañana. Ellos eran los sombrero de paja, mayormente conocidos como los Muwigaras, poco a poco se fueron despertando sus miembros, entre ellos se encontraban su, de corazón puro, capitán Monkey D Luffy, quién nada más despertar ando a escondidas a la cocina a por un trozo de carne, su diestro espadachín Roronoa Zoro que ha decir verdad tan solo cogió un poco de Sake y volvió a la parte central de su barco, el Golden Sunny o Sanji, su maravilloso cocinero, quién cuando despertó empezó a fumarse un cigarro y se dirigió a la cocina para empezar a preparar los desayunos de su querida tripulación, aunque no sé espero encontrarse a una rata en la nevera comiéndose la carne, esto estalló en unos graciosos gritos que hizo sonreír a Zoro, reír a Franky que estaba arreglando la proa del barco, también inspiró a Brook para empezar a tocar una balada sobre la amistad, por lo que fue a por su violín y por último despertó a unos cabreados Usopp y Chopper, aunque lo de Chopper era monería pura y dura. Aunque todavía faltaban dos miembros más de la tripulación, aparte de Jinbei quién se había ido a su país natal para visitar a sus antiguos compañeros, estamos hablando de la niña demonio y la gata ladrona.
Cuando todo parecía estar en perfecta armonía y que nada podía arruinar esa hermosa mañana, escucharon los disgustantes sonidos que empezaron a escuchar semanas atrás, aunque mejor dicho se trataba de otra discusión más...
-Por dios Robin, ¿enserio otra vez?, estoy cansada de esto, seguro que solo lo haces para simplemente molestarme-
-Hay Nami, tranquila, está vez he llegado yo primero a esta butaca, como todas las veces anteriores, pero te recomiendo que no me molestes y dejarme leer mi libro tranquilamente-
Como tal la discusión no era nada de otro mundo, pero esto nada más era el principio, toda la tripulación sabía que a lo largo de esta conversación poco a poco se transformaría en una fuerte discusión, los insultos que se soltaban días atrás eran innombrables y a veces incluso se querían partir la cara en medio del barco, pero siempre fueron paradas por sus compañeros, desde hace ya dos semanas, por lo que antes de que volvieran a lo mismo, Usopp desde la zona de vigilancia avistó tierra, aprovechando para cambiar de tema y embarcar. Era una isla costera normal, era bastante pequeña pero valdría para cambiar de aires. La peli naranja no tenía intenciones de salir, tan solo por la butaca, pero no era solo por eso, ya iban muchas veces que le quitaba su sitio favorito, se pone a coquetear un poco con Sanji y para colmo nunca le presta atención.
La mente de Nico Robin decía otra cosa, ella tenía claro que todo había empezado por su culpa y aunque tenga una apariencia muy calmada es bastante vengativa, ahora por como ella pensaba simplemente se está desquitando, con cada queja y enojo que sacaba por la boca de su mejor amiga, era un soplo al alma. Ninguna de las dos quiere de verdad a Sanji, pero Nico Robin intentaba captar toda su atención para dejar en soledad a Nami, hasta que está se acordará de lo que hizo, se disculpara y aceptará su error, o se le calmara el enfado. Todos los miembros fueron bajando del barco, Luffy, como capitán, no quería dejar a dos de sus nakamas de esa manera y encima solas, pero su buena mano derecha, Zoro, le aconsejo que sería incluso beneficioso que estuvieran ellas dos solas para que arreglarían sus cosas, por lo que se despidieron y se fueron. Las dos chicas los despidieron con una sonrisa en sus rostros, pero nada más irse Nami se encaró a su amiga.
-Oye Robin, no se porque estás enfadada conmigo, podemos llegar a un acuerdo y te juro disculparme, lo que menos quiero es hacerte daño- Nami sencillamente estaba siendo ella misma, quería saber lo que pasaba pero sobre todo quería ayudar a su mejor amiga. Robin cerró rápidamente su libro y comenzó a hablar
-Sabes, "Nami-chan", cuando te conocí pensé que podías llegar a ser una gran amiga- Se levantó de la butaca -Pero con el paso del tiempo me he dado cuenta que eres una puta de mierda, del montón- Dijo mientras se ponía justo delante de ella. Esto dejo sorprendida a Nami, no se esperaba esas palabras de la boca de Nico Robin, sobretodo por su gentileza, pero no solo fue sorpresa, es decir todo este tiempo le había dejado de lado, hecho de menos y para colmo ahora la llamaba puta de mierda, lo había dejado pasar todo pero esto ya no, ni aunque fuera su amiga, levantó su brazo y le arrojó un buen bofetón, aunque fue detenido por Robin, devolviéndose lo al instante. Dejando en Shock a Nami, mientras le salía una leve sonrisa.
-Jajajaajja-
-¿Que te hace tanta gracia? Puta- Pregunto Robin
-Nada, solo de que he estado esperando mucho este momento, me he cansado de intentar arreglar las cosas, a decir verdad tengo una foto tuya en mi camarote pegada a un saco de boxeo, te tenía muchas ganas perra- Dijo mientras se ataba una cola de caballo en su bello cabello naranja, cuando terminó se vio un bote en sus pechos -Te vas a arrepentir, ¡ven a por mí!- Termino de hablar poniéndose en posición de boxeo
-Rara pose para una dama y más para una puta, te ves enfadada pero eufórica, a decir verdad es lo único que tenemos en común ahora mismo tú y yo- Contribuyó Robin mientras hacía lo mismo, una cola de caballo y en posición de boxeo. Ella tenía claro no usar su Akuma no mi, ¿Porque?, Fácil.
Recordando lo que ocurrió entre ellas dos hace unos meses, fue en un bar, un bar de estriptis de chicas donde ellas dos fueron para recapitular información por un tesoro de la isla, ninguno de los chicos fueron por ovias razones, curiosamente en ese entorno de focos rosas y ambiente lujurioso un dicho torneo era lo más hablado en la boca de todos en el local, muchas de las chicas que trabajan allí y más participantes femeninos que quisieran apuntarse, competirían en un torneo de pelea de gatas, sobre una plataforma central especialmente deslumbrante y la ganadora se llevaría un mapa del tesoro bastante peculiar, exacto, el que ellas estaban buscando. Intentaron comprarlo por algo, pero era inútil, las reglas eran claras y las competidoras no tendrían ninguna motivación por participar sin ello, por lo que a falta de ideas tuvieron que participar en la competición a regañadientes, eso sí ni una palabra a los chicos. Las chicas arrasaron en la competición, los grandes pechos de Robin al igual que su gran habilidad para follar a pesar de no tener experiencia le estaba garantizando su puesto en la final, mientras que la conocida allí como, la "Hermosa Gata" o "La roba corazones" quién era Nami ciertamente su actitud en la pista para nunca haber hecho algo así era muy extrabagante y extrovertido, causándole incluso excitación a sus contrincantes, su hermosa cara juvenil, sus ojos resplandecientes y por su puesto su gran y deseado cuerpo curvilíneo era fantasía de muchos hombres en aquel lugar, sus peleas no fueron tan sencillas como las de Robin, de hecho algunas incluso casi las perdía, pero pudo ganarlas todas hasta llegar a la final.
Allí se encontraron las dos amigas, gateando alrededor de la otra en aquella mediana plataforma donde muchas mujeres antes habían luchado.
-Bueno ¿Cómo lo hacemos?, el mapa ya es nuestro y ha sido bastante sencillo a decir verdad, bien, ¿te rindes tu o yo?- Pregunto Nico Robin sonriente, quien seguía gateando.
-Bueno en realidad me parece mejor jugárnoslo a la mejor chica, ¿por qué no nos volvemos un poco locas?, ¿o es que tienes miedo de perder contra mi?- Reto una sexy Nami desnuda, a la que no le paraban de rebotar los pechos y mover el trasero.
-Bueno, si tanto insistes te daré lo que quiere, pero luego no te arrepientas cuando pierdas, ¿de acuerdo?- dijo coqueta y juguetonamente
-Acepto el reto abuela-
La lucha fue intensa, al principio era divertida, pero más tarde se volvió una batalla encarnizada con todas las de la ley, los tirones en sus pelos largos eran dolorosos a la vista, mientras que sus culos y senos luchaban entre si, para terminar con sus cuerpos frotándose, al final del combate Robin parecía tener la delantera puesto que sus inmensos senos se estrellaban en la cara de su amiga dejándola contra el suelo, jactándose de ello. Nami de repente noto que Robin paro de empujar por alguna razón y lo aprovecho, logro respirar por un momento dándole la energía suficiente para darle un rodillazo en su coño y tirarla de encima suya, dejándola dolorida y apoyándose en la jaula que los separaba del público.
-Prueba esto perra- Grito Nami, haciendo que su contrincante abrir los ojos para ver lo que se aproximaba.
Nami se abalanzó como una bala de cañón hacia su rostro, estrellando su coño en su cara y agarrándose a la jaula, mientras hacía signos de victoria hacia sus seguidores, Robin no pudo aguantar más y se desmayó antes siquiera de que está pudiera preguntarle si se rendía, para luego jactarse y burlarse de ella en venganza. Robin nada más despertarse no habían pasado ni dos minutos, por lo que vio como le entregaba el mapa a Nami, además de una bolsa de berrys por el gran espectáculo mostrado. Recibió muchísimos elogios de parte del público, mientras que ella era totalmente ignorada, esto en concreto no fue lo que la enfado tanto, pero ya seguiremos. Cuando recuperaron sus ropas las dos se fueron al Golden Sunny dispuestas para la búsqueda del tesoro , pero antes de ello fueron a un bar cercano, para celebrar, donde Nami se emborracho, todavía Robin no sentía tanto odio, era insoportable pero no para odiar a su amiga, aunque cambió de parecer cuando comenzó a hablar sobre lo fuerte que era y la humillada que le había hecho sin esforzarse, ahora sí algo despertó. Como Nami estaba borracha no era el mejor momento para una pelea de gatas, por lo que la llevo al Sunny donde todos supieron lo del mapa y lo de la borrachera, pero no lo que hicieron para conseguirlo.
Volviendo al presente las dos bellezas ya estaba en el centro del Sunny metiéndose de ostias, Nami lanzó un puñetazo devastador con sus puños desnudos justo en la mejilla de Robin, la cual contesto con furia igual, seguido de un derechazo que hecho para atrás a su "amiga", confusa la peli naranja, veis un poco borroso lo que le dio la oportunidad a su contrincante de darle un último puñetazo en la cara para tirarla al suelo. En el suelo, Nami se tocó la cara sintiendo el calor del golpe mirando arriba vio a su contrincante con sus pantalones vaqueros y camisa blanca por donde sobresalían sus abismales pechos.
-¿!Ya está¡?, hací que eso es todo lo que tienes, perra- Dijo con su sonrisa calmada que la caracteriza
-Ya te gustaría pedazo de guarra- Contesto mientras le daba un golpe al suelo y se levanta a, pronto le agarro de la coleta haciéndose ver cómo la dominante aquí, la dominada no iba a permitir esto por lo que la agarró del coño haciéndola gritar y agarrarse lo, afortunadamente después de eso le soltó del cabello por lo que pudo contratacar, agarrándola de la coleta y escupiéndole en la cara, su rostro era sereno a pesar de lo bien que se lo estaba pasando pero lo que no sabía es que esto ya no era una pelea de mujeres, esto ahora era una pelea de gatas por lo que valía absolutamente todo. Nami bajo el rostro de Robin le mordió la cara o mejor dicho el labio haciéndola gemir, aprovechando la confusión para quitársela de encima. Ahora las dos cara a cara besándose terriblemente
se distinguió la voluntad de Nami al sobreponerse ante ella y conseguir dominarla a tal punto de hacer que dejara de besar y morder, pudiendo ahora meter su rostro entre sus grandes pechos, los pechos juveniles más grandes de todo el mundo. Estaba siendo el momento de Nami de devolverle la pizca de humillación que le concedió antes, hasta que al final los inútiles intentos de Robin resultaron, al lograr salir de ese problema, aunque más que salir por ella misma fue su contrincante quién se la quitó de sus hermosos pechos al saber que la había humillado bastante.
-Mira, tirada en el suelo cansada y gimiendo, eso es muy típico de una puta como tu- Esto le hizo a recordar a la batalla en el bar y la hizo enfurecer.
-No tienes ningún derecho a llamarme eso (tos)-
-Lo que tú digas, solo se que te he ganado hací que quiero poner algunas consecuencias a las inexistentes reglas de nuestro combate, para que sufras y aprendas, ¿te parece bien?- Dijo Nami mientras se levantaba y posaba con su deslumbrante figura.
-¿Que me has ganado? O putita de cuarta tu derrota no ha hecho nada más que empezar- Contesto Robin a la vez que se levantaba sexymente, dejando ver una espectacular vista de sus pantalones vaqueros, al igual que los de Nami
-Cuanta razón tienes ¡perra!- Grito y justamente después de abalanzó sobre sus pelos, gritando las dos en el acto, pero de repente una conversación resonó por las afueras del barco, era su tripulación al completo. Cuando abordaron el barco se dejaba rebosar carisma entre todos ellos, por las peleas de Zoro y Sanji, lo pillo que era Luffy y demás, las dos chicas se acababan de meter a la puerta más cercana, la cual era la cocina. Rápidamente se pudieron de acuerdo para vestirse, pero claramente no querían dejar de lado su enfrentamiento, por lo que a las dos rivales, por mucho odio que tuvieran en ese momento de una a la otra se pudieron de acuerdo. Los llamamientos del grupo alertaban a las chicas, a la vez que los chicos se preocupaban, llegando a pensar que incluso las habían raptado pues esa era una zona un poco oscura del mar, por lo que antes de buscar en las habitaciones ellas dos salieron.
-Valla, pero si estáis aquí chicos- Dijeron las dos al abrir la puerta, ahora llevaban puesto dos bikinis a juego con sus gustos, es decir uno Naranja y blanco y el otro azul oscuro y blanco.
-Ah hola chicas mmmm ¿vais a la playa? ¿Ya estáis bien?- Pregunto inocentemente Luffy, seguido de más interés de parte de los demás miembros
-O si, Robin y yo ya hemos arreglado nuestras diferencias, ¿no es así?- Dijo mientras le azotaba en una nalga de manera "amistosa"
-Es verdad, jajaja, de hecho ahora mismo íbamos a la playa para unos asuntillos, ¿A que si?- Le devolvió la nalgada, ahora unas pequeñas chispas saltaban entre sus ojos, pero todo se calmó en cuanto su querido capitán se plantó delante de ellas
-Esta bien pasáoslo bien jijijiji- Dijo con una gran sonrisa después de ver a sus dos miembros que estaban peleados, arreglándolo todo. Toda la tripulación se fue calmando y volviendo a la normalidad, Sanji intento acompañarlas pero Zoro se lo prohibió y acabaron en pelea, mientras que Luffy se despidió con una gran sonrisa, entrando en su camarote para hacharse una siesta.
Por un momento las dos bellezas pensaron en dejar todo esto, está tontería que solo las separaría ya, pero después de todo esto era algo que tenían que resolver entre ellas, no podían darse el lujo de preocuparse primero por otros antes que por ellas, por lo que se echaron una mirada sería, desprendían odio, pero también tensión, rivalidad y reto, listas para humillarla de la peor forma posible, mirándose sus tetas y culos, sus bellos rostros y su gran poder femenino, esto acabaría de una forma u otra. Se despidieron sonriente mente de sus amigos y se fueron.
-Vas a rogarme que nos te humille cuando te tenga abajo mía, después de todo tienes la oportunidad de escaparte en ese momento, no como la última vez- Reto Nami mientras caminaban por la playa, la arena caliente y el sol brillante hacían nada más que mejorar sus inmejorables cuerpos
-Vas a seguir ladrando o es que tienes miedo de empezar, perra barata-
-Mucha boca para una que chupa tan poco, por lo menos no me lo demostraste aquella vez ¿Qué pasa, eres más tímida de lo que pensábamos?-
-Lo dice la persona que aulló debajo de mis titánicas tetas- Dijo mientras se hacía botar sus senos con sus manos y la miraba con picardía
-No importa, de todos modos después de esto te haré callar para siempre, vas a ver qué no tendrás el valor de dirigirme la palabra cuando acabemos-
-Por mucho que quiera a los chicos no estoy dispuesta a haber sido humillada por ti, menos todavía una segunda vez, por lo que te derrotare humillare y te haré saber quién es la puta aquí- Después de este comentario de Robin, Nami se paró delante de ella y la miró fijamente
-Si crees que soy una puta solo hace falta mirarte, tus tetas y culo de vieja solo alimentan la gula de asqueroso, mientras que por mi parte, claro que me miran por mis atributos superiores, pero también por mi belleza y encanto, cosas que a ti te faltan, por eso perdiste contra mi-
-Sera mejor que te calles, sabes que, mejor no, me gusta que hables y te creas superior, cuando pierdas contra mi todo eso valdrá la pena, hací te haré entender de una vez por todas tu lugar, perra-
-¿Quieres apostar?- Reto Nami, sonriendo un poco y estrellando sus senos
-Claro que si, hemos llegado, prefieres con bikini o sin bikini- Dijo Robin mientras estiraba la tela gruesa y ajustada de su bikini
-Déjatelo puesto, me encantará hacerlo pedazos a medida que te humillo-
-Claro, si crees que podrás hacerlo antes de que te folle estás bastante mal de la cabeza- Dijo mientras se encorvaba un poco, haciendo que sus tetas rebotaran y poniendo sus manos en posición de ataque
-Bueno, perra vieja, he estado esperando este momento durante mucho tiempo, intenta no llorar mucho cuando te gane, ¿de acuerdo?- Dijo mientras optaba la misma posición que su contrincante

Ahora mismo las dos chicas estaban apunto de decidir entre ellas a la mejor luchadora, desde el momento en el que lucharon en el bar estaba claro que el destino quería ahora una lucha completa, donde las dos estén al completo desde el principio y por su puesto, que se tuvieran ganas. En la playa donde se encontraban se respiraba placer, el luminoso sol engullía toda la zona, incluyendo la basta jungla que se encontraba a algunos metros de ellas, más cerca de la costa de encontraba el llano y amplio mar. Hoy era un día idílico, sin olas grandes a la vista, solo su humilde y calmado sonido rompiéndose frágilmente contra la arenas, donde había algunas conchas por la zona más acercada al mar, mientras que adelantándonos donde ya había una "llanura" de arena y las chicas no se encontraba ninguna.
-¡Ah, un momento!- Dijo Robin -Me he olvidado que tengo el Den Den mushi entre mis pechos- Termino de hablar mientras se lo sacaba
-¿Lo estás diciendo enserio? que tonta iría a todos lados con un Den Den mushi metido ahí-
-Pues una chica precavida y con suficiente pecho para hacerlo, no como otras- Contesto mientras lo tiraba a la arena, haciendo que por erro se encenderá, creándose una llamada sin querer, pero en fin, ¿Qué podría causar eso?
-Bien perrita, ¿tienes alguna idea de cómo hacerlo? reglas o tipo de peleas- Decía Nami mientras se ataba el pelo en una cola de caballo
-Ahí pequeña Nami, vamos hacer una pelea de gatas, no hay reglas y la ganadora se proclamará como tal, es decir yo, cuando su contrincante, tu, se rinda o quedé inconsciente por más de un minuto aproximadamente- Termino de hablar al atarse la cola de caballo. Ahora todo estaba listo, sin Den Den mushi, sin reglas, con posiciones de peleas y con ganas de ganar, por lo que la pelea de gatas podía comenzar.

Empezaron a dar vueltas lentamente como dos felinas furiosas, hasta que en un momento después de dos vueltas completas Nami estallo y se dirigió hacia Robin, fue muy rápida, por lo que logro agarrarle las muñecas a su rival, su hermoso rostro se coloco sonrientemente debajo del suyo, burlándose de ella. Robin se lo tomo a malas, pero la tenía atrapada, por lo que se le ocurrió echar sus pechos para adelante, esto le tomo por sorpresa a la peli naranja, incluso viéndose intimidada por tal tamaño, aun así intentó adoptar una posición ofensiva. Agarró con fuerza de sus muñecas y le hizo una llave que le enseño Zoro para defensa personal -¡¿Sabes quien me enseño esto? tu puto amor!- Dijo fuertemente mientras pasaba por encima de su espalda y la tiraba al suelo -Al parecer yo soy su favorita- Termino de hablar resoplando. Robin intentó incorporarse furiosamente por el último comentario de su contrincante "Ah no, de eso nada" raudamente se abalanzó sobre el cuerpo dolorido de su ~amiga~ atándole los brazos por encima de su cabeza, aprisionándola sexymente.

-De acuerdo, tu dijiste que tus pechos eran mucho más superiores que los míos ¿no? porque mejor no lo juzgas desde tu experiencia- Dijo burlonamente, mientras estrujaba sus grandes y estrujados, por el bikini, pechos en la cara de Robin, debajo de ellos solo se escuchaban quejidos de dolor, pero sobre todo de furia, intentaba soltarle insultos, pero esas increíbles tetas jóvenes no la dejaban hablar. Parecía estar perdido, no habían pasado ni cinco minutos del encuentro y ya había sido tumbada, retenida y humillada, ¡no lo podía permitir!, por lo que con toda su mala leche empezó a rasgar como nunca antes rasgo algo, la parte inferior de su bikini.

-Kyaaa, ¿pero que haces? ¡pedazo de pu- No pudo terminar de hablar, puesto que su contrincante ya se había levantado y ya había lanzado su primer ataque hacia su rostro. -¡Vamos niña, ¿Qué soy una que?, ven a por mi!- -Te vas a enterar- Dijo desesperadamente desde el suelo. Acariciándose la mejilla no pudo evitar pensar en literalmente follarse a esa perra, ya no solo era por odio, ni tampoco para demostrarle su lugar como la mas débil entre las dos, si no mas bien era porque en su cuerpo circulaba una gran cantidad de adrenalina y calor, que le hacían pensar cosas que todo el mundo quería hacer con ella, pero nadie podía por su grandeza, ahora esta puta delante de ella era perfecto para ello. Desde que se conocieron siempre hubo una ligera tensión indetectable para todos entre ellas, al ser las dos únicas mujeres en el barco era complicado a veces convivir, puesto que nunca querían quedarse atrás de la otra, eso le creo un poco de complejo a Nami, puesto que sabía que Robin tenía taaaaan, buenas tetas y taaaaan buena cintura, que era increíble que algo así pudiera existir, por ello al vencerla en su primera batalla de gatas algo en ella se despertó, un sentimiento de superioridad, que no quería perder.

De vuelta al combate, Nami logró levantarse, furiosamente se fue hacia Robin y la agarró de la coleta, teniendo una breve discordia que acabaría con las dos en el suelo, se hicieron una bola de gatas donde una gran nube de arena se creaba por la playa, a veces se podían ver indicios de su combate, como a Nami con las tetas de Robin en su cara o Nami tirándole muy fuerte del pelo a Robin. La pelea estaba yendo a más cuando Robin consiguió la ventaja nuevamente, estaba encima de Nami, estrellándole sus titánicos pechos mientras le sacaba la lengua de una burlona y sensual, abajo de ella la peli naranja se sentía impotente al estar perdiendo, intentando quitársela de encima, pero de pronto paró al sentir el gran culo de su rival chocando contra su coño, esto a parte de enfurecerla y hacer que le doliera mucho, también la ponía más caliente, es decir, el culo de la gloriosa pirata Nico Robin estaba chocando contra su parte sensible, mientras a la misma vez rozaban sus coños.

-¡Kyaaaaaa! eres... eres una verdadera puta- Dijo una agotada Nami
-Vaya, vaya, pero si parece que lo disfrutas, ¡como la buena perra que eres! Grito cuando estrellaba sus nalgas ligeramente mojadas, a la vez que estiraba las piernas de Nami, teniéndola totalmente atrapada
-¡Quítate tu y tu gordo trasero de mi cara!-
-¿Cual, este?- Dijo mientras seguía frotando para humillarla más todavía

Ahora era Nami quien estaba contra las cuerdas y contra la arena, no lo podía creer, ¿en serio la humilló en el bar y ahora estaba siendo ella la humillada? esto es inaceptable, para colmo ahora Robin le estaba rasgando la parte de abajo del bikini para humillarla todavía más, impresionante. Después de esto la ira y calor acumulados en el interior de la joven belleza estallaron, por lo que en esa posición y aun que implicara tanto dolor estiró sus dos brazos hasta llegar a sus grandes pechos, empezó a rasgarlos y por sorpresa de Robin, quien pensaba que su rendición era cuestión de tiempo, empezó a gritar y quejarse, sus pezones estaban siendo pellizcados y sus tetas rasgadas, por no decir que su top había sido completamente destruido "tu me quitas mis bragas, de acuerdo, yo te quito tu top" pensaba para sus adentros. Por esa distracción Nami logró apartarse, empezó a toser en el suelo mientras se tocaba su garganta, casi la asfixiaba, por otra parte Robin estaba intentando incorporarse para mirar sus tetas, pero no fue posible porque rápidamente Nami se abalanzo sobre ella, de una manera bastante sensual cómo una gata, empezó a reírse de ella, lo cual por una parte la cabreo y por otra le puso bastante, no por Nami, si no por la batalla que estaban teniendo. Rabiosamente las dos se miraron, sus miradas estaban llenas de calor y odio, pero no se movían, la pose de Nami era esquelita, su culo rimbombante sobresalía en aquella posición sexymente, sin previo aviso las dos sabían lo que tenían que hacer, se miraron y empezaron a rasgarse sus prendas restantes, Robin rasgando el top anaranjado de Nami y Nami las bragas azuladas de Robin. Sin despegar su vista de la otra, empezaron a arrancar y tocar, era un desafío simple, quien primero se corriera o echara leche abría perdido, mientras seguían mirándose, parecían estatuas, hasta que al parecer las emociones de Nami volvieron, para poco después volver las de Robin, esto debido a que ya no podían más, la leche de las tetas de Nami salieron primero, por lo que una sonrisa salió de la cara de Robin mientras se lamía las gotas que le caían en la cara. De repente su felicidad desapareció al correrse, por lo que Nami aun con el dolor y el cansancio sacó el dedo de su coño y lo lamió de una manera muy seductora y competitiva. Las dos estaban al límite pero no dispuestas a rendirse, por lo que las dos acabando gritando y cayendo al suelo.

-¡Maldita perra, eres una hija de puta!-
-¡¿A sí?! ¡terminemos ya con esto!- Dijo Nami mientras se levantaba poco a poco como una bella gata y se sentaba, empezó a señalar el coño, para tener la batalla más parecida a una de mujeres y de gatas que se tendrá siempre, una batalla de gatas sexual
-Así que quieres apostarlo todo a esto, de acuerdo, te vas a arrepentir- Respondió una cansada Robin mientras adoptaba la misma posición que Nami
-Eso ya lo veremos- Contestó calmadamente
-Si, lo veremos

Se arrastraron poco a poco para juntarlos, sus humildes y limpias manos, menos por la arena, tocaron el cuello de la contrario, agarrándolo, retorciéndolo, peor delicadamente, una batalla de sexo, ja, esto era mágico. Llegaron a la cara y cogieron sus barbilla, mirándose hipnóticamente a los ojos, mientras se decían "Intenta disfrutarlo, perra/puta". Se dieron el primer golpe, lo cual hizo que gruñeran un poco pero sin soltarlo por la boca, porque eso sería una demostración de debilidad y las dos lo sabían, después de esa probadita siguieron y siguieron y siguieron y siguieron, más y más y más y más, querían mucho, querían demostrar que eran las más fuertes y no podían permitirse perder. Con una mano en la cara de su adversaria y la otra en el suelo cada vez la cosa se ponía más seria más fuerte, más potente, la mano que acariciaba el rostro de Robin calló al suelo, parece que Nami estaba teniendo problemas y no los podía esconder, incluso empezó a gemir en voz alta un poco -Eso es, arrodíllate ante mi- Decía, mientras observaba el esfuerzo inútil que hacía Nami, la cogió más fuerte de la barbilla y la elevó para ver su rostro de mejor manera, mientras sonreía. ¡NOOOOOOOO! Nami no podía permitir esta violada, se hecho para atrás y cargó con todo, haciéndole un daño irreparable, que le izo gemir a Robin tan fuerte como nunca lo había hecho, he hizo que retrocediera y su brazo se cayera como el de Nami. Las dos se miraban furiosamente estaban igualadas y no podría predecirse una ganadora, pero todos saben quien es la mayor gata de todo One piece, ¿no?, la gata ladrona logró equilibrar la balanza a su favor, sonriendo mientras empujaba cada vez más abaja con su increíble e irreal sexo a Robin -¡¿Sabes una cosa?, desde siempre he sido mejor gata que tu, más fuerte y más bella, además de más sexy y mayor mujeeeeeer?- Gritó por última vez mientras la lograba tirar al suelo, ella seguí y seguía, lo estaba disfrutando y se le veía en su rostro

-¡Para, para, me rindo, de verdad, por favor no puedo más no puedo, maaaaaas!- Fueron las últimas palabras de Robin antes de Robin al desmayarse por el dolor, mientras que Nami dio un angelical grito de satisfacción al cielo, como victoria, su cara plasmaba a la perfección su cansancio y felicidad

_Parece... que... ah... no has podido conmigo, pedazo de perra- Termino de hablar felizmente al sentarse en su rostro, pensando que ojala existiera alguna manera de tener este momento de alguna manera grabado para siempre, había logrado demostrar su superioridad como gata y mujer, no solo eso, había encontrado una pasión más que el dinero y esto era algo que se le daba espectacularmente bien, las peleas de gatas, se levantó y observó el rostro agotado y acabado de Robin junto a una pequeña lágrima de impotencia -Haber si algún día lo repetimos, para que te vuelva a patear el trasero- Terminó de hablar al hacer un gesto de fuerza y victoria al levantar sus brazos sobre el rostro de Robin, para luego irse al Sunny, felizmente, dejando que sus nalgas rebitaran y pensando en como hará para vestirse sin que los chicos la vieran.

Nami es la ganadora

MIS COMENTARIOS:
Buenas gente, desde esta tarde ¿no?, bueno como siempre quiero decir adelantamientos, pero siempre aprovecho para deciros que pongáis una sugerencia de batalla que queráis ver, seguramente tarde o temprano la haré, quiero decir que seguramente mañana ponga una encuesta donde decidiréis el tipo de combate que queráis ver, es decir, vais a tener tres opciones, para que lo vayáis pensando os diré que serán, Miyamura vs Hori, la primera pelea mixta en la cama (guiño guiño), luego la primera pelea de boxeo entre Yor Forger y Fiona Frost, tenía ganas desde hace un tiempo de hacer un combate de boxeo y como llegó la segunda temporada de Spy x Family, pues OK y la tercera será una sorpresa, por lo que no tengáis todas las esperanzas puestas en una de las dos, porque creo que la tercera os puede gustar a todos y todas por igual jejeje, por lo que abueno, Adió, que tengáis un buen día... ¡A! y una cosa más, las elecciones no serán siempre, solamente si no me puedo decidir o en algún momento en comentarios hay varias que me gustan, pero bueno, ahora si, Adiós.

CONTINUACIÓN:
Al parecer el Den Den Mushi de Robin se encendió y escucho toda su batalla, desde unos cuantos insultos hasta la conclusión y quien se encontraba detrás del fisgoneo era nadie más que Koala.-Madre mía, ¿en serio han hecho eso- Decía de una manera cómica en voz alta, pero de pronto comenzó a pensar en que lo que habían hecho era para dominar a la otra y demostrar que eran más fuertes y mejores mujeres, a pesar de no ver y solo oír, sintió todo lo que cargaban al ser otra mujer. -Koala en formación, nos dirigimos a una base de la marina, por lo que tienes que estar atenta, ¿de acuerdo?- Decía seriamente Sabo, asintiendo rápidamente -Yo me ocupo de Smoker, tu de su compañera ¡Tashigi! ¿de acuerdo?- -Si claro ¡ Y no me trates como si fueras mi superior- -Lo siento, lo siento jajajajajaja- Koala miró a sus espaldas para mirar nuevamente el Den Den Mushi, pensando en que si en algún momento podría demostrar su valor como mujer, dirijiendose hasta el frente del barco y miraba la base, lista para combatir contra Tashigi...

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Una mañana espléndida, las gaviotas volaban y raspaban el profundo, a la vez que cristalino mar. Las olas se movían al son calmado del día, dándoles a un grupo de piratas que se encontraban en medio océano un buen despertar por la mañana. Ellos eran los sombrero de paja, mayormente conocidos como los Muwigaras, poco a poco se fueron despertando sus miembros, entre ellos se encontraban su, de corazón puro, capitán Monkey D Luffy, quién nada más despertar ando a escondidas a la cocina a por un trozo de carne, su diestro espadachín Roronoa Zoro que ha decir verdad tan solo cogió un poco de Sake y volvió a la parte central de su barco, el Golden Sunny o Sanji, su maravilloso cocinero, quién cuando despertó empezó a fumarse un cigarro y se dirigió a la cocina para empezar a preparar los desayunos de su querida tripulación, aunque no sé espero encontrarse a una rata en la nevera comiéndose la carne, esto estalló en unos graciosos gritos que hizo sonreír a Zoro, reír a Franky que estaba arreglando la proa del barco, también inspiró a Brook para empezar a tocar una balada sobre la amistad, por lo que fue a por su violín y por último despertó a unos cabreados Usopp y Chopper, aunque lo de Chopper era monería pura y dura. Aunque todavía faltaban dos miembros más de la tripulación, aparte de Jinbei quién se había ido a su país natal para visitar a sus antiguos compañeros, estamos hablando de la niña demonio y la gata ladrona.
Cuando todo parecía estar en perfecta armonía y que nada podía arruinar esa hermosa mañana, escucharon los disgustantes sonidos que empezaron a escuchar semanas atrás, aunque mejor dicho se trataba de otra discusión más...
-Por dios Robin, ¿enserio otra vez?, estoy cansada de esto, seguro que solo lo haces para simplemente molestarme-
-Hay Nami, tranquila, está vez he llegado yo primero a esta butaca, como todas las veces anteriores, pero te recomiendo que no me molestes y dejarme leer mi libro tranquilamente-
Como tal la discusión no era nada de otro mundo, pero esto nada más era el principio, toda la tripulación sabía que a lo largo de esta conversación poco a poco se transformaría en una fuerte discusión, los insultos que se soltaban días atrás eran innombrables y a veces incluso se querían partir la cara en medio del barco, pero siempre fueron paradas por sus compañeros, desde hace ya dos semanas, por lo que antes de que volvieran a lo mismo, Usopp desde la zona de vigilancia avistó tierra, aprovechando para cambiar de tema y embarcar. Era una isla costera normal, era bastante pequeña pero valdría para cambiar de aires. La peli naranja no tenía intenciones de salir, tan solo por la butaca, pero no era solo por eso, ya iban muchas veces que le quitaba su sitio favorito, se pone a coquetear un poco con Sanji y para colmo nunca le presta atención.
La mente de Nico Robin decía otra cosa, ella tenía claro que todo había empezado por su culpa y aunque tenga una apariencia muy calmada es bastante vengativa, ahora por como ella pensaba simplemente se está desquitando, con cada queja y enojo que sacaba por la boca de su mejor amiga, era un soplo al alma. Ninguna de las dos quiere de verdad a Sanji, pero Nico Robin intentaba captar toda su atención para dejar en soledad a Nami, hasta que está se acordará de lo que hizo, se disculpara y aceptará su error, o se le calmara el enfado. Todos los miembros fueron bajando del barco, Luffy, como capitán, no quería dejar a dos de sus nakamas de esa manera y encima solas, pero su buena mano derecha, Zoro, le aconsejo que sería incluso beneficioso que estuvieran ellas dos solas para que arreglarían sus cosas, por lo que se despidieron y se fueron. Las dos chicas los despidieron con una sonrisa en sus rostros, pero nada más irse Nami se encaró a su amiga.
-Oye Robin, no se porque estás enfadada conmigo, podemos llegar a un acuerdo y te juro disculparme, lo que menos quiero es hacerte daño- Nami sencillamente estaba siendo ella misma, quería saber lo que pasaba pero sobre todo quería ayudar a su mejor amiga. Robin cerró rápidamente su libro y comenzó a hablar
-Sabes, "Nami-chan", cuando te conocí pensé que podías llegar a ser una gran amiga- Se levantó de la butaca -Pero con el paso del tiempo me he dado cuenta que eres una puta de mierda, del montón- Dijo mientras se ponía justo delante de ella. Esto dejo sorprendida a Nami, no se esperaba esas palabras de la boca de Nico Robin, sobretodo por su gentileza, pero no solo fue sorpresa, es decir todo este tiempo le había dejado de lado, hecho de menos y para colmo ahora la llamaba puta de mierda, lo había dejado pasar todo pero esto ya no, ni aunque fuera su amiga, levantó su brazo y le arrojó un buen bofetón, aunque fue detenido por Robin, devolviéndose lo al instante. Dejando en Shock a Nami, mientras le salía una leve sonrisa.
-Jajajaajja-
-¿Que te hace tanta gracia? Puta- Pregunto Robin
-Nada, solo de que he estado esperando mucho este momento, me he cansado de intentar arreglar las cosas, a decir verdad tengo una foto tuya en mi camarote pegada a un saco de boxeo, te tenía muchas ganas perra- Dijo mientras se ataba una cola de caballo en su bello cabello naranja, cuando terminó se vio un bote en sus pechos -Te vas a arrepentir, ¡ven a por mí!- Termino de hablar poniéndose en posición de boxeo
-Rara pose para una dama y más para una puta, te ves enfadada pero eufórica, a decir verdad es lo único que tenemos en común ahora mismo tú y yo- Contribuyó Robin mientras hacía lo mismo, una cola de caballo y en posición de boxeo. Ella tenía claro no usar su Akuma no mi, ¿Porque?, Fácil.
Recordando lo que ocurrió entre ellas dos hace unos meses, fue en un bar, un bar de estriptis de chicas donde ellas dos fueron para recapitular información por un tesoro de la isla, ninguno de los chicos fueron por ovias razones, curiosamente en ese entorno de focos rosas y ambiente lujurioso un dicho torneo era lo más hablado en la boca de todos en el local, muchas de las chicas que trabajan allí y más participantes femeninos que quisieran apuntarse, competirían en un torneo de pelea de gatas, sobre una plataforma central especialmente deslumbrante y la ganadora se llevaría un mapa del tesoro bastante peculiar, exacto, el que ellas estaban buscando. Intentaron comprarlo por algo, pero era inútil, las reglas eran claras y las competidoras no tendrían ninguna motivación por participar sin ello, por lo que a falta de ideas tuvieron que participar en la competición a regañadientes, eso sí ni una palabra a los chicos. Las chicas arrasaron en la competición, los grandes pechos de Robin al igual que su gran habilidad para follar a pesar de no tener experiencia le estaba garantizando su puesto en la final, mientras que la conocida allí como, la "Hermosa Gata" o "La roba corazones" quién era Nami ciertamente su actitud en la pista para nunca haber hecho algo así era muy extrabagante y extrovertido, causándole incluso excitación a sus contrincantes, su hermosa cara juvenil, sus ojos resplandecientes y por su puesto su gran y deseado cuerpo curvilíneo era fantasía de muchos hombres en aquel lugar, sus peleas no fueron tan sencillas como las de Robin, de hecho algunas incluso casi las perdía, pero pudo ganarlas todas hasta llegar a la final.
Allí se encontraron las dos amigas, gateando alrededor de la otra en aquella mediana plataforma donde muchas mujeres antes habían luchado.
-Bueno ¿Cómo lo hacemos?, el mapa ya es nuestro y ha sido bastante sencillo a decir verdad, bien, ¿te rindes tu o yo?- Pregunto Nico Robin sonriente, quien seguía gateando.
-Bueno en realidad me parece mejor jugárnoslo a la mejor chica, ¿por qué no nos volvemos un poco locas?, ¿o es que tienes miedo de perder contra mi?- Reto una sexy Nami desnuda, a la que no le paraban de rebotar los pechos y mover el trasero.
-Bueno, si tanto insistes te daré lo que quiere, pero luego no te arrepientas cuando pierdas, ¿de acuerdo?- dijo coqueta y juguetonamente
-Acepto el reto abuela-
La lucha fue intensa, al principio era divertida, pero más tarde se volvió una batalla encarnizada con todas las de la ley, los tirones en sus pelos largos eran dolorosos a la vista, mientras que sus culos y senos luchaban entre si, para terminar con sus cuerpos frotándose, al final del combate Robin parecía tener la delantera puesto que sus inmensos senos se estrellaban en la cara de su amiga dejándola contra el suelo, jactándose de ello. Nami de repente noto que Robin paro de empujar por alguna razón y lo aprovecho, logro respirar por un momento dándole la energía suficiente para darle un rodillazo en su coño y tirarla de encima suya, dejándola dolorida y apoyándose en la jaula que los separaba del público.
-Prueba esto perra- Grito Nami, haciendo que su contrincante abrir los ojos para ver lo que se aproximaba.
Nami se abalanzó como una bala de cañón hacia su rostro, estrellando su coño en su cara y agarrándose a la jaula, mientras hacía signos de victoria hacia sus seguidores, Robin no pudo aguantar más y se desmayó antes siquiera de que está pudiera preguntarle si se rendía, para luego jactarse y burlarse de ella en venganza. Robin nada más despertarse no habían pasado ni dos minutos, por lo que vio como le entregaba el mapa a Nami, además de una bolsa de berrys por el gran espectáculo mostrado. Recibió muchísimos elogios de parte del público, mientras que ella era totalmente ignorada, esto en concreto no fue lo que la enfado tanto, pero ya seguiremos. Cuando recuperaron sus ropas las dos se fueron al Golden Sunny dispuestas para la búsqueda del tesoro , pero antes de ello fueron a un bar cercano, para celebrar, donde Nami se emborracho, todavía Robin no sentía tanto odio, era insoportable pero no para odiar a su amiga, aunque cambió de parecer cuando comenzó a hablar sobre lo fuerte que era y la humillada que le había hecho sin esforzarse, ahora sí algo despertó. Como Nami estaba borracha no era el mejor momento para una pelea de gatas, por lo que la llevo al Sunny donde todos supieron lo del mapa y lo de la borrachera, pero no lo que hicieron para conseguirlo.
Volviendo al presente las dos bellezas ya estaba en el centro del Sunny metiéndose de ostias, Nami lanzó un puñetazo devastador con sus puños desnudos justo en la mejilla de Robin, la cual contesto con furia igual, seguido de un derechazo que hecho para atrás a su "amiga", confusa la peli naranja, veis un poco borroso lo que le dio la oportunidad a su contrincante de darle un último puñetazo en la cara para tirarla al suelo. En el suelo, Nami se tocó la cara sintiendo el calor del golpe mirando arriba vio a su contrincante con sus pantalones vaqueros y camisa blanca por donde sobresalían sus abismales pechos.
-¿!Ya está¡?, hací que eso es todo lo que tienes, perra- Dijo con su sonrisa calmada que la caracteriza
-Ya te gustaría pedazo de guarra- Contesto mientras le daba un golpe al suelo y se levanta a, pronto le agarro de la coleta haciéndose ver cómo la dominante aquí, la dominada no iba a permitir esto por lo que la agarró del coño haciéndola gritar y agarrarse lo, afortunadamente después de eso le soltó del cabello por lo que pudo contratacar, agarrándola de la coleta y escupiéndole en la cara, su rostro era sereno a pesar de lo bien que se lo estaba pasando pero lo que no sabía es que esto ya no era una pelea de mujeres, esto ahora era una pelea de gatas por lo que valía absolutamente todo. Nami bajo el rostro de Robin le mordió la cara o mejor dicho el labio haciéndola gemir, aprovechando la confusión para quitársela de encima. Ahora las dos cara a cara besándose terriblemente
se distinguió la voluntad de Nami al sobreponerse ante ella y conseguir dominarla a tal punto de hacer que dejara de besar y morder, pudiendo ahora meter su rostro entre sus grandes pechos, los pechos juveniles más grandes de todo el mundo. Estaba siendo el momento de Nami de devolverle la pizca de humillación que le concedió antes, hasta que al final los inútiles intentos de Robin resultaron, al lograr salir de ese problema, aunque más que salir por ella misma fue su contrincante quién se la quitó de sus hermosos pechos al saber que la había humillado bastante.
-Mira, tirada en el suelo cansada y gimiendo, eso es muy típico de una puta como tu- Esto le hizo a recordar a la batalla en el bar y la hizo enfurecer.
-No tienes ningún derecho a llamarme eso (tos)-
-Lo que tú digas, solo se que te he ganado hací que quiero poner algunas consecuencias a las inexistentes reglas de nuestro combate, para que sufras y aprendas, ¿te parece bien?- Dijo Nami mientras se levantaba y posaba con su deslumbrante figura.
-¿Que me has ganado? O putita de cuarta tu derrota no ha hecho nada más que empezar- Contesto Robin a la vez que se levantaba sexymente, dejando ver una espectacular vista de sus pantalones vaqueros, al igual que los de Nami
-Cuanta razón tienes ¡perra!- Grito y justamente después de abalanzó sobre sus pelos, gritando las dos en el acto, pero de repente una conversación resonó por las afueras del barco, era su tripulación al completo. Cuando abordaron el barco se dejaba rebosar carisma entre todos ellos, por las peleas de Zoro y Sanji, lo pillo que era Luffy y demás, las dos chicas se acababan de meter a la puerta más cercana, la cual era la cocina. Rápidamente se pudieron de acuerdo para vestirse, pero claramente no querían dejar de lado su enfrentamiento, por lo que a las dos rivales, por mucho odio que tuvieran en ese momento de una a la otra se pudieron de acuerdo. Los llamamientos del grupo alertaban a las chicas, a la vez que los chicos se preocupaban, llegando a pensar que incluso las habían raptado pues esa era una zona un poco oscura del mar, por lo que antes de buscar en las habitaciones ellas dos salieron.
-Valla, pero si estáis aquí chicos- Dijeron las dos al abrir la puerta, ahora llevaban puesto dos bikinis a juego con sus gustos, es decir uno Naranja y blanco y el otro azul oscuro y blanco.
-Ah hola chicas mmmm ¿vais a la playa? ¿Ya estáis bien?- Pregunto inocentemente Luffy, seguido de más interés de parte de los demás miembros
-O si, Robin y yo ya hemos arreglado nuestras diferencias, ¿no es así?- Dijo mientras le azotaba en una nalga de manera "amistosa"
-Es verdad, jajaja, de hecho ahora mismo íbamos a la playa para unos asuntillos, ¿A que si?- Le devolvió la nalgada, ahora unas pequeñas chispas saltaban entre sus ojos, pero todo se calmó en cuanto su querido capitán se plantó delante de ellas
-Esta bien pasáoslo bien jijijiji- Dijo con una gran sonrisa después de ver a sus dos miembros que estaban peleados, arreglándolo todo. Toda la tripulación se fue calmando y volviendo a la normalidad, Sanji intento acompañarlas pero Zoro se lo prohibió y acabaron en pelea, mientras que Luffy se despidió con una gran sonrisa, entrando en su camarote para hacharse una siesta.
Por un momento las dos bellezas pensaron en dejar todo esto, está tontería que solo las separaría ya, pero después de todo esto era algo que tenían que resolver entre ellas, no podían darse el lujo de preocuparse primero por otros antes que por ellas, por lo que se echaron una mirada sería, desprendían odio, pero también tensión, rivalidad y reto, listas para humillarla de la peor forma posible, mirándose sus tetas y culos, sus bellos rostros y su gran poder femenino, esto acabaría de una forma u otra. Se despidieron sonriente mente de sus amigos y se fueron.
-Vas a rogarme que nos te humille cuando te tenga abajo mía, después de todo tienes la oportunidad de escaparte en ese momento, no como la última vez- Reto Nami mientras caminaban por la playa, la arena caliente y el sol brillante hacían nada más que mejorar sus inmejorables cuerpos
-Vas a seguir ladrando o es que tienes miedo de empezar, perra barata-
-Mucha boca para una que chupa tan poco, por lo menos no me lo demostraste aquella vez ¿Qué pasa, eres más tímida de lo que pensábamos?-
-Lo dice la persona que aulló debajo de mis titánicas tetas- Dijo mientras se hacía botar sus senos con sus manos y la miraba con picardía
-No importa, de todos modos después de esto te haré callar para siempre, vas a ver qué no tendrás el valor de dirigirme la palabra cuando acabemos-
-Por mucho que quiera a los chicos no estoy dispuesta a haber sido humillada por ti, menos todavía una segunda vez, por lo que te derrotare humillare y te haré saber quién es la puta aquí- Después de este comentario de Robin, Nami se paró delante de ella y la miró fijamente
-Si crees que soy una puta solo hace falta mirarte, tus tetas y culo de vieja solo alimentan la gula de asqueroso, mientras que por mi parte, claro que me miran por mis atributos superiores, pero también por mi belleza y encanto, cosas que a ti te faltan, por eso perdiste contra mi-
-Sera mejor que te calles, sabes que, mejor no, me gusta que hables y te creas superior, cuando pierdas contra mi todo eso valdrá la pena, hací te haré entender de una vez por todas tu lugar, perra-
-¿Quieres apostar?- Reto Nami, sonriendo un poco y estrellando sus senos
-Claro que si, hemos llegado, prefieres con bikini o sin bikini- Dijo Robin mientras estiraba la tela gruesa y ajustada de su bikini
-Déjatelo puesto, me encantará hacerlo pedazos a medida que te humillo-
-Claro, si crees que podrás hacerlo antes de que te folle estás bastante mal de la cabeza- Dijo mientras se encorvaba un poco, haciendo que sus tetas rebotaran y poniendo sus manos en posición de ataque
-Bueno, perra vieja, he estado esperando este momento durante mucho tiempo, intenta no llorar mucho cuando te gane, ¿de acuerdo?- Dijo mientras optaba la misma posición que su contrincante

Ahora mismo las dos chicas estaban apunto de decidir entre ellas a la mejor luchadora, desde el momento en el que lucharon en el bar estaba claro que el destino quería ahora una lucha completa, donde las dos estén al completo desde el principio y por su puesto, que se tuvieran ganas. En la playa donde se encontraban se respiraba placer, el luminoso sol engullía toda la zona, incluyendo la basta jungla que se encontraba a algunos metros de ellas, más cerca de la costa de encontraba el llano y amplio mar. Hoy era un día idílico, sin olas grandes a la vista, solo su humilde y calmado sonido rompiéndose frágilmente contra la arenas, donde había algunas conchas por la zona más acercada al mar, mientras que adelantándonos donde ya había una "llanura" de arena y las chicas no se encontraba ninguna.
-¡Ah, un momento!- Dijo Robin -Me he olvidado que tengo el Den Den mushi entre mis pechos- Termino de hablar mientras se lo sacaba
-¿Lo estás diciendo enserio? que tonta iría a todos lados con un Den Den mushi metido ahí-
-Pues una chica precavida y con suficiente pecho para hacerlo, no como otras- Contesto mientras lo tiraba a la arena, haciendo que por erro se encenderá, creándose una llamada sin querer, pero en fin, ¿Qué podría causar eso?
-Bien perrita, ¿tienes alguna idea de cómo hacerlo? reglas o tipo de peleas- Decía Nami mientras se ataba el pelo en una cola de caballo
-Ahí pequeña Nami, vamos hacer una pelea de gatas, no hay reglas y la ganadora se proclamará como tal, es decir yo, cuando su contrincante, tu, se rinda o quedé inconsciente por más de un minuto aproximadamente- Termino de hablar al atarse la cola de caballo. Ahora todo estaba listo, sin Den Den mushi, sin reglas, con posiciones de peleas y con ganas de ganar, por lo que la pelea de gatas podía comenzar.

Empezaron a dar vueltas lentamente como dos felinas furiosas, hasta que en un momento después de dos vueltas completas Nami estallo y se dirigió hacia Robin, fue muy rápida, por lo que logro agarrarle las muñecas a su rival, su hermoso rostro se coloco sonrientemente debajo del suyo, burlándose de ella. Robin se lo tomo a malas, pero la tenía atrapada, por lo que se le ocurrió echar sus pechos para adelante, esto le tomo por sorpresa a la peli naranja, incluso viéndose intimidada por tal tamaño, aun así intentó adoptar una posición ofensiva. Agarró con fuerza de sus muñecas y le hizo una llave que le enseño Zoro para defensa personal -¡¿Sabes quien me enseño esto? tu puto amor!- Dijo fuertemente mientras pasaba por encima de su espalda y la tiraba al suelo -Al parecer yo soy su favorita- Termino de hablar resoplando. Robin intentó incorporarse furiosamente por el último comentario de su contrincante "Ah no, de eso nada" raudamente se abalanzó sobre el cuerpo dolorido de su ~amiga~ atándole los brazos por encima de su cabeza, aprisionándola sexymente.

-De acuerdo, tu dijiste que tus pechos eran mucho más superiores que los míos ¿no? porque mejor no lo juzgas desde tu experiencia- Dijo burlonamente, mientras estrujaba sus grandes y estrujados, por el bikini, pechos en la cara de Robin, debajo de ellos solo se escuchaban quejidos de dolor, pero sobre todo de furia, intentaba soltarle insultos, pero esas increíbles tetas jóvenes no la dejaban hablar. Parecía estar perdido, no habían pasado ni cinco minutos del encuentro y ya había sido tumbada, retenida y humillada, ¡no lo podía permitir!, por lo que con toda su mala leche empezó a rasgar como nunca antes rasgo algo, la parte inferior de su bikini.

-Kyaaa, ¿pero que haces? ¡pedazo de pu- No pudo terminar de hablar, puesto que su contrincante ya se había levantado y ya había lanzado su primer ataque hacia su rostro. -¡Vamos niña, ¿Qué soy una que?, ven a por mi!- -Te vas a enterar- Dijo desesperadamente desde el suelo. Acariciándose la mejilla no pudo evitar pensar en literalmente follarse a esa perra, ya no solo era por odio, ni tampoco para demostrarle su lugar como la mas débil entre las dos, si no mas bien era porque en su cuerpo circulaba una gran cantidad de adrenalina y calor, que le hacían pensar cosas que todo el mundo quería hacer con ella, pero nadie podía por su grandeza, ahora esta puta delante de ella era perfecto para ello. Desde que se conocieron siempre hubo una ligera tensión indetectable para todos entre ellas, al ser las dos únicas mujeres en el barco era complicado a veces convivir, puesto que nunca querían quedarse atrás de la otra, eso le creo un poco de complejo a Nami, puesto que sabía que Robin tenía taaaaan, buenas tetas y taaaaan buena cintura, que era increíble que algo así pudiera existir, por ello al vencerla en su primera batalla de gatas algo en ella se despertó, un sentimiento de superioridad, que no quería perder.

De vuelta al combate, Nami logró levantarse, furiosamente se fue hacia Robin y la agarró de la coleta, teniendo una breve discordia que acabaría con las dos en el suelo, se hicieron una bola de gatas donde una gran nube de arena se creaba por la playa, a veces se podían ver indicios de su combate, como a Nami con las tetas de Robin en su cara o Nami tirándole muy fuerte del pelo a Robin. La pelea estaba yendo a más cuando Robin consiguió la ventaja nuevamente, estaba encima de Nami, estrellándole sus titánicos pechos mientras le sacaba la lengua de una burlona y sensual, abajo de ella la peli naranja se sentía impotente al estar perdiendo, intentando quitársela de encima, pero de pronto paró al sentir el gran culo de su rival chocando contra su coño, esto a parte de enfurecerla y hacer que le doliera mucho, también la ponía más caliente, es decir, el culo de la gloriosa pirata Nico Robin estaba chocando contra su parte sensible, mientras a la misma vez rozaban sus coños.

-¡Kyaaaaaa! eres... eres una verdadera puta- Dijo una agotada Nami
-Vaya, vaya, pero si parece que lo disfrutas, ¡como la buena perra que eres! Grito cuando estrellaba sus nalgas ligeramente mojadas, a la vez que estiraba las piernas de Nami, teniéndola totalmente atrapada
-¡Quítate tu y tu gordo trasero de mi cara!-
-¿Cual, este?- Dijo mientras seguía frotando para humillarla más todavía

Ahora era Nami quien estaba contra las cuerdas y contra la arena, no lo podía creer, ¿en serio la humilló en el bar y ahora estaba siendo ella la humillada? esto es inaceptable, para colmo ahora Robin le estaba rasgando la parte de abajo del bikini para humillarla todavía más, impresionante. Después de esto la ira y calor acumulados en el interior de la joven belleza estallaron, por lo que en esa posición y aun que implicara tanto dolor estiró sus dos brazos hasta llegar a sus grandes pechos, empezó a rasgarlos y por sorpresa de Robin, quien pensaba que su rendición era cuestión de tiempo, empezó a gritar y quejarse, sus pezones estaban siendo pellizcados y sus tetas rasgadas, por no decir que su top había sido completamente destruido "tu me quitas mis bragas, de acuerdo, yo te quito tu top" pensaba para sus adentros. Por esa distracción Nami logró apartarse, empezó a toser en el suelo mientras se tocaba su garganta, casi la asfixiaba, por otra parte Robin estaba intentando incorporarse para mirar sus tetas, pero no fue posible porque rápidamente Nami se abalanzo sobre ella, de una manera bastante sensual cómo una gata, empezó a reírse de ella, lo cual por una parte la cabreo y por otra le puso bastante, no por Nami, si no por la batalla que estaban teniendo. Rabiosamente las dos se miraron, sus miradas estaban llenas de calor y odio, pero no se movían, la pose de Nami era esquelita, su culo rimbombante sobresalía en aquella posición sexymente, sin previo aviso las dos sabían lo que tenían que hacer, se miraron y empezaron a rasgarse sus prendas restantes, Robin rasgando el top anaranjado de Nami y Nami las bragas azuladas de Robin. Sin despegar su vista de la otra, empezaron a arrancar y tocar, era un desafío simple, quien primero se corriera o echara leche abría perdido, mientras seguían mirándose, parecían estatuas, hasta que al parecer las emociones de Nami volvieron, para poco después volver las de Robin, esto debido a que ya no podían más, la leche de las tetas de Nami salieron primero, por lo que una sonrisa salió de la cara de Robin mientras se lamía las gotas que le caían en la cara. De repente su felicidad desapareció al correrse, por lo que Nami aun con el dolor y el cansancio sacó el dedo de su coño y lo lamió de una manera muy seductora y competitiva. Las dos estaban al límite pero no dispuestas a rendirse, por lo que las dos acabando gritando y cayendo al suelo.

-¡Maldita perra, eres una hija de puta!-
-¡¿A sí?! ¡terminemos ya con esto!- Dijo Nami mientras se levantaba poco a poco como una bella gata y se sentaba, empezó a señalar el coño, para tener la batalla más parecida a una de mujeres y de gatas que se tendrá siempre, una batalla de gatas sexual
-Así que quieres apostarlo todo a esto, de acuerdo, te vas a arrepentir- Respondió una cansada Robin mientras adoptaba la misma posición que Nami
-Eso ya lo veremos- Contestó calmadamente
-Si, lo veremos

Se arrastraron poco a poco para juntarlos, sus humildes y limpias manos, menos por la arena, tocaron el cuello de la contrario, agarrándolo, retorciéndolo, peor delicadamente, una batalla de sexo, ja, esto era mágico. Llegaron a la cara y cogieron sus barbilla, mirándose hipnóticamente a los ojos, mientras se decían "Intenta disfrutarlo, perra/puta". Se dieron el primer golpe, lo cual hizo que gruñeran un poco pero sin soltarlo por la boca, porque eso sería una demostración de debilidad y las dos lo sabían, después de esa probadita siguieron y siguieron y siguieron y siguieron, más y más y más y más, querían mucho, querían demostrar que eran las más fuertes y no podían permitirse perder. Con una mano en la cara de su adversaria y la otra en el suelo cada vez la cosa se ponía más seria más fuerte, más potente, la mano que acariciaba el rostro de Robin calló al suelo, parece que Nami estaba teniendo problemas y no los podía esconder, incluso empezó a gemir en voz alta un poco -Eso es, arrodíllate ante mi- Decía, mientras observaba el esfuerzo inútil que hacía Nami, la cogió más fuerte de la barbilla y la elevó para ver su rostro de mejor manera, mientras sonreía. ¡NOOOOOOOO! Nami no podía permitir esta violada, se hecho para atrás y cargó con todo, haciéndole un daño irreparable, que le izo gemir a Robin tan fuerte como nunca lo había hecho, he hizo que retrocediera y su brazo se cayera como el de Nami. Las dos se miraban furiosamente estaban igualadas y no podría predecirse una ganadora, pero todos saben quien es la mayor gata de todo One piece, ¿no?, la gata ladrona logró equilibrar la balanza a su favor, sonriendo mientras empujaba cada vez más abaja con su increíble e irreal sexo a Robin -¡¿Sabes una cosa?, desde siempre he sido mejor gata que tu, más fuerte y más bella, además de más sexy y mayor mujeeeeeer?- Gritó por última vez mientras la lograba tirar al suelo, ella seguí y seguía, lo estaba disfrutando y se le veía en su rostro

-¡Para, para, me rindo, de verdad, por favor no puedo más no puedo, maaaaaas!- Fueron las últimas palabras de Robin antes de Robin al desmayarse por el dolor, mientras que Nami dio un angelical grito de satisfacción al cielo, como victoria, su cara plasmaba a la perfección su cansancio y felicidad

_Parece... que... ah... no has podido conmigo, pedazo de perra- Termino de hablar felizmente al sentarse en su rostro, pensando que ojala existiera alguna manera de tener este momento de alguna manera grabado para siempre, había logrado demostrar su superioridad como gata y mujer, no solo eso, había encontrado una pasión más que el dinero y esto era algo que se le daba espectacularmente bien, las peleas de gatas, se levantó y observó el rostro agotado y acabado de Robin junto a una pequeña lágrima de impotencia -Haber si algún día lo repetimos, para que te vuelva a patear el trasero- Terminó de hablar al hacer un gesto de fuerza y victoria al levantar sus brazos sobre el rostro de Robin, para luego irse al Sunny, felizmente, dejando que sus nalgas rebitaran y pensando en como hará para vestirse sin que los chicos la vieran.

Nami es la ganadora

MIS COMENTARIOS:
Buenas gente, desde esta tarde ¿no?, bueno como siempre quiero decir adelantamientos, pero siempre aprovecho para deciros que pongáis una sugerencia de batalla que queráis ver, seguramente tarde o temprano la haré, quiero decir que seguramente mañana ponga una encuesta donde decidiréis el tipo de combate que queráis ver, es decir, vais a tener tres opciones, para que lo vayáis pensando os diré que serán, Miyamura vs Hori, la primera pelea mixta en la cama (guiño guiño), luego la primera pelea de boxeo entre Yor Forger y Fiona Frost, tenía ganas desde hace un tiempo de hacer un combate de boxeo y como llegó la segunda temporada de Spy x Family, pues OK y la tercera será una sorpresa, por lo que no tengáis todas las esperanzas puestas en una de las dos, porque creo que la tercera os puede gustar a todos y todas por igual jejeje, por lo que abueno, Adió, que tengáis un buen día... ¡A! y una cosa más, las elecciones no serán siempre, solamente si no me puedo decidir o en algún momento en comentarios hay varias que me gustan, pero bueno, ahora si, Adiós.

CONTINUACIÓN:
Al parecer el Den Den Mushi de Robin se encendió y escucho toda su batalla, desde unos cuantos insultos hasta la conclusión y quien se encontraba detrás del fisgoneo era nadie más que Koala.-Madre mía, ¿en serio han hecho eso- Decía de una manera cómica en voz alta, pero de pronto comenzó a pensar en que lo que habían hecho era para dominar a la otra y demostrar que eran más fuertes y mejores mujeres, a pesar de no ver y solo oír, sintió todo lo que cargaban al ser otra mujer. -Koala en formación, nos dirigimos a una base de la marina, por lo que tienes que estar atenta, ¿de acuerdo?- Decía seriamente Sabo, asintiendo rápidamente -Yo me ocupo de Smoker, tu de su compañera ¡Tashigi! ¿de acuerdo?- -Si claro ¡ Y no me trates como si fueras mi superior- -Lo siento, lo siento jajajajajaja- Koala miró a sus espaldas para mirar nuevamente el Den Den Mushi, pensando en que si en algún momento podría demostrar su valor como mujer, dirijiendose hasta el frente del barco y miraba la base, lista para combatir contra Tashigi...