Description
[ INFORMACIÓN BÁSICA ]
— Nombre: Gideon
— Apellido: Arden
— Género: Masculino
— Nacionalidad: Inglesa
— Altura: 1'72 m.
— Peso: 54 k.
— Edad: 14
— Cumpleaños: 20/10 [♎]
— Grado: 3º
— Motivo de ingreso:
- "Mala conducta" — O al menos eso es lo que alega la familia de Gideon, quienes ven a su hijo cómo alguien vago que se niega a querer seguir con el negocio familiar. Cosa que no sólo les parece una falta de respeto completamente a la familia que le crió, también una mala conducta. Le ingresaron con la esperanza de convertirle en alguien fuerte, y que dejara de estar alienado de su camino.
[ PERSONALIDAD ]
Introvertido || Educado || Indeciso || Inteligente || Carácter débil || Responsable
Un muchacho callado y reservado, sería la manera más simple de describir a Gideon. De buenas a primeras resulta un muchacho el cuál aunque te tratara de manera educada y cordial acorde a las reglas de etiqueta... En eso quedara. Más allá de responder debidamente a cualquiera pregunta, no hará esfuerzos en iniciar una conversación o seguirla. No por interés, al contrario. Por pánico, puro pánico de no estar a la altura, o decir algo incorrecto o que de alguna manera afecte a la persona con la que está conversando.
Bajo su apariencia, relativamente seria, pero algo sobria, hay un muchacho que se ha preguntado al menos veinte veces si debe tomar alguna acción, y porque. No deja de repetirse constantemente la pregunta de "Y si...?" cómo si de un mantra se tratará. Aunque uno no precisamente positivo, puesto que por culpa de ello puede llegar a ponerse en las peores por una tontería. Sin lugar, piensa todo en exceso, y muchísimo mas de lo que debería. Y en muchos casos, por pararse demasiado tiempo a pensar, tiende a perder oportunidades, turno de hablar o reaccionar.
En muchas ocasiones, prefiere evitar el discutir o pelear, simplemente callándose y cediendo, denotando una total falta de asertividad por su parte. Cosa que ligada a su constante manía de ser indeciso, pone bastante nerviosos a la gente de su entorno. Logrando así el efecto contrario de lo que realmente busca, teniendo que lidiar con eso que en un inicio quiso evitar.
Pero no todos los rasgos son malos. Gideon en el fondo es un muchacho, del cuál se puede apreciar su inteligencia. A pesar que en la mayoría de casos su voz no se escuche... Por su misma decisión, o mas bien, indecisión. Cualquiera que le formule una pregunta podrá notar fácilmente lo bien educado que ha sido el muchacho, demostrando conocimiento en diversos campos. Bajo su naturaleza de no buscar problemas hay un corazón gentil, al que de verdad le gusta tratar bien a las personas y de manera calmada. Puede ser verdaderamente atento con aquellos de su entorno que aprecie.
Sabe que precisamente no es el epítome de la diversión, pero si alguien logra apreciarle minimamente, o tenerle en cuenta de una manera mas positiva, atesorara a esa persona y su presencia, sin lugar a duda. Un chico fiel a quienes sean sus amistades, aunque eso quizás le lleve a una ingenuidad, y que, sea algo fácil de manipular en cierta manera.
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— Gustos:
— El té. Obviamente cómo todo ingles no puede faltar su té, en especial el english breakfast con leche. Aunque en general le gusta todo té negro.
— Con todo té, deben ir sus dulces adecuados.
— Disfruta mucho de los días lluviosos. Aunque obviamente desde casa.
— Y susodichos días se disfrutan mejor con un buen libro. No tiene género en concreto favorito.
— Obviamente le gusta estar en la mejor compañía, él mismo.
— Crepitar de la madera en la chimenea. En general le gustan las chimeneas, sería d elos que se quedan delante sentados, embobados. Es cálido.
— De la misma manera que le gusta leer, le agrada escribir, sus pensamientos, algo que haya visto y le haya interesado. Aunque raramente enseñara esto.
— Las cosas esponjosas y suaves.
— Jugar al ajedrez, aunque usualmente no tenga con quién.
— La música.
— Actualmente le agrada estudiar.
— Los animales, sea cuál sea actualmente.— Disgustos:
— Que le griten. No puede lidiar con ello. No responderá, en todo caso se encogería ante ello.
— Odia el frío, odia la nieve, odia el hielo, y odia el invierno. Quizás porque tiende a resfriarse con facilidad.
— Aún a pesar que le gusta estar a solas, no puede dejar un cuarto cerrado. Le pone nervioso. Severamente.
— Su cabello. En verdad largo, le molesta, pero tampoco quiere cortárselo. Eso implicaría que sus ojos se vieran fácilmente.
— Mirar a las personas a los ojos. O en general al rostro. Siempre mira a un lado, o al suelo. No quiere afrontar las expresiones ajenas ante cualquier cosa que diga.
— Que actualmente le corten cuándo habla. Aunque mas que molestarle, le incómoda. Probablemente tras eso no hable buen rato, o al menos hasta que otros dejen de hacerlo.
— Grandes grupos de gente. Tiende a sentir que su presencia no es excesivamente necesaria.
— Actualmente sentirse observado... O que es el centro de atención.
[ HISTORIA ]
Nacido bajo el apellido de una familia reconocida debido a su linaje de abogados, los Arden. Nació Gideon cómo el hermano mayor compuesto de una familia de tres hijos, aunque las dos menores eran unas chiquillas. Convirtiendo así a Gideon, y no sólo por ser el primogénito, en el futuro heredero de la familia. No sólo de la fortuna de esta... También del peso total que implicaba su apellido. Desde poco después que naciera cómo varón, ya se decidió todo su futuro, sin lugar a dudas, seguiría con la tradición.. De ser abogado. No tenía posible elección a cambiar aquello.
Su infancia, aunque fue algo estricta con los estudios, no es algo que precisamente el muchacho recuerde con especial amargura. Al contrario, le agradaba aprender cosas, y podía jactarse de que tuvo un buen maestro que le enseñara de manera amena aquellas lecciones, provocando en el muchacho, el deseo de aprender constantemente, y saber más de su entorno. Aunque no tuviera demasiados amigos, y su mayor socialización era con sus hermanas menores, no se podía quejar. Pasaba los días estudiando, las tardes jugando, y las noches leyendo apasionadamente de todo tipo de aventuras. Ah, sin duda eso de viajar debía ser maravilloso. Y aunque no aguardaba en él un espíritu aventurero, no podía el evitar imaginar fantásticos mundos y sus aventuras.
Los problemas empezaron a llegar en el momento que empezó a crecer, a tener la edad suficiente cómo para ir siendo introducido al negocio que de adulto tendría que tomar. En un inició la emoción le carcomía. Se moría de ganas de ser parte de aquello, de tomar el papel para que estaba destinado. Que gran decepción sería para él, ver lo que se le vendría encima. No sólo el lidiar con según que clases de personas... También la idea de estar ahí en medio, el que algunas personas podían estar al paso de la horca por tu culpa. Cómo todo dependía e uno, cómo tenía que defender a inocentes... Y otras personas que no lo eran.
Eso era demasiado. Era demasiado. No podía con ello, le causaba pánico, le causaba inquietud. Mientras que a su padre, viendo no sólo cómo el muchacho se rehusaba a seguir con ello, aquello era... Cómo si rechazase prácticamente a la familia. Gideon sólo tenía una obligación a cumplir... Y ni tan sólo podía. Aquello sin lugar a duda ponía iracundo a su padre, quién no se explicaba el porque el muchacho, no hacía o decía nada, porque se escondía en su cuarto, bajo esos libros, bajo el parecer de aquella figura paternal, él muchacho sólo era un vago que buscaba evitar el hacer el trabajo.
Cuándo en realidad era más que eso. Gideon sabía la decepción que era para su figura paternal... No, para toda su familia. Sentía que no tenía motivo ni razón de estar ahí. Cada que su apdre gritaba sobre lo inútil que fue aquel día, no sólo en el despacho, en casa, sólo agachaba la cabeza. Tenía razón. No lograba hacer nada de derechas. No podía hablar ni responder... Porque estaba en lo cierto. Era un completo inútil, un desagradecido. Su familia le había dado todo, y él lo único que podía hacer era temblar, estarse callado cuándo precisamente debía ser asertivo. Cuándo debía responder, ¡hacer lo que debía hacer un abogado! Debatir, ¡enfrentar! Pero no podía... Y se sentía cada vez más, y más culpable. Si no era de utilidad... ¿Por qué seguir asistiendo?
Aquello provocó que cada vez, el muchacho saliera menos y menos de su cama, pasara a oscuras la mayoría del tiempo... Y eso fue la gota que colmo el vaso para aquel quién era su padre. No podía seguir teniendo un hijo tan inútil, incapaz de salir apenas de su cuarto. Por eso decidió llevarlo al internado, deseando que pusieran algo de rectitud y carácter en el muchacho. Y este, simplemente accedió, le separarían de su familia, de lo que apreciaba... Pero se lo merecía. Cualquier cosa que pasara... Se la merecía. Porque era su culpa.
[ EXTRAS ]— El problema real de Gideon es depresión y ansiedad. Para su padre, y en general la familia, Gideon esta alienado de la naturaleza a la que esta destinado.
— Gideon lleva consigo un diario, no és uno propiamente dicho, pero allí anota lo que ve en el día.
— En este no sólo hay fragmentos de escritos, también algún que otro dibujo de algo que ve y le llamá la atención.
— Esto para él es un ejercicio que en su día le dijeron que era para comprender mejor su entorno, ahora simplemente cogió la manía de hacer anotaciones.
— También escribe novelas, o ideas de estás en sus tiempos libres,
— Sabe tocar el violín.
— Sus hermanas se llaman Elizabeth y Grace. Grace es bastante enfermiza.
— Por algun motivo le cae bien a los animales.